El pasado 19 de noviembre casi todos los noticiarios de cabecera se hicieron eco de la muerte del famoso asesino Charles Manson. Conocido por ser el autor material e intelectual de una las más conocidas sucesiones de crímenes en la historia de los Estados Unidos, Manson es además una figura tristemente recordada de la movida hippie californiana y un ejemplo de cómo el consumo de psicotrópicos, los desequilibrios mentales y, posiblemente, una expresión cultural desenfrenada, terminaron por escribir uno de los pasajes más negros de la contracultura. Desde Gypsy nos proponemos desenmascarar una de las historias más aterradoras de los últimos 50 años.Manson terminó por evidenciar que las proclamas de amor y paz tuvieron un inesperado resquicio de muerte, colaborando en la difamación del movimiento que nunca gozó de prestigio entre las clases más conservadoras. Muchos son hoy los que reconstruyen los fatídicos hechos de aquellos días de junio del 69 trazando el móvil de la masacre hippie. Sin embargo, la relación de Manson con el movimiento es cuanto menos cuestionable, al menos desde el punto de intelectual y no meramente circunstancial. De la misma forma, la familia Manson (una especia de comunidad sectaria que le rodeaba) tampoco puede reconocerse como meramente contracultural o cercana a la sosegada Rainbow Family.