En Jerez un colegio de educación primaria lleva su nombre, mientras que en San Roque, localidad con la que tiene una especial vinculación, el Ayuntamiento le otorgó el título de hijo adoptivo.
El poeta Carlos Álvarez (Jerez, 1933) ha fallecido este pasado 27 de febrero a las 88 años de edad. El escritor, afincado en Madrid, había presentado en 2014 la reedición de una de sus obras más importantes en Jerez: Aullido de licántropo (1975), si bien su último poemario publlicado fue la antología Tercera Mitad (La Eneida, 2007).
Álvez fue militante comunista y antifranquista en los años de la dictadura, habiendo pasado durante varias etapas por las cárceles del régimen y teniendo que huir al exilio. Su obra, tal y como sostiene en un obituario el maestro y sindicalista Francisco Javier López Martín en Infolibre, fue un salvavidas para muchos de sus contemporáneos y los de generaciones posteriores que lucharon contra el franquismo. "Era un poeta de referencia en aquellos años de la dictadura y la transición. Leíamos sus poemas como leíamos a Alberti, a Neruda, Miguel Hernández, Machado, o Lorca. Algunos más forjados en la poesía se atrevían con Cernuda, Aleixandre, Juan Ramón, Bergamín", escribe López Martín, haciendo referencia a aquellos literatos como "poetas de la libertad".
En su última obra, Tercera mitad, José Esteban escribía en el prólogo que su poética, como la de Neruda, "es también política, y los versos están comprometidos políticamente y deben ser juzgados, quizá también, a partir o a través de ese compromiso". El escritor, que comenzó a publicar poesía en 1961, fue un año más tarde finalista del premio Antonio Machado en París con su obra Escrito en las paredes (1962). Este trabajo fue traducido al danés, lo que le otorgó el premio Lovemarken en 1963. Además, sus escritos han sido traducidos a diferentes idiomas, como sueco, italiano, francés, ruso y árabe.