Un 3 de octubre del año 2018 nos dejaba para siempre a los 84 años en el Madrid que durante tantos años fue su lugar de residencia el escritor, poeta, flamencólogo y periodista jerezano Manuel Ríos Ruiz, como consecuencia de una larga enfermedad. Y, durante estas fechas en las que se cumplen cinco años de su partida, queremos recordar en lavozdelsur.es la figura de un jerezano cabal que fue uno de los artífices de la fundación en la ciudad de la Cátedra de Flamencología de Jerez y Estudios Folclóricos Andaluces y miembro de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras de la ciudad, además de una figura fundamental para las artes literarias y musicales jondas a nivel nacional.
Dentro de las muchas facetas que desempeñó este jerezano con alma de poeta y corazón flamenco, que llegó al mundo en el año 1934 en la casa del horno de la calle Juan de Torres del barrio de Santiago, podríamos decir que son tres de ellas las que más destacan por encima de las demás: la flamenca, la literaria y la periodística. De carácter inquieto, pero meticuloso y serio, estas características siempre quedaron reflejadas en sus trabajos e investigaciones. El extenso legado que dejó tras su marcha puede dar fe de ello.
Como periodista, si bien desempeñó gran parte de su trayectoria laboral como crítico flamenco en el diario ABC en su edición de Madrid, también fue director de la revista La Serneta, además de editor artístico y literario de la revista cultural La Estafeta —que llegó a dirigir en su reconversión a La Nueva Estafeta entre 1997 y 2001—, presentador del programa El Cuarto de Cabales en Radio Nacional de España durante más de 15 años y columnista habitual del Diario de Jerez. Ahí es nada.

El poeta que interpela a la verdad en cada palabra
En su faceta literaria, los primeros escarceos de Manolo Ríos Ruiz con la poesía los tiene a los 21 años cuando, a finales de los 50, toma contacto con otros jóvenes que tienen su misma inquietud. En esos primeros años 60 del siglo pasado crea el Club Internacional de la Poesía y, a través de esta entidad, toma contacto con personalidades del mundo literario, especialmente con poetas cercanos geográficamente.
Francisco Umbral: "Manolo Ríos Ruiz ha sabido reconvertir el poema en un emisario de emociones tanto individuales como colectivas"
Aún cuando nos deja un legado bastante importante como ensayista y poeta, los pregones de la Semana Santa de Jerez del año 1985 o el que hiciera en 1979 bajo el título Razón, vigilia y elegía de Manuel Torre, con motivo del centenario del nacimiento del cantaor jerezano, son dos de sus más importantes referencias locales. Galardonado con el Premio Nacional de Literatura en el año 1972 por su libro de poemas El oboe, así como por el conjunto de su obra poética, también recibió el Premio Hispania de las Letras del Club Universitario Hesperia de Nueva York y entre sus libros más destacados, sobresalen – aparte del mencionado El oboe- trabajos como Dolor del Sur, Los arriates, Vasijas y deidades, Razón o Libros de Poemas, donde recoge toda su obra.
A este respecto, Francisco Umbral indica que Manuel Ríos Ruiz ha sabido "reconvertir el poema en un emisario de emociones tanto individuales como colectivas, a través de una permanente reelaboración del lenguaje poético, desde la ya larga tradición del barroco andaluz". Y, abundando en este sentido, Manuel Naranjo Loreto, musicólogo y miembro actual de la Cátedra de Flamencología de Jerez y Estudios Folclóricos Andaluces que más lo ha tratado, destaca que su obra es "primordialmente autobiográfica", ya que en ella se interpela a la verdad en cada palabra “soportada sobre una versátil variedad temática” que está entrañada en las vivencias a través de las cuales "ilumina lo cotidiano y testimonia su particular visión del sentir bajo andaluz".

De la continua búsqueda de la verdad del cante a lanzar al estrellato a Manuel Agujetas
No obstante, su faceta como ensayista y escritor se centra en gran parte dentro de la disciplina del flamenco y, de su puño y letra, han sido publicados trabajos como Introducción al cante flamenco (1972), Rumbos del cante flamenco (1973), Antología del cante flamenco de la provincia de Cádiz (1983), De cante y cantaores de Jerez (1989), El gran libro del flamenco (2002), Ayer y hoy del cante flamenco (2005), La Paquera de Jerez, genio y figura del cante (2005) y, en colaboración con José Blas Vega, realizó el Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco (1988) y Maestros del Flamenco (1989). Más allá del flamenco, no podemos olvidar en este apartado la Enciclopedia Ilustrada de la Provincia de Cádiz, llevada a cabo por la extinta Caja de Ahorros de Jerez, que se realizó bajo su dirección en el año 1985.
Abundando en su faceta como defensor del flamenco, Manuel Ríos Ruiz ha sido uno de los grandes pilares en esta disciplina de la flamencología. El jerezano se convirtió junto a Juan de la Plata, Manuel Pérez-Celdrán y Esteban Pino en uno de los fundadores de la Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces, una de las instituciones más importantes en el desarrollo y divulgación del Arte Flamenco y su trabajo para las casas Hispavox – en colaboración con su inseparable José Blas Vega- y CBS, catapultó a muchos artistas desconocidos al estrellato como Manolo Sanlúcar o Manuel Agujetas, entre otros.

De su puño y letra hay versos emblemáticos como la muletilla "son los toreros, son los toreros, Rafael de Paula y Curro Romero"
Pero centrándonos en su labor con la institución decana de las cátedras de flamencología, su relación fue continua pese a estar viviendo en Madrid, participando activamente en numerosas actividades organizadas por esta, así como en la creación de propuestas tan arraigadas como la Fiesta de la Bulería, en cuya puesta en marcha en 1967 tuvo mucho que ver. Y buena prueba de ello y de su activismo flamenco puede dar fe la correspondencia epistolar que mantenía con Juan Franco Martínez Juan de la Plataque se conserva en la sede de la institución y en las que comparte “las cuitas de lo que iba sucediendo en la Cátedra y animaba a Juan en su devenir diario y, al mismo tiempo, intentaba corregirle lo que él tenía desde la perspectiva de fuera”.
Y en esa perseverancia entra en liza su faceta flamenca como divulgador, descubridor de artistas, de productor musical, de compositor y hasta de prologuista, tanto con su nombre como bajo el pseudónimo M. Guadalquivir. Tanto es así que muchas de sus letras han pasado a formar parte de ese cancionero popular que Machado sentenciara diciendo “coplas que cuando las canta el pueblo, nadie conoce su autor”. De su puño y letra hay versos emblemáticos como la muletilla “son los toreros, son los toreros, Rafael de Paula y Curro Romero” o la bulería “la calle cantarería es la calle de la pena que canta por bulería” que grabara en su día Manuel Soto Sordera.

Manuel Ríos Ruiz descubrió al mundo a Manuel de los Santos Pastor Agujetas de Jerez a través del disco 'Viejo Cante Jondo' (1970)
Pero adentrándonos en su parcela de descubridor de talentos, aparte de colaborar con José Luis de Carlos, Enrique Morente y José Blas Vega en la producción del mítico Canta Jerez o en el primer disco que grabaran para la casa Hispavox dos grandes como Fernando Terremoto y Manuel Morao, pocos o muy pocos saben que Manuel Ríos Ruiz fue el que descubrió al mundo a Manuel de los Santos Pastor Agujetas de Jerez a través del disco Viejo Cante Jondo (1970) con la guitarra de un Manolo Sanlúcar con el que inició a partir de ese momento una especial relación, no solo como tocaor de cabecera para sus producciones, sino que también le asistió como arreglista e instó al tocaor sanluqueño a iniciar su faceta de concertista a través de la magna obra de Mundo y Forma de la Guitarra, una verdadera obra de arte que se grabó durante tres años en tres volúmenes que son la biblia del toque flamenco.
María Vargas, José Vargas El Mono, El Gómez de Jerez, Vicente Soto – la primera vez que usa ese nombre y se desliga de Sotito de Jerez como lo llamaba Caracol- Juanata, Sebastián Acevedo El Berza, Manuel Parrilla, Lorenzo Gálvez Ripoll o hasta la recuperación a su vertiente más tradicional de José Mercé son algunos de los nombres que lucen en el tracklist – como se diría ahora- que tiene en su haber Manuel Ríos Ruiz, pero con la artista con quien más especial relación tuvo fue con Francisca Méndez Garrido La Paquera de Jerez, con quien conforma una simbiosis importante a la hora de producir discos y, sobre todo, como Manuel Soto Sordera de Jerez.

Su especial relación con La Paquera de Jerez y Manuel Soto Sordera
Junto a la cantaora más importante que ha dado la historia del flamenco en Jerez, Manolo Ríos Ruiz consiguió que no solo se centrara en el flamenco y las piezas de Antonio Gallardo, sino que también aprovechara sus cualidades para pisar otros terrenos y, de esta manera, grabara piezas de los maestros Antonio Quintero, Rafael de León y Manuel Quiroga, llegando incluso a grabar con ella un disco íntegramente por sevillanas.
Por otro lado, junto a Manuel Soto Sordera, se convierte en un pilar importante dentro de su carrera, ya que va a participar en numerosos discos colectivos, además de la grabación en solitario que se realiza cuando se le concede al cantaor del barrio de Santiago la Copa Jerez que otorgaba cada año la Cátedra de Flamencología de una tierra de la que Manuel Ríos Ruiz nunca se llegó a marchar del todo.
Ya bien fuese por añoranza, por nostalgia, por pasión, por cariño, por conciencia o por muchas otras circunstancias, el dietario de Manuel Ríos Ruiz siempre tuvo al sur del sur y la Baja Andalucía como punto de mira, convirtiéndose en uno de los referentes literarios, flamencos y periodísticos que quienes algún día decidieron o decidan dedicarse al arte de contar o escribir cosas, nunca deben perder de vista.
A pesar de que hoy haga cinco años de su partida, solo se muere cuando se cae en el olvido y no serán pocas las veces que hagan referencia a la vida, obra y logros de Manuel Ríos Ruiz en el mundo de las letras, de la música y de la industria cultural.