Si algo nos está quedando claro a lo largo de nuestra aventura musical por los recovecos de un panorama nacional que parece haber guarecido el talento de más de una generación - como si de un vulgar ladronzuelo se tratase- es que si bien la música jamás deja de ser una expresión popular, es cierto que durante los setenta, esta adquiere un significado más amplio. Una dilatación en su extensión conceptual dónde cualquier definición del cancionero no haría justicia a lo que, a fin de cuentas, fue la mayor condensación tecnológica y cultural, en cuanto a calidad y cantidad, que nuestro país, y más concretamente Andalucía, ha sufrido en los últimos años.
Por ese motivo, hoy repasaremos de forma breve la trayectoria de varios grupos medianamente representativos de una década enigmática, misteriosa y, como muchos denominan, ciertamente mágica. Grupos mal encasillados como de segunda, pero igualmente importantes para comprender el derroche de talento de aquellos que a la sombra de nombres como Jesús de la Rosa, Gualberto o Tele, tuvieron una inestimable contribución a la vanguardia andaluza, pero cuyo impacto parece ser diluido en la memoria de nuestra historia.
Comenzamos esta intrusión con la magnífica banda Green Piano. Autóctonos de la capital, Sevilla. Estos jovenzuelos roqueros que, con una significativa orientación hacia el blues, brillaron a la estela de la genialidad de Smash, entre 1969 y 1972. Integrados por Manolo Martínez a la guitarra, Toño Moreno al bajo y José Martínez a la batería y acompañados frecuentemente por el cantante Ignacio Martínez. Este último principal conductor de un programa de rock progresivo en la radio LVG-FM. Como conjunto la agrupación sólo edita un single bajo el sello catalán Als 4 Vents, que incluyó los temas míticos de 'Strange Ways', en la que demuestran un talento al alcance de muy pocos y 'Blues Adventure', que completa un registro sonoro limitado pero excepcional.
En 1972, aparece el grupo Flamenco. Relativamente afamado conjunto de carácter más ligero y comercial, que si bien no deja de ser una de esas bandas que entonan el rock andaluz a raíz de la relativa masificación del género, nunca perdieron una esencia única. Reseñable son los geniales ritmos de bajo y la cuidada producción. Liderado por los hermanos Garrido, José Luis (voz) y Manolo (guitarra y sintetizador) que venían de grabar algunos LP con Los Soñadores y un single con Galaxia. Completando la formación encontrábamos a Manolo Rosas (bajista de Alameda) y Antonio Rodríguez (ex-batería de Smash). En tan sólo un año graban el single 'Anda Jaleo' con Ariola y algo más tarde el su LP Flamenco. Desaparecen 1976 tras haber actuado en el memorable Festival de León.
Mantra.
Rondando el 1974, el grupo Estoque, de clara orientación instrumental publican el interesante y peculiar single 'Mezquita de Mohamed/Regreso a la ciudad'. Como pioneros del jazz rock, asientan las bases a los grupos venideros como Guadalquivir, Vega o Imán.
En la propia provincia de Cádiz y más concretamente en Chiclana de la Frontera, merece la nuestro tiempo detenernos en un pequeño conjunto de nombre muy peculiar, Mantra. Formado en 1977 graban un total de seis canciones de un parecido razonable a sus paisanos CAI. Al frente estaba Tito Alcedo a la guitarra acompañado por Juan Ahumada Caputo, Tato Macías, a la batería. Desgraciadamente su trabajo nunca vería la luz.
En la búsqueda de la identidad cultural o la idoneidad musical el investigador se procura del substancial como una forma de moldear la estructura básica y reanimar así la historia. Triana, Alameda, Smash o Mezquita son figuras iconográficas de nuestra tierra. Voz de sus canciones y de todos aquellos olvidados que con su contribución hicieron de la década de los setenta, un periodo de eclosión cultural y irrefrenable libertad como jamás gozó nuestra Andalucía.
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