Maloko y su "verdad" flamenca: "Me siento un privilegiado"

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Manuel Soto, último eslabón de la dinastía de los Sordera y sobrino de Diego Carrasco, presenta en Madrid su álbum debut, respaldado por Universal y coproducido por Javier Limón. "La gente en Jerez sabe de dónde vengo y cuál es mi trayectoria", afirma para espantar prejuicios.

En Manuel Soto Carrasco, Maloko, convergen lo viejo y lo nuevo. En su voz se sustancian los patios de vecinos de su barrio de toda la vida, Santiago, y los nuevos bloques de pisos que se llevaron a muchos flamencos jerezanos al extrarradio. Su garganta suena a fatigas y duquelas antiguas, pero también a inquieta y desprejuiciada juventud. Maloko no es flamenco; probablemente, sea el flamenco. Historia viva en constante evolución. Para bien o para mal, como la evolución en sí misma. En su caso, “el último eslabón de una cadena de artistas que se pierde en el pasado”, como sostiene Javier Limón, coproductor del disco y uno de los gurús en una industria musical en la que donde pone el ojo, suele poner la bala. Maloko, que desciende de antepasados de la mitología jonda como Paco la Luz y Manuel Soto Sordera de Jerez, acaba de lanzar su primer álbum discográfico y éste, aunque en principio pudiera no parecerlo, suena flamenco. Y suena flamenco porque, entre otras muchas cosas, en su disco homónimo resuenan los jaleos de su padre, Manuel Soto El Bo, “viva Jerez; huyeeee…”, y hablan los ecos del Pica, y se oyen letras de Diego Carrasco, que es uno de los menos flamencos entre los más flamencos. “Para mí es como un padre, me he criado con él”, reconoce Maloko sobre el Tate en una conversación con lavozdelsur.es, tras presentar el disco en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), este miércoles pasado en Madrid. Allí ha estado respaldado por sus músicos habituales, sus primos Fernando y Ané Carrasco, a la guitarra y a la percusión, respectivamente.

Apadrinado en la premier por el propio Limón y por el pianista Alfonso Pérez, el otro productor del disco, el artista jerezano ha interpretado en petit comité algunos de los cortes de una edición publicada por Universal Music Spain, que también tiene en sus nómina de artistas a otros flamencos contemporáneos y tan sui generis como la barcelonesa Rosalía, amada y odiada por la afición a partes iguales. Por lo que respecta a Maloko, no le preocupa demasiado el que dirán: “Pese a que sé que Jerez es complicado, te puedo decir que allí el 98% de la gente me quiere y sabe de dónde vengo, qué hago, a qué me dedico y cuál es mi trayectoria”. Cualquiera que haya asistido a conciertos de Diego Carrasco ha visto la carrera de su sobrino, emergiendo una y otra vez para respaldarle con su aterciopelada voz (a caballo entre su tío Sorderita -fundador de Ketama-, Antonio Carmona y Alejandro Sanz) o, directamente, protagonizar muchos de los directos del que todos consideran como rey del compás. Influenciado directamente por él, Maloko, ha especificado Javier Limón, “no busca el virtuosismo, sino el soniquete; tiene una forma de cantar muy rítmica”.
Con diez años ya estaba sobre una tabla a nivel profesional y, en todo este tiempo, y tras recorrer de niño los escenarios de toda España con su familia, ha colaborado en discos y espectáculos de artistas como Estrella Morente, Miguel Poveda, Diego del Morao, Arcángel, Manuel Molina, Tomasito y El Pipa, entre muchos otros. Hace 15 años conoció a Javier Limón, “le dije, vamos a hacer algo que estoy esmayao”, pero no ha sido hasta ahora cuando el disco, fruto de “un esfuerzo increíble”, ha visto la luz. “Ha sido en el momento en el que tenía que ser”, asevera, mientras te mira con ese rostro de gitano rubio de ojos azules y pelo ensortijado a lo Mercé (pariente suyo, por cierto). En todo esto, cuenta, influyó también aquella arrancada que se pegó ante Alejandro Sanz y el propio Limón, lo que provocó que el músico de raíces gaditanas le invitara a participar en un concierto suyo en Jerez y, posteriormente, a supervisar la adaptación por bulerías de uno de sus últimos temas, Donde convergemos, que ha incluido en este primer disco. Toda una metáfora musical de lo que representa hoy ese choque entre el viejo y el nuevo flamenco, algo que ya no es nada nuevo, y que encuentra en Maloko una nueva clave de bóveda.

"Aunque yo sea más vanguardista y no siempre cante por los palos primitivos, como la soleá o la seguiriya, sigo siendo muy flamenco porque esa es mi raíz, mi esencia, y quiero que no se pierda nunca", ha afirmado en el estreno de una publicación, a sus 31 años, con la que "me siento un privilegiado". "Imagínate contar con este equipo, con el respaldo de la Universal…". Y lo mejor, confiesa, "es que me he sentido en todo momento con total libertad para tener el disco que quería, el que me apetecía en este momento; ya veremos los que vienen y como son, pero este es el que quería hacer ahora. He bebido de muchas influencias y de muchos artistas diferentes en un ambiente muy ortodoxo y, quizás por eso, me apetecía hacer este disco más vanguardista". Alfonso Pérez, el partner de Limón en la producción del trabajo, ha asegurado que el artista “es uno de esos jóvenes de Jerez, una ciudad que siempre ha sido cuna, que están haciendo fusiones y exportando el flamenco de una manera muy especial, son muy valientes, se meten en el pop más minimalista, en el rock, se meten en cualquier lado y son gente muy interesante”.

Desde luego, si algo es Maloko, a la vista de la genética que corre por sus venas y de las exigencias de la llamada pureza flamenca, es valiente. Aunque, dicho todo esto, casi mejor que recurramos a las palabras que le dedica su tío Diego en el libreto de su ópera prima: “Créetelo con toda la humildad que tu atesoras. Eres muy especial, muy ortodoxo, muy revolucionario, muy serio, muy de verdad, y yo me lleno de vida y de orgullo porque sé que en tus manos está la verdad. Dile al mundo lo que sientes y díselo como tu mejor sabes, cantando”. En la sede de la SGAE, antes de presentarlo, Javier Limón ha proclamado: "Estamos muy orgullosos de él, es muy joven, está nervioso, pero estoy seguro de que le vamos a dar mucho calor y cariño”. Y, acto seguido, eso ha repartido Maloko, un puñado de canciones flamencas "con mucho cariño para todos ustedes". Su verdad.