“Yo nunca seré piedra, lloraré cuando haga falta, gritaré cuando haga falta, reiré cuando haga falta, cantaré cuando haga falta”, dejó escrito Rafael Alberti (El Puerto de Santa María, 1902-1999), aunque no se sabe cómo reaccionaría exactamente el poeta si viera el estado en el que se encuentra la fundación que lleva su nombre.
Hace más de una década, en 2010, el patronato de la Fundación Rafael Alberti acordó su extinción, que a día de hoy sigue sin hacerse efectiva. Eso sí, la continuidad del Museo Alberti no está en entredicho. Fue constituida en 1989, aunque hasta 1993 no se inauguró la sede de la fundación, que estuvo presidida por la viuda del poeta, María Asunción Mateo, hasta ese año 2010, cuando renunció al cargo y se acordó disolverla.
Ahora la Fundación Alberti languidece, hasta arriba de deudas y sin apenas fuentes de financiación, salvo lo recaudado con las entradas al museo. El único trabajador de la entidad, Enrique Pérez Castallo, lleva casi cuatro años sin cobrar su salario. El Ayuntamiento de El Puerto mantiene una deuda de 150.000 euros con la entidad, casi 90.000 euros de ellos del sueldo de Enrique, único empleado del centro.
En la casa-museo de Alberti, donde vivió entre los seis y los catorce años, hay 7.000 ejemplares procedentes de la biblioteca del poeta y de su primera mujer, la escritora María Teresa León, a las que se unen adquisiciones realizadas desde su fundación, además de unas 500 obras de arte.
“Hay muy poca conciencia acerca del valor que tiene el legado de Alberti”, lamenta Enrique Pérez Castallo en declaraciones a lavozdelsur.es, ya que entre la colección que atesora el museo hay dibujos del poeta, manuscritos, correspondencia con artistas como Joan Miró, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre o Pablo Neruda. El secretario de la fundación no cree que este patrimonio corra peligro, pero sí que está “infrautilizado”. “Una donación no se hace para estar guardada, sino para que se disfrute, se conserve y se consulte”, reseña.
El Museo Rafael Alberti lleva 28 años aportando cada año miles de visitantes a El Puerto, “turismo de calidad”, matiza Pérez Castallo, que vienen a conocer un legado que es “patrimonio de la ciudad”, y que además de cultura aporta valor turístico.
El abandono hasta ha provocado que más de un centenar de artistas e intelectuales, muchos de ellos amigos de Alberti, entre los que se encuentran Luis García Montero, Javier Ruibal, Benito Zambrano, Juan Diego Botto, Carlos Bardem, o Juan José Téllez, firmen un manifiesto en el que piden que el Museo Rafael Alberti siempre esté abierto.
Los firmantes solicitan a Administraciones como el Ayuntamiento de El Puerto, Diputación de Cádiz, Junta de Andalucía y Ministerio de Cultura que busquen “soluciones estables y dignas para su desarrollo y futuro”, según destacan, “como Rafael Alberti pretendió siempre”. Aunque critican especialmente “la dejadez y el abandono” del Consistorio portuense, al concluir que lleva casi cuatro años sin abonar las subvenciones que le corresponden.
La delegada de Cultura del Ayuntamiento de El Puerto, Lola Campos, en unas declaraciones trasladadas a los medios, asegura que los autores del manifiesto “no cuentan con toda la información”. “El Ayuntamiento de El Puerto es el único que mantuvo su compromiso con la fundación y lo sigue manteniendo”, asegura.
La edil de Cultura agrega que “en el nuevo Presupuesto que vamos a aprobar está contemplado el pago de las subvenciones que se encuentran pendientes”, asegura. Las cuentas del Ayuntamiento están prorrogadas desde 2018, por lo que no se han podido asignar las subvenciones anuales a la Fundación Alberti. Lola Campos asegura que el gobierno local (PP y Cs) “entiende que Alberti es una figura insigne. Estamos dando pasos para que la fundación deje de de existir como tal y el museo se convierta en un centro municipal dependiente del Ayuntamiento”.
El secretario de la Fundación Alberti, Enrique Pérez Castallo, ya interpuso demanda en el Juzgado, reclamando al Ayuntamiento los cuatro años de salario que se le adeudan. Ahora está esperando la resolución judicial. Cada día sigue acudiendo a su puesto de trabajo para no romper la relación laboral. “Encima soy yo el que no debe caer en incumplimientos”, lamenta.
“Esta situación te machaca psicológicamente. Hay veces que es una tortura tener que ir a trabajar”, apunta Pérez Castallo, que reclama los salarios atrasados y la indemnización por despido, unos 53.000 euros que le corresponden después de 21 años de trabajo. “Ganas de irme tengo muchísimas, pero tengo que estar porque no puedo perder esos derechos”, dice.
Cómo se ha llegado hasta aquí
Una vez que pasó el centenario del nacimiento de Rafael Alberti, en 2002, cuando se organizaron diferentes actividades en el museo, al que acudieron los reyes (Juan Carlos y Sofía) y políticos de todos los colores y niveles, desde locales a nacionales, la fundación empezó a ir cuesta abajo.
Con la crisis de 2008, las subvenciones procedentes de administraciones como Diputación de Cádiz o la Junta de Andalucía dejaron de llegar por los recortes. El Ayuntamiento de El Puerto mantuvo la suya, destinada a personal y funcionamiento del museo, pero desde 2019 no la abona.
El actual equipo de gobierno (PP y Cs) asegura que, con la aprobación del Presupuesto, en el que está trabajando, se solventará la situación. Enrique Pérez, secretario de la fundación, no confía en que vaya a ser pronto. “Es un acto de fe, porque con esta cantinela llevamos tres años. Además, no sabemos qué va a pasar en mayo —se celebran elecciones municipales—”, sostiene.
Un préstamo impagado, solicitado para equipar el museo con motivo del centenario de Alberti fue un “lastre”, en palabras de Pérez Castallo, y lo que terminó consumando la dimisión de la viuda del poeta, María Asunción Mateo, que dejó descabezada la fundación, que se acordó disolver en 2010.
Desde entonces han pasado varios equipos de gobierno por el Ayuntamiento de El Puerto que no han concluido con el proceso de disolución de la fundación. El préstamo se liquidó a finales de 2015, cuando gobernaban PSOE, IU y Levantemos El Puerto. “Pero se fue muy optimista con los plazos burocráticos para confirmar la disolución y se generaron nuevas deudas porque se retrasó”, explica el secretario.
El pleno de El Puerto ha aprobado, en dos ocasiones, la última el pasado mes de diciembre, realizar una modificación presupuestaria para abonar las deudas que mantiene con la fundación, pero no se hizo efectiva. Hasta hoy.
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