Adiós a Andrés Vázquez de Sola. El artista universal, nacido en 1927 en San Roque, y que había cumplido hace unas semanas los 97 años, ha fallecido este jueves en su casa de Granada según ha comunicado el alcalde de la localidad, Juan Carlos Ruiz Boix.
"Era un luchador de la democracia y la libertad. Un rebelde incomprendido. Nuestro Hijo Predilecto. Mantuve un contacto fluido desde mi etapa como Alcalde en estos últimos 14 años que utilizamos para reconciliarnos y conectar más y mejor con nuestro pueblo. Hijo Predilecto de San Roque, más que merecido al Mejor Periodista Gráfico del siglo XX. Su legado perdurará siempre", ha explicado el regidor de la localidad.
Hace tan solo seis meses se inauguró la exposición permanente de Vázquez de Sola en el Centro de Arte Contemporáneo de la ciudad, con la exposición de hasta 1.500 cuadros de este pintor, que antes también fue caricaturista y periodista.
La ciudad de San Roque ha declarado tres días de luto oficial.
Autodidacta, crítico y figura de la izquierda española
Andrés Vázquez de Sola (San Roque, Cádiz, 1927) no solo seguía pintando hasta el último de sus días, sino que estuvo este verano de gira con el documental La ideología de los lápices, impulsado por el Partido Comunista de España y dirigido por el algecireño Luis Almagro.
En una entrevista con lavozdelsur.es este mes de julio, tras la presentación de dicho documental en el Teatro Principal de Puerto Real, repasó la actualidad política y social, así como su obra.
En la cinta que cuenta su vida, Vázquez de Sola muestra su trabajo y su visión del mundo en su casa, sita en la localidad granadina de Monachil, donde reside con su esposa cubana Angélica Carmenate. Desde su presentación, ha visitado municipios de toda Andalucía, asistiendo para hablar con el público de su vida y obra.
El periodista empezó su carrera en el diario del Movimiento Patria, de la ciudad de Granada, a la que se mudó su familia tras la falta de pleitos y de trabajo por parte de su padre, jurista de profesión. "Aunque parezca mentira, los periódicos falangistas dejaban más libertad que los católicos, y eran las dos líneas editoriales que había en aquel momento", cuenta en el documental. Caricaturista en los pupitres —hasta sus maestros se reían de cómo les retrataba—, pasó a hacer sátira en prensa.
Autodidacta, crítico y muy avispado, pronto recibe ofertas de otras partes de España, yéndose finalmente a la capital, donde forma parte del diario Madrid. Allí empieza a conocer a opositores al régimen, formando parte de la clandestinidad del PCE, al tiempo que trabajaba en prensa y en RTVE. En la cadena pública fue donde el padre del conocido humorista gráfico Forges le da el aviso de que van a buscarle.
Lejos de esconderse, protagoniza un autoexilio "a pie" muy particular: decide pasearse con lo puesto y un macuto por pueblos de toda la geografía nacional hasta la frontera francesa, con el foco mediático de una figura ya reconocida en su tiempo. Esa notoria visibilidad le ayudó a poder salir de España sin que le detuvieran y al mismo tiempo poner a la sociedad española y al franquismo ante un espejo.