La Peña Luis de la Pica nació en el año 2006 en la antigua ubicación del desaparecido colegio Carmen Benítez, en pleno barrio de Santiago, uno de los más flamencos de Jerez. Poco a poco, no solo se ha hecho un hueco entre el resto de entidades flamencas jerezanas, sino que se ha configurado como un auténtico bastión en cuanto a la difusión de la cultura y el patrimonio jondo y también de la etnia gitana.
Por primera vez este año, el espacio jerezano ha sido seleccionado para colaborar en el programa Los colores del flamenco, promovido por la Fundación Provincial de Cultura de la Diputación y en colaboración con la federación provincial de peñas flamencas de Cádiz. El objetivo no es otro que acercar la cultura del flamenco a las nuevas generaciones a través del teatro y el reconocimiento de los estilos flamencos. En paralelo, aparte de sus recitales y convivencias, la peña también es pionera en difundir por el mundo los secretos de la cocina gitana.
Rocío Jiménez, la actual dirigente de la entidad de la calle Carpinteros y la profesora culinaria online, se muestra agradecida por la confianza que se ha depositado en ellos, al tiempo que ha destacado la importancia de este tipo de iniciativas porque "es importante que los niños de Jerez vivan lo que es este arte y lo que significa para la ciudad y para el barrio".
En 2022, un total de 22 peñas federadas de 17 localidades de toda la provincia han acogido o van a acoger el proyecto Los colores del flamenco, que concluirá el próximo 11 de noviembre y que se ha consolidado como una forma amena y divertida de dar a conocer el legado del flamenco a los más jóvenes. En esta ocasión, fueron alumnos de preescolar del colegio SAFA de Jerez quienes acudieron a la peña para vivir una jornada muy divertida y con mucho arte.
El grupo Teatro Estudio Jerez fue el encargado de montar el pasado martes este divertido espectáculo para que los escolares pudieran interactuar con los distintos palos del flamenco y conocieran sus principales pilares: guitarra, cante y baile. Junto a ellos, un guitarrista y una cantaora se encargaron de la interpretación, mientras que los bailaores mostraban los pasos siempre en clave de humor. Soleás, quejíos, fandangos, tarantos y alegrías fueron solo algunos de los estilos que representaron.
El profesor Don Compás recibió a los alumnos y les presentó la clase del día. Pese a que los escolares no querían estudiar ni hacer un "examen", poco tardaron en esbozar una sonrisa de oreja a oreja y ponerse a dar palmas mientras conocían a los llamativos personajes que acompañaban al maestro de ceremonias.
El pirata Pico de Loro, Trinquete, el cangrejo grumete o Quilla la gitanilla hicieron las delicias de los pequeños con sus bromas y sus juegos. A través de una ruleta fueron enseñándoles cada uno de los palos y las emociones que pretendían transmitir con ellos. Los niños y niñas se lo pasaron bomba y sus profesoras acabaron encantadas con esta propuesta cultural que pone en valor el legado del flamenco no solo en Jerez, sino en toda la provincia de Cádiz.
El valor cultural de la peña
Además de participar en este programa, la peña Luis de la Pica realiza una labor cultural de un valor inconmensurable en el barrio de Santiago, transmitiendo a las nuevas generaciones la historia del flamenco en la zona y acercando a los vecinos a grandes figuras de este mundo que sienten este lugar como su "segunda casa".
Desde hace unos meses están ofreciendo actuaciones flamencas los viernes y los sábados que, en ocasiones, coinciden con la presencia de personalidades del cante y el baile, creando reuniones inigualables en las que todo el mundo puede participar. "El sábado pasado teníamos un espectáculo montado y resulta que teníamos a Enrique El Zambo cantando en el patio. ¿Quién se iba a meter para dentro si no se puede cantar mejor que él? Al final tuvimos que salirnos todos a bailar con él", cuenta Rocío.
Además, esta jerezana de 43 años se ha convertido recientemente en pionera de la transmisión de la gastronomía gitana, ya que, poco antes de la pandemia, comenzó a impartir cursos de cocina en la sede de la peña y dio el salto al formato digital durante el confinamiento. Tal fue su éxito que ha conseguido catapultar la comida típica gitana no solo por toda España, sino incluso al extranjero, acudiendo a dar lecciones culinarias en Italia o Alemania.
Como no podía ser de otra forma, en su casa y rodeado de los suyos, Rocío es la reina de los fogones y todos adoran sus platos. "A veces me preguntan qué les echo diferente y yo les digo que nada, que lo que hago es seguir las recetas de mi madre y de mi abuela", dice. Los chicharrones, el puchero o el arroz con langostinos son solo algunos de los ejemplos de una cocina clásica que maneja a la perfección y que ha engatusado a grandes artistas como Pastora Galván, Fernando de la Morena o el desaparecido Manuel Soto El Bo, tan querido en esa casa.
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