Hispania, siglo III a.C. Aníbal marcha contra Roma y una mujer lucha por hacer realidad su sueño de fabricar la púrpura, la mercancía más preciada de la Antigüedad. Pero para poder hacerlo deberá saltarse prohibiciones ancestrales.
Es la trama central de El fuego y la púrpura, la novela que acaba de presentar María Teresa Rodríguez de Castro, jerezana que a los 18 años se marchó a Madrid a vivir, pero que regresa siempre que puede a Jerez para visitar a sus familiares. Esta semana presentó su obra en un acto que contó con la presentación de la periodista Rocío Fontán.
No es su primera publicación porque ya había escrito el ensayo Amores elípticos y, anteriormente, había sido coautora, junto a José Antonio Marina, de los libros La conspiración de las lectoras y El bucle prodigioso.
Ahora ha asumido el reto de lanzarse como novelista y está muy satisfecha con la experiencia: "El hecho de que la novela requiera de otro tipo de destrezas, de otra mirada distinta al mundo a la que tiene el ensayo, me da lo que me interesaba. Quería aprender a construir una historia, pero ya desarrollando sobre todo los instrumentos de la imaginación, con una mayor eficacia, de una forma más clara. Tuve que aventurarme y aprender a escribir una novela mientras la estaba escribiendo, lo que me da mucha satisfacción. Tenía que urdir una trama y los personajes. Tú planeas las cosas y de un diálogo con el inconsciente, como decía Rosa Montero, sale algo que no esperas. Es Tanite la protagonista que tiene su sueño de fabricar la púrpura y viene a Hispania para hacerlo. No tenía previsto el personaje de Kara, que era secundario. Me parecen muy interesantes esos juegos que a veces tienes con el inconsciente para que vayan surgiendo cosas. Te permites una serie de libertades que en el ensayo no siempre te permites",
La novela muestra las historias de tres personas a la fuga: una noble cartaginesa que escapa de un destino impuesto, una bailarina celtíbera que porta un secreto que desconoce y un ingeniero griego desertor del ejército púnico. Todos pugnan por encontrar su sitio en medio de una batalla entre dos pueblos por la supremacía del Mediterráneo.
La escritora se siente "muy orgullosa especialmente por la trama. Las personas que la han leído destacan lo ágil que es, lo que engancha la historia, el ritmo que tiene. Y yo que pensaba que era incapaz de urdir una trama porque nunca me había puesto con ello. Mi formación es jurídica, soy licenciada en Derecho, pero he trabajado varios años en el mundo educativo por mi interés por los movimientos sociales y acabé trabajando en la Fundación educativa Universidad de Padres, relacionada con José Antonio Marina, que fue fundador del proyecto. La plataforma educativa donde trabajo se llama Orduna eLearning, donde doy la formación humanística del curso".
Volviendo a la novela, la joven cartaginesa Tanite, una mujer de carácter indomable, osará saltarse prohibiciones ancestrales en busca de un sueño: fabricar la púrpura, un color que solamente visten los poderosos y cuyos privilegios nadie se atreve a cuestionar. "En el siglo III a.C. las mujeres tenían muy pocos espacios donde pudieran actuar fuera del hogar. Seguramente hubo mujeres que se saltaron prohibiciones como hace la protagonista de mi novela. Existieron mujeres probablemente que se dedicaron al comercio o que fueron guerreras, pero esas historias no se han contado. En mi novela hay un personaje histórico que es Himilce, la mujer de Aníbal, a la que he colocado en situaciones que son ficticias".
¿Por qué lo de El fuego y la púrpura? "El tema del fuego es por la guerra de fondo. Por la lucha en la segunda guerra púnica entre cartagineses y romanos. La púrpura era la mercancía más preciada que existía. Era más cara que el oro porque era muy difícil de fabricar. Por eso únicamente lo podían vestir los grandes dignatarios, los reyes. El sueño de la protagonista de mi novela es democratizar el conocimiento para poder acceder a los procesos de fabricación de la púrpura y también democratizar el uso y que llegara a todas las personas".
Detrás de la novela hay una trabajo de documentación que comenzó hace varios años y la escritora jerezana ha tenido que bucear en las bibliotecas porque "es una historia que han contado los vencedores, con lo cual al final en muchos sentidos, aunque tú te documentes, también tienes que hacer un ejercicio de imaginación. Yo trato de contarlo al final de la novela".
Por el momento está recibiendo críticas muy positivas y se está planteando alguna continuación, aunque su curiosidad va por otro lado: "Ahora me estoy documentando de Grecia, pero ya ha habido gente que me ha comentado que el personaje de Kara se merece un spin-off".
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