El eterno recuerdo de Juan
El 31 de diciembre de 2013, a primera hora de la mañana, el mundo del flamenco se paralizaba tras conocerse la noticia del fallecimiento de Juan Moneo Lara El Torta (Jerez, 1953 - Sanlúcar de Barrameda, 2013). Uno de los artistas más grandes que ha dado el flamenco de Jerez, quiso que fuese el último día del calendario el que acogiera su partida, dejando sin palabras y sin aliento a familiares, aficionados, amigos y simpatizantes. Se marchó sin hacer ruido. De madrugada. Sentado en el sillón de su casa en Sanlúcar de Barrameda, con las piernas cruzadas y el Ventolin en la mano.
Diez años después de su marcha, conversamos en esta entrevista exclusiva concedida por su hijo y su viuda a lavozdelsur.es, para conocer los preparativos que se están llevando a cabo para conmemorar de esta efemérides el próximo 6 de agosto de 2024 en el Teatro Principal de Sanlúcar de Barrameda, así como el recuerdo que queda de su figura tanto en la familia como en la legión de seguidores que día a día le profesan admiración, de forma pública o en las redes sociales.
Muchas cosas (bis). Claro, eso nunca se borra. Si me hubiera cogido con algunos años más, hubiera sido más consciente de su dimensión. Cuando fallece mi padre yo tenía cinco años recién cumplidos.
Pues mira, llegó a la iglesia primero que nosotros. Él era muy amigo de mi padre y llevaban muchos años juntos. Y a mí me gusta mucho. Además, queríamos que fuera alguien importante en la vida de mi padre. Él no solo era un compañero, era su amigo de verdad. Y como mi tío Manuel ya no está tampoco con nosotros, pues quién mejor que él.
"Siempre me he preocupado de que su memoria y su legado no quedaran en el olvido"
Claro. Me encanta. A mí me encanta. Me gusta mucho.
De chico me dio por la guitarra y mi madre me preguntaba si llamaba a El Carbonero, que es el profesor de todo el mundo y todos los grandes han ido allí a aprender. Y yo lo que le decía es que no, que yo quería que fuese Periquín y él fue quien venía a casa y me enseñaba.
"El 6 de agosto ya tenemos una fecha cerrada en Sanlúcar para hacerle un homenaje con más de 40 artistas"
(Almudena) - Periquín y Juan... ¡uf! De hecho, Juanito nunca miraba para nadie, solo para Periquín porque alucinaba con él. Era como un dios. Desde un principio, en vida de su padre y todo, si tú te fijas en las fotos que tenemos en casa, ves a Juanito con una cara de admiración mirando a Periquín tremenda. Y cuando él me dice que quiere aprender a tocar la guitarra que le habría traído su padre de Madrid, para que cuando fuese mayor le tocara a él —llegó incluso a hablar con El Carbonero para que le enseñara—, solo consintió que Periquín fuera el que viniera a la casa a enseñarle.
Pues él eso lo tiene aparcado. Me canta, como el padre, pero cuando quiere conseguir algo. Lo hace para darme coba. Su día a día ahora mismo son los estudios, el fútbol, sus amistades. Para el tema del cante es bastante reservado. Lo que sí tiene es el mismo carácter que su padre. Conforme más mayor se hace, más se parece. Ese carácter rebelde que tenía, también lo tiene él. Es un niño muy bueno, que no da problema alguno, pero esa forma de ser la lleva en los genes.
Juan: Aquello duró un tiempo, pero se quedó ahí.
Almudena: Tengo un vídeo guardado con muchísimo cariño que yo lo puse en su momento estando él en vida, donde salían Juanito y Periquín cantándole y el niño tocándole en el piso.
La bulería de Momentos. Me gusta todo. Pero esa especialmente es la que más me gusta. Y, como dice mi madre, yo para cantar delante de alguien soy muy cortao. A mí me gusta escuchar a mi padre y a Capullo. Y después así más moderno a Canelita.
No se lo creería. Ahora mismo, si estuviera vivo, creo que estaría muy orgulloso del ejército de tortistas que hay y de toda la gente tan joven que por Facebook o en la calle o donde sea que le siguen aún y que le admiran.
Nunca se creyó lo que era porque él se asustaba. Recuerdo una vez, en la promoción del disco Momentos en Madrid, que hubo una conferencia en la Universidad de Periodismo y lo entrevistan a él y a una chica también que estaba empezando.
Luego, por la noche, salimos de El Juglar para irnos al hotel y, en la misma calle Atocha, sale de repente un grupo de diez personas detrás de él vitoreándole: "¡Torta! ¡Torta! ¡Es El Torta!". Una avalancha. Y él decía, ¿yo soy tan importante? Y llamándome a mí y a su sobrino Juan Manuel, para que los sacáramos de todo el mogollón ese, le dije: "Te lo tienes que creer". Y Javier Guerra se lo decía también, pero él era esa humildad. De lo que yo siempre me he preocupado desde el minuto cero es que su memoria y su legado no quedaran en el olvido. Y no ha sido fácil, porque su muerte me tocó con el niño pequeño y no tuve apoyo ninguno prácticamente.
Cierto. No se iba nadie. Yo creo que fue el último gran evento. Lo mismo que dijo en su día allí mismo en una Fiesta de la Bulería que el flamenco tenía reúma, con ese homenaje él se lo quitó al cemento de la Plaza de Toros. Al día siguiente salieron titulares en algunos medios de comunicación diciendo que fue el homenaje del siglo. Nadie apostaba por ese sitio, pero yo quería que el homenaje fuese en el lugar que él tantas veces puso en pie. Y asistieron más de 7.000 personas. Todavía se me pone la carne de gallina. Y ahora que Juanito ya es grande, yo quiero que el día de mañana tenga conciencia de que su padre fue un artista del flamenco que aún hoy tiene atrás muchísima gente que lo admira y que lo quiere.
Tratamos de contestar a todo el mundo. Hay veces que no puedes. Son tantos que pongo otra publicación dando las gracias. No hace mucho tiempo, fue su cumpleaños y estuvieron una semana felicitándolo.
Hace poco me ha llamado una productora de cine que está haciendo un documental sobre las cárceles españolas para decirme que hay unos presos que son fans y nos querían pedir permiso para cantar el tema de la bulería de la heroína y hasta el día del estreno en Madrid en enero quieren ir todos con su camiseta.
Yo sigo luchando por su memoria cada día, aunque no tenga ganas. Estos días son muy duros porque se me viene el momento justo de la mañana del 31 de diciembre del 2013 a las 08:30 horas, cuando mi hijo y yo nos levantamos y lo vimos sentado en el sofá con las piernas cruzadas y el Ventolin en la mano, y mi hijo hablando con él como que estaba dormido. "Papi, vamos para la cama, papi, yo poniendo el café…", entonces ahí ya se olvida el artista y se queda una cosa que es nuestra, que es su padre y mi marido, del que sigo enamorada y sigo luchando. Y también el artista, por supuesto.
Yo estaba ahí fatal. Agradezco muchísimo, de verdad, a todos los medios de comunicación que, desde el minuto que falleció, tuve el gran apoyo. A mí me pilló de sorpresa. Yo intentaba por todos los medios luchar por él y tener gente al lado que, cuando yo tuviera que hacer algo de él, contar con eso y con vosotros he contado desde el minuto cero, porque habéis dado de verdad un ejemplo y para mí un gran apoyo en nombre de mi hijo y en nombre mío, el gran apoyo. De verdad, no tengo palabras para agradecer todo lo que me habéis ayudado.
Pues el 6 de agosto ya tenemos una fecha cerrada en el Teatro Municipal de Sanlúcar de Barrameda para hacerle un gran homenaje con más de 40 artistas, pero eso de momento está en fase de iniciación porque Mayte Pulpón está en Japón y vamos a empezar a trabajarlo en serio cuando vuelva. Yo sí te puedo adelantar que ya he llamado a algunos artistas y, aunque no te puedo dar nombres, queremos que sea una noche especial cuyos ingresos irán para la asociación benéfica y cultural que hemos montado y así poder canalizarlo todo por ahí.
El Ayuntamiento de Sanlúcar está haciendo una apuesta fuerte por el flamenco y, en este caso, esa fecha también entraría dentro del calendario patronal del pueblo y pensamos que es una fecha muy buena porque está todo el turismo y, además, tenía muchos seguidores de muchos puntos de España. Y Sanlúcar es una tierra que adoraba. De todos modos, cuando se vaya acercando la fecha os iremos ofreciendo más datos. Queremos presentarlo pronto. En Sanlúcar y en Jerez.