En los principios no existía ni el baile ni el acompañamiento musical.
¿Qué tiene esta palabra de la que tanto se habla en todo el mundo? ¿Tiene duende, tiene misterio? Efectivamente duende y misterio son las palabras que mejor definen la esencia del flamenco, ningún arte ni música es aceptada en todo el mundo como el flamenco. Para mí, la explicación es simple, además del duende y misterio, el flamenco es un sentimiento, y ningún pueblo del mundo puede sustraerse a los sentimientos del pueblo.
En pocas líneas procuraré hacer un repaso histórico sobre lo mucho que se ha escrito del flamenco, una idea general para que los que no conocen este símbolo de Andalucía, adquieran de él un mínimo conocimiento y principalmente para que lo escuchen y entiendan las palabras con las cuales lo describo.
Mucho se ha escrito sobre los orígenes del flamenco, pero a ciencia cierta nada está comprobado, todo son conjeturas. De acuerdo al estilo primitivo, me inclino por creer que la dominación árabe que tuvo España durante casi ocho siglos, principalmente el Sur de la península, esto es, la zona de Andalucía, fue la fuente más importante de formación del estilo flamenco, el estilo del cante moro, sus modulaciones de voces, sus quejidos largos y lamentos cortos. Eso, unido a las romanzas castellanas que fueron llegando en la época de la reconquista, fue formando el estilo del cante que era llamado cante andaluz.
Muchos le acreditan el flamenco al pueblo gitano, yo pienso que no es así. En primer lugar, los gitanos siempre fueron un pueblo errante, expulsados de todos los países por su manera de vivir, un pueblo libre, no fácil de adaptarse a normas y leyes. En España entraron en los albores del siglo XV, según investigaciones hechas al efecto, procedían del norte de Europa y buscaban climas más cálidos y adaptables a su forma de vida al aire libre y viajar en carromatos. Una gran parte quedaron por Cataluña, lugar de la península por donde se cree penetraron en España, otros siguieron hacia el sur y la mayor parte de ellos se asentaron en la parte más occidental de Andalucía, es decir, la baja Andalucía, Sevilla y Cádiz. Otras versiones indican su procedencia de cuando fueron expulsados de Egipto y su entrada en la península fue por el Sur.
El hecho de afirmar categóricamente que el flamenco no es sinónimo de gitano está en la prueba de que gitanos hay en todo el mundo y, sin embargo, el flamenco lo cantan únicamente los que poblaron Andalucía y sus descendientes. Si fuese un cante oriundo gitano, lo cantarían en todo el mundo, cosa que no es así, pero sí digo que la influencia del gitano fue fundamental para la formación del flamenco, unido a otras corrientes musicales, pero basándose siempre en los cantes andaluces. Una vez asentados en la zona mencionada, se acoplaron a los cantes andaluces de la época, poniéndoles el compás natural de su música y el sentir de un pueblo sufrido y perseguido. Terminó por conjugarse con el mismo sufrimiento del campesino andaluz y eso, a mi entender, llevó a la naturaleza básica del flamenco; porque el cante flamenco es eso, un sentimiento.
En los principios no existía ni el baile ni el acompañamiento musical, era cante solamente, por lo cual el primer palo del que se tiene conocimiento es la toná, y la zona donde fueron creados los cantes básicos fue precisamente en la zona donde más gitanos se asentaron, es decir, la trilogía de los pueblos de Triana, Jerez y Cádiz.
Otro misterio no resuelto es el nombre de "flamenco". Por más vueltas que se le ha dado, no se ha llegado a una verdad fehaciente. Hay muchas teorías, algunas con más y otras con menos lógica, pero lo real es que nadie ha sabido encontrar de dónde o de qué proviene el nombre de "flamenco". Se le llegaron a atribuir orígenes inverosímiles, como por ejemplo, que fue el nombre de un cuchillo o navaja y dieron incluso ejemplos del porqué: en el siglo XVIII, en el sainete El Soldado Fanfarrón de González del Castillo, uno de los personajes dice: "El melitar, que sacó/ para mi esposo, un flamenco"; en el siglo siguiente, una de las coplas recogidas por Rodríguez Marín dice: "Si me s’ajuma er pescao/ y desenvaino er flamenco/ con cuarenta puñalás/ se iba a rematar er cuento". Estébanez Calderón lo empleó también en sus Escenas Andaluzas, en "Pulpete y Balbeja", dice: "Esto hecho, se desnudaron de las capas con donoso desenfado y desenvainaron para pinjarse cada cual, el uno, un flamenco de tercia y media, con cabo blanco, y el otro…".
También podemos mencionar la otra versión. Surgió la hipótesis de que el nombre había sido dado por el ave zancuda llamada flamenco, según dijo Rodríguez Marín, refiriéndose a que los que practicaban el cante vestidos con chaqueta corta, altos y quebrados de cintura, pierniceñidos y nalgisacados eran propia y pintiparadamente la vera efigie del ave palmípeda de ese nombre.
Hipólito Rossy apuntó con escasa convicción otra tesis, dijo que la música polifónica de España en el siglo XVI se acrecentó con los Países Bajos y actuaron en España excelentes artistas de Flandes llamados, aunque no en forma peyorativa, flamencos. También Carlos Almendro sigue en la misma línea de pensamientos, ya que en la corte del rey Carlos V, nuestro rey flamenco, los cantores de capillas eran todos de Flandes. Sucediendo que solo se cantaba en forma solemne y, por así decirlo, profesionalmente, resultaba lógico y natural que el pueblo acostumbrara a considerar al flamenco (de Flandes) como sinónimo de "cantor". Ello cooperó a que entre la gente se extendiera la fama del flamenco cantor y de allí se justifica que se le llame flamenco al cante que por esa época se popularizó.
Como vemos, hay muchas versiones, pero ninguna con fundamentos realmente justificados como para darle veracidad absoluta.
A partir del momento en que los gitanos se asientan en Andalucía, como dije, su aportación al flamenco es fundamental. Desde su llegada a principios del siglo XV hasta el siglo XVIII, fueron extendiéndose por toda la región y en cada zona que se establecen, forman núcleos y familias que van adaptándose a las formas y costumbres del lugar, van diferenciándose también sus cantes y las diferentes vertientes van formando los distintos estilos de acuerdo a cada zona. Esa época de la historia de España está llena de sucesos, los gitanos son expulsados, lo mismo que los moros nacidos en España, pero por un lado, los echaban y, por el otro, volvían a entrar. Los moros porque consideraban que estaban en su patria y los gitanos porque se encontraban muy bien en lo que para ellos era la tierra prometida. Los caballeros españoles se dedicaban en la época después de la reconquista a fundar pueblos para recibir grandes extensiones de tierras a cambio, a viajar a las llamadas Indias descubiertas por Colón para conquistar territorios, por lo tanto, son muy pocas las informaciones que se pueden encontrar de ese período. Además, habiendo tierras donde radicarse, el terreno fue ocupándose con este tipo de gente, pueblo trabajador y sufrido que encontraba en el cante su escape predilecto, cantar sus alegrías y sus penas.
[Continuará en una segunda parte]
Este artículo fue publicado en Triste y Azul.
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