La Junta de Andalucía, entonces gobernada por el PSOE, anunció por primera vez en agosto de 2006 que aprobaría “antes de que acabe la legislatura la Ley del Flamenco, para protegerlo y desarrollarlo económicamente”. En enero de 2007, casi mientras que el PP desde la oposición promovía la declaración del flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, la entonces consejera de Cultura, Rosa Torres, anunciaba que dicha norma se posponía a la siguiente legislatura. Eran esos tiempos en los que los socialistas pensaban que gobernarían Andalucía siempre, y las prioridades tenían diferentes velocidades. Han pasado más de 15 años y no ha sido hasta ahora, ya con el PP gobernando en solitario la administración autonómica, cuando el proyecto de ley ha pasado el filtro del Consejo de Gobierno.
El ejecutivo de Juanma Moreno ha aprobado este martes un proyecto de ley cuyo objetivo es establecer el régimen jurídico del flamenco para garantizar su salvaguarda para su protección, conservación, difusión en investigación y la promoción de su conocimiento para su uso como bien social y como patrimonio cultural inmaterial de Andalucía —declaración de la Unesco de la que el próximo noviembre se cumplen 12 años—. Todo lo anterior implica, como síntesis, la “transmisión” del arte jondo “a las futuras generaciones”, es decir que el flamenco por fin alcance de forma reglada las aulas de toda la comunidad.
El presidente Moreno, en un tuit, ha declarado: “La Ley del Flamenco será un emblema y hoy damos un paso más para hacerla realidad. Nace del consenso. Y aúna grandes avances para su difusión como elemento singular del patrimonio cultural andaluz. La enseñanza del Flamenco se incorporará al sistema educativo de nuestra tierra”.
Tras esta aprobación, ha comunicado el Gobierno andaluz, el texto será remitido al Parlamento de Andalucía para iniciar la tramitación que culmine en su aprobación definitiva. El proyecto, que cuenta con 36 artículos y cinco disposiciones adicionales, detalla como órganos administrativos competentes en la materia y la organización administrativa al Consejo de Gobierno —al que le corresponden las competencias de aprobar los planes estratégicos del flamenco—, a la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, al Instituto Andaluz del Flamenco y al Centro de Documentación del Flamenco y al Consejo Asesor del Flamenco.
Plan General Estratégico del Flamenco en 18 meses
En este sentido, el proyecto prevé la aprobación por parte del Consejo de Gobierno, en el plazo de 18 meses desde la entrada en vigor de la ley, del Plan General Estratégico del Flamenco, que constituirá el instrumento básico y esencial en la ordenación de recursos flamencos en Andalucía. La vigencia de dicho plan estratégico será de seis años y supondrá establecer un plan esencial de ordenación de los recursos.
Otro instrumento que aportará la ley para la regulación del flamenco como una profesión será el Registro Andaluz del Flamenco, que, en palabras del consejero de Turismo, Cultura y Deporte, "servirá para la ordenación de los profesionales y de las entidades que desarrollen actividades".
Del mismo modo, en el apartado de disposiciones generales, el proyecto inscribe al flamenco como forma de expresión singular y relevante de la cultura del pueblo andaluz como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Actividad de Interés Etnológico, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.
En rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, el consejero de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, ha explicado este martes en la rueda de prensa del Consejo de Gobierno los pormenores de una norma para la que espera "unanimidad" una vez que inicie su debate parlamentario ante el argumento de que “la ley da cumplimiento al Estatuto de Autonomía de Andalucía" y, por tanto, "no puede tener rechazo de ningún grupo", aun cuando ha prometido que "a partir del momento que la presentemos este consejero buscará la unanimidad de los grupos en defensa de un elemento que es patrimonio identitario de Andalucía”.
El consejero ha señalado la puerta que abre la futura ley para la inscripción de bienes inmuebles y muebles y de creaciones individuales y colectivas en el Catalógo General del Patrimonio Histórico Andaluz, para acogerse a la figura de protección que mejor corresponda a sus características y específicas necesidades, mientras que el 16 de noviembre queda recogido como el Día del Flamenco.
La futura norma también traerá consigo la ampliación de competencias de órganos como el Consejo Asesor del Flamenco, que pasará de tener cuatro miembros a 12, y al que Bernal le ha asignado el cometido de "trabajar en el desarrollo de la ley”.
El proyecto de Ley, en el que han participado asociaciones, federaciones de peñas, cátedras de flamencología, fundaciones, sindicatos y empresarios, además de otras administraciones, ha recibido más de 200 alegaciones de las 24 entidades y personas físicas que han presentado sus sugerencias o propuestas de modificación de la norma. Una ley que pretende ser, según la Junta, “un desarrollo normativo de las competencias de la comunidad autónoma en esta materia recogiendo todos los elementos propios de una ley con el fin de proteger el flamenco como patrimonio vivo, libre y universal”.
Apuesta rotunda por el flamenco en las aulas andaluzas
El Plan de Formación Anual del Profesorado será otra de las contribuciones de la futura Ley del Flamenco, que se destinará a ámbitos como la Educación Primaria y Secundaria, mientras que en una etapa como la educación universitaria la aspiración del Gobierno andaluz es el fomento de más cátedras de Flamencología entre las universidades andaluzas.
Bernal ha sostenido que la obligación de la Administración autonómica sobre el flamenco es la de "ser custodios, tutores del patrimonio que es el flamenco para dejarlo intacto para las nuevas generaciones”.
A preguntas de los periodistas sobre cómo se llevará a la enseñanza el estudio del flamenco, el consejero de Turismo ha precisado que "entra en Primaria a través del Plan Anual del Profesorado", tras matizar que parte del currículum educativo "viene determinado por el Estado", mientras que ha señalado que "el conjunto de profesionales y artistas va a tener capacidad de contribuir a la formación" del profesorado, aun cuando no tenga legalmente la atribución de dar una clase.
El objetivo es "la capilaridad máxima" del flamenco sobre la enseñanza, ha incidido el consejero. "La cultura es educación", ha afirmado, quien ha considerado que "si somos una región fuerte en turismo es gracias a un elemento como el flamenco, que nos diferencia de cualquier otro destino".
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