Las niñas y niños de finales de los 70 y principios de los 80 crecieron con las historias de Fray Perico y su borrico. Y también recorrieron mundo junto al pirata Garrapata. Los nacidos en los 90 se perdieron igualmente en las aventuras de estos personajes icónicos de la literatura infantil. Llegó el siglo XXI con sus avances tecnológicos, pero ahí han seguido los peques de las últimas décadas descubriendo en muchas ocasiones la lectura gracias a los libros de Juan Muñoz Martín, el escritor más longevo de España.
A sus 92 años, este mítico autor no piensa colgar la pluma. "Sí, claro que sigo escribiendo", contesta con rotundidad a lavozdelsur.es. "Hoy he escrito una cosa que va a salir dentro de un tiempo. Siempre me ha arrastrado la literatura, tal vez porque mi madre era maestra y porque mi padre era militar, con unos conocimientos grandes que repartía entre nuestra numerosa familia. Siempre exigente, nos decía que teníamos que ser constantes. Nos ponía todos los días dos horas o más a escribir, a estudiar, y cuando te venías a dar cuenta ya habías aprendido muchas cosas", recuerda.
Con algunas lagunillas, su lucidez es envidiable. Y más todavía su vitalidad. En la última Feria del Libro de Madrid estuvo cuatro horas firmando ejemplares de sus cuentos. Y disfruta al máximo cada vez que le llaman para acudir a alguna librería para hablar de sus libros. Más de dos millones de ejemplares ha vendido, algo que está a la altura de muy pocos escritores en el mundo. Sin embargo, nunca ha abandonado su vida humilde y sencilla.
Su riqueza más grande ha sido poder repartir sus vivencias y conocimientos. Lo hizo durante décadas siendo profesor de instituto, labor que compartió con su pasión por la literatura. "En las escuelas, los profesores son gente muy preparada que va repartiendo enseñanzas y cosas nuevas. Van entregando nuevas lecciones y eso a todo el mundo le viene perfectísimamente para toda la vida", destaca.
Un maestro que regala conocimientos
El mundo de la docencia lo descubrió en el Seminario de Madrid. "Mi padre me llevó para estudiar para cura. Antes había mucho movimiento allí, pero hoy en día nadie quiere estudiar para sacerdote. No hay la bondad que en aquel entonces había. Poco a poco, yo me fui formando en lo que son las letras, porque un sacerdote lo primero que empieza a manejar son las letras". La carrera eclesiástica no la completó, ya que acabó optando al final por la filología.
"Decidí ser maestro porque me gustaba la literatura, la lengua. Y después estaba ese deseo que siempre he tenido de repartir los conocimientos que había adquirido en la juventud. La literatura es eso, repartir los conocimientos más profundos de cada uno de nosotros", cuenta Juan Muñoz.
"La literatura es repartir los conocimientos más profundos de cada uno de nosotros"
Ganador del Premio Cervantes Chico de Literatura Infantil y Juvenil y del Premio Barco de Vapor, ha superado con algunas de sus obras las 50 ediciones. "Yo no tengo la culpa –dice mientras ríe–. A los lectores les ha gustado esa forma de enfocar la historia. Yo partía de las vivencias de cuando estaba en el Seminario y de cuando he estado en el instituto. A mí me gustaba destacar las cosas de Madrid, de todo el barrio, de los bloques de vecinos... Soy el ayudante para que esos conocimientos se repartan entre todos".
Su pasión por escribir nació en su infancia, allá por los años 30 del siglo pasado. "Cuando iba al colegio ya imaginaba historias, mientras que el profesor estaba explicando literatura, matemáticas o ciencias. Aventuras las podemos encontrar por todos los sitios. Lees el periódico, que es lo primero que hay que hacer, y te vas enterando de todas las vicisitudes que van ocurriendo en todo el mundo. Y entonces ya te llega para inventarte episodios, problemas y soluciones de esas historias. Si tienes suerte, puedes tomar por vehículo la escritura hasta llegar a los libros y las librerías, que son las que transmiten esos conocimientos", resalta este veterano autor.
Leído por abuelos, madres y nietos. Muchos pequeños lo reconocen cuando acude a algún encuentro literario. "Los niños que se acercaron a la Feria del Libro decían, 'mira, ahí está Juan Muñoz'. He ido por muchos colegios y por eso también me conocen muchos. También he estado en cantidad de librerías". Este sábado, precisamente, tiene una cita con sus lectores en una de Tres Cantos. "Me da un alegrón cada vez que mi hija me comunica que vamos a una librería. Estoy deseando. Como soy director de orquesta y tengo unos coros muy buenos, yo cuando llego al sitio me pongo siempre a cantar: 'Ahí viene Juan Muñoz, con sus músicas y sus letras. Ahí viene Fray Perico, Fary Perico, toco la campana, tolón, tolón'. Y todos nos lo pasamos en grande".
El hecho de ser el autor más longevo de España de literatura infantil lo sobrelleva a medias. "Por un lado es gustoso vivir tanto tiempo y por otro es molesto pensar 'anda que soy más viejo ya'. Una cosa compensa con otra", asegura mientras ríe.
"Los libros son como barcos que llevan a gente deseosa de conocer el planeta entero"
Y, por último, un consejo, una reflexión, una llamada a la lectura. "La literatura nos lleva a muchos sitios, a otras naciones, a cosas muy lejanas y cercanas al mismo tiempo. Hay muchos mundos, muchos mares y muchos océanos. Todos lo sabemos, pero si lees vas a poder recorrer ese mundo gracias a los libros, que son como barcos que llevan a gente deseosa de conocer el planeta entero".
Sabias palabras de un hombre cercano que retrata con sencillez el arte de contar historias. Se despide con un "hasta pronto, periodista, el amo de la pista". Y agradece el tiempo dedicado porque "el tiempo es oro". Que alguien con 92 años le dé ese valor y siga con tantas ganas de seguir cantando y contando a las nuevas generaciones es una de esas lecciones que marcan.