Cuando apareció la edición extra de tres discos de The Next Day (2013), el retorno a la música de David Bowie tras diez años de silencio, una canción llamaba la atención por su título. 'Like a Rocket Man', enmarcada en la primera mirada al pasado de toda una carrera, traía a las mentes el single de sir Elton John y Bernie Taupin 'Rocket Man' (abril de 1972). Muchos lo consideran un plagio de la temática de 'Space Oddity', que Bowie publicara cosa de tres años antes; además, fue producida por el mismo tipo: Gus Dudgeon. En realidad, parece estar basada en el relato 'Rocket Man' de Ray Bradbury, y si alguna canción resultó plagiada en todo esto era la homónima de Pearls Before Swine (compuesta en 1969).
Elton, hoy icono bisexual y representante moral del colectivo LGTB en el Reino Unido, no salió del armario oficialmente hasta una célebre entrevista con la Rolling Stone en 1976, al inicio de su dilatada decadencia creativa. Muchos entonces enarcaron las cejas y se preguntaron si aún quedaba alguien en el globo sin haberse dado cuenta.
Bowie, antes al contrario, en lugar de callar su homosexualidad la publicitó a los cuatro vientos sin ser del todo cierta. Había declarado que era gay "y siempre lo he sido" en una entrevista al Melody Maker de principios de 1972, sólo un lustro después de que la homosexualidad fuera legalizada en el Reino Unido. Todo se reducía a una evidente búsqueda de atención, pues ese Ziggy en ciernes, aunque décadas después reconocería, con razón, haber sido "increíblemente promiscuo" en esa etapa de su vida, era a la sazón un hombre casado y con un hijo de menos de un año. Podemos imaginarnos el tumulto en la escena gay de Londres: ¿de dónde proviene este oscuro cantautor que ha cambiado los rizos hippies por la purpurina? ¿Pretende convertirse en un abanderado de la causa homosexual, o se estaba burlando de todos ellos?
Se oía decir en Londres que los egos más grandes de la ciudad eran los de Bowie y su colega Marc Bolan, pero eso podría suponer pasar por alto a otro cretino de primera. Habiéndose abandonado también al vestuario estrafalario, grotesco y kitsch, que nunca le abandonaría, es comprensible que Elton John viera en David Bowie a un rival, alguien dispuesto a robarle su creciente público, alguien que, para más inri, fingía bajo los focos cargar alegremente esa cruz culpable que él cargaba en secreto... Además de mantenerla "oculta", se le recordaba entonces una relación con una tal Linda Woodrow que casi acabó en matrimonio, aunque no se sabe cuánto hubo de tapadera en el affaire.
El 19 y 20 de agosto del 72, Bowie se consagra como artista en un majestuoso espectáculo en el Rainbow Theatre, del que sólo queda metraje deslavazado. Elton desvela su admiración por el joven compositor a un periodista poco antes de que comience el show, que incluirá bailarines arácnidos, efectos multimedia y un nivel de teatralidad nunca antes visto en un escenario de rock. Quizás demasiada. Cuando David deriva entre plumíferos aspavientos el estribillo de "Starman" al de 'Somewhere over the Rainbow', Elton decide marcharse, perdiéndose el final. Al parecer declaró a la prensa: "Ha perdido su oportunidad. No será nadie nunca más".
Pero el arribista venía para quedarse. Nunca sabremos si aquellas provocaciones, frecuentes en los conciertos de esa gira (la imagen de David practicándole una felación a la guitarra de Mick Ronson dio la vuelta al país), estaban dirigidas expresamente a Elton, o si éste se las tomó como tales. Lo que sí es cierto es que Bowie parecía compartir la opinión de que 'Rocket Man' era un pálido reflejo de su propia creación, y en alguna sesión en los estudios de la BBC se le escuchó añadir a 'Space Oddity' frases de la otra canción. Se le recuerdan de críticas a los disfraces y la estética de Elton: el rey del glam no admitía a otro cantautor talentoso si no era bajo su férula o patronazgo, y hasta Lou Reed quedó absorbido bajo su esfera de influencia. Cuando se encontraba con Mick Jagger se cachondeaba del autor de 'Candle in the Wind' llamándolo “el gordo Reg”.
Bowie siempre se mostraba en público magnánimo y desinteresado (amigo de adoptar bandas y regalarles canciones, o de realizar trabajos para otros sin acreditación), pero nunca se vio libre de unos celos muy humanos. Por ejemplo, cuando compuso en 1972 'All the Young Dudes' para Mott the Hopple y descubrió que se había convertido en el número tres que buscaba desde hacía tres años, se afeitó las cejas en un supuesto ataque de ira. ¿No se ensañaría también con Elton John, aquel competidor en la corona de la decadencia camp a la que ambos aspiraban, aquel que en el año siguiente (1973) iba a lanzar su trabajo más celebrado? En la lastimosa entrevista a Playboy de 1976, en el culmen de su enajenación y su adicción a la cocaína, Bowie abandona los remilgos y afirma, entre otras lindezas, haber bautizado a Elton como “la token queen del rock”, slang gay para alguien tan bajuno que espera a que le regalen una ficha de metro para volverse a casa. La frase original, supuestamente pronunciada en una fiesta de Beverly Hills, añadía, al parecer: “al que le echan una moneda en el juke box para que cante como un marica”. A partir de ahí, le enemistad, que antes había mantenido las formas, estuvo servida. Declara Bowie: “me considero responsable de una nueva escuela de pretensiones... ellos saben quiénes son. ¿No, Elton?”. Al poco, Elton concede a Rolling Stone la mencionada entrevista donde se afirmó bisexual, exculpando a su rival por estar “obviamente un poquito colocado” durante sus declaraciones: “David es una de esas personas del momento. Quiero decir, ¿qué está de moda esta semana? ¿Qué va a estarlo la semana que viene? [...] Creo que es un chico tonto”. ¿Que Elton es “el Liberace del rock'n roll”? Pues David “el bebé de Warhol”. ¿El primero quiere ser Bowie? Pues éste “me reconoció en una cena que siempre había querido ser Judy Garland”. No se conoce un término formal a esta antipatía.
Bowie suele afirmar que conserva, o ha redescubierto, algunas antiguallas de sus golden years que no han visto aún la luz. No me refiero a caras B o outtakes, sino canciones de las que sólo sabemos algunos nombres, y que iban a formar parte del abortado proyecto Toy (2001), del que se conservan unos cuantos temas filtrados en 2011. ¿Será 'Like a Rocket Man' uno de ellos? Los acordes parecen corroborar su pertenencia al corpus de principios de los setenta, al igual que la letra, aunque probablemente fue alterada con los años. La canción habla de una tal Wendy Cocaine, lo que, de ser un pseudónimo para Elton, sin duda es uno acertado, aunque bastante cruel. El narrador refiere sus actividades con ella. Este artificio de jugar con la ambigüedad de los sexos (favorecida por la neutralidad de género de los adjetivos ingleses) en la descripción amorosa era un artificio corriente en la producción de Bowie de 1972, véanse 'John I'm Only Dancing' y 'Velvet Goldmine'.
Wendy es descrita como una chica servicial y cariñosa, lo que en efecto encaja con la imagen pública de Elton en esa época. El enigmático 'oh, I am Sam' puede ser un añadido posterior, que se referiría a Sam Taylor Wood, la conocida amiga de Elton y su pareja David Partner, quien no pierde oportunidad para aparecer en sus inmediaciones. ¿Querrá denunciar ante el mundo que Elton le pone los cuernos con la fotógrafa a su querido millonario? ¿Hasta tanto llevará su ojeriza por haberle copiado el concepto de una canción de 1969?
Y es que, cuando se trata de Bowie, nunca se sabe. Hace poco se ha filtrado que ambos artistas hicieron sendas audiciones ante el Grupo de Selección de Talentos del apartado musical de la BBC. David en 1965 (18 años) y Elton en 1968 (21); ambos recibieron pésimas críticas. David y su grupo de entonces, The Lower Third, que cantaron una versión de Mary Poppins, provocaron comentarios sobre “un cantante desprovisto de personalidad” y “un vocalista de sonido amateur que canta las notas equivocadas”. Mientras que Simon & Garfunkel y Nick Drake sí gustaron el exigente jurado, su correligionario Marc Bolan, futura estrella del glam, fue calificado por el jurado de “mierda, y mierda pretenciosa” y The Who en 1965 como “no muy originales y por debajo del estándar”.
En cuanto al material de Elton, fue llamado también “pretencioso” y “cantado de una forma extremadamente apagada sin ningún feeling y con habilidad musical bastante escasa”. ¿Su voz? “Perforante y SIN emoción”. ¿Sus canciones? “Deprimentes, y suena como un cantante torcido”. ¿Qué habrían pensado los magistrados musicales al redescubrirlo como virtuoso histrión de escenario unos pocos años más tarde? ¿Y al verlo por la tele homenajeando a Lady Di? En cualquier caso, y frente a todo pronóstico, la cinta de Elton John no fue descartada, sino que se la remitió al siguiente comité. ¿Qué habría pensado Bowie al enterarse, unos años más tarde? ¿Pudo estar el recuerdo de esa derrota en la raíz de sus provocaciones en aquel concierto veraniego de 1972? En 1998 Elton John recibió el título de 'sir'; Bowie lo rechazó, para sorpresa de todos, en 2003. ¿Caso de envidia cochina, como el de Camus y Sartre con el Nobel? Personas cercanas declaran que ambos se conocían de antiguo. En la citada entrevista previa al concierto del Rainbow Elton dice seguir la obra de Bowie desde “the Lower Third y toda esa basura”. Era ese, y no otro, el grupo con el que se presentó a la infausta audición...
O puede que, simplemente, se tratara de los dos mayores egos de Londres.
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