“Entre cuatro paredes / a tres orillas navego / donde el alma me lleve / paisajes de locura y sueño” es lo que se puede leer como sinopsis del contenido que da inicio a la trilogía audiovisual que el guitarrista flamenco Manuel Valencia (Jerez, 1984) acaba de comenzar a través de las redes sociales. Ante la necesidad de plasmar las ‘diferentes pieles’ que debe encarnar un artista flamenco de su calado cada vez que cambia de registro, ya bien sea acompañando al cante, al baile u ofreciendo un concierto solista, en esta entrevista concedida a lavozdelsur.es nos cuenta los entresijos que le han llevado a iniciar este proyecto con el que va a navegar de una orilla a la otra del mundo de lo jondo.
Aquél niño que cogía con miedo la guitarra y recibía las instrucciones certeras de su tío Fernando ‘Terremoto’ (hijo) ha evolucionado a lo largo del tiempo a través de una trayectoria artística que le sitúa como uno de los valores más seguros del panorama actual del mundo de la prima y el bordón, si bien fue en 2014 cuando marca un punto de inflexión en su carrera tras alzarse con el Premio ‘Revelación’ de la Bienal de Flamenco de Sevilla y la ‘Venencia Flamenca’ de Los Palacios. En 2018 le llegaría ese refrendo definitivo al galardonarle el Festival de Jerez con el premio ‘Guitarra con Alma’ y ser finalista en los premios ‘Nuevo Compás’ de la Fundación Cruzcampo.
Algo más de seis años después de la publicación de su ópera prima – Entre mis manos (La voz del flamenco, 2016) – vuelve de nuevo a revestirse de protagonista con su guitarra en un zapateado que lleva por título ‘El árbol de las palabras’ y para el que se escolta del baile de Manuel Liñán, con quien estrenara en 2018 en el espectáculo ‘Baile de Autor’. Hoy no sólo nos atiende para analizar con mayor profundidad los motivos que le han llevado a iniciar este viaje de ‘Las tr3s orillas’, sino que también realiza un repaso a su evolución como guitarrista flamenco, así como a sus inquietudes artísticas en el mundo de lo más y menos jondo.
¿Cómo surge hacer este trabajo? No lo podemos llamar disco porque va por capítulos y digamos que es una trilogía de vídeos.
Pues surge porque en la discografía y el mundo audiovisual está todo tan cambiante que, en vez de sacar un disco, prefería hacer una trilogía de videos grabados en directo que tiene por objetivo dejar plasmado lo que pasa por la mente de un guitarrista cuando tiene que cambiar de registro, ya bien sea acompañando al baile, al cante o en lo que a tocar solo se refiere.
Si no fuese por mi tío Fernando Terremoto (hijo), yo hoy no sería guitarrista; me enseñó el amor por este instrumento
¿De ahí sale lo de llamarlo ‘Las tres orillas’?
Claro. Y, además, da la casualidad de que ahora estoy haciendo las tres vertientes de forma más o menos seguidas. Y, quieras que no, la mente del guitarrista tiene que cambiar de registro y casi de piel. Tienes que cambiar de todo porque son conceptos completamente diferentes.
¿Qué pasa en esos casos por la mente de un guitarrista?
Pues pasar puede pasar de todo. Y todo pasa por las manos.
Cuando hablas con cualquier guitarrista te dice siempre que estáis todos ‘majaras’
Si (ríe). Los guitarristas estamos ‘majaretas’ perdidos la mitad y la otra mitad están a punto.
Eso es un buen titular: “Los guitarristas flamencos, la mitad estamos majaras”
Y la otra mitad aún no saben que están a punto de estarlo. Los guitarristas flamencos estamos majaras la mitad y la otra mitad aún no lo saben (ríe).
¿Está ya realizada la trilogía o se está fabricando conforme la estáis lanzando?
Los dos primeros capítulos están ya incluso hasta montados. El primero ya salió el 13 de enero, el segundo está ya próximo a salir y me queda grabar el tercero, que lo vamos a grabar esta semana que entra. Y, como te comentaba, es un proyecto en el que he querido plasmar ese cambio de piel en el que uno tiene que dejar un traje en casa y sacar a otro depende del oficio que le toque desempeñar porque siendo lo mismo, tocar la guitarra, son oficios completamente diferentes.
¿Por qué para este capítulo dedicado al baile has elegido el zapateado?
Pues por un lado porque ya lo tenía montado con Manuel Liñán en ‘Baile de autor’ y, por otro lado, porque me apetecía hacer algo solamente con el baile y el zapateado es de las pocas cosas que se hacen sin cante y quería darle ese protagonismo al baile.
¿Cómo se llama las otras dos partes?
La segunda parte se llama la puerta del tiempo, en una en una soleá que va a ser de guitarra que tiene por nombre ‘Puerta del Tiempo’ y está dedicado a mi madre que, para mí, es mi puerta del tiempo. Y el tercero es una bulería que hago con David Carpio que se va a llamar ‘Rentoy’ y está dedicada a mi padre porque, según me cuenta la gente, era un gran jugador de este juego de cartas.
Los guitarristas estamos ‘majaretas’ perdidos la mitad; la otra mitad está a punto también, pero aún no lo saben
¿Cómo te llevas con las nuevas evoluciones tecnológicas?
Yo creo que bien, pero con miedo de quedarme atrás porque aquí te despistas tres o cuatro meses y te queda atrás. Yo tengo en mi casa mis aparatos y me grabo y la verdad que me llevo bastante bien con las nuevas evoluciones.
¿Un proyecto de disco con este trabajo no se te pasa por la cabeza?
En principio no. En todo caso tengo pensado sacar estos mismos temas, pero ya grabados y vestidos como en un disco, pero no sacar un disco de ocho temas porque eso hoy en día no se lo no come casi nadie. Y cómo las cosas se están consumiendo de una manera completamente diferente, pues vamos a probar con esto y, a lo mejor, tengo en mente de hacer otro tema más y sacar como antiguamente salían los discos chicos (Extended Play).
Y, por ahí, a lo mejor van a ir por ahí los tiros porque, además, entre otras cosas, para grabar un disco hace falta mucho tiempo y, gracias a Dios, con el con el trabajo que tengo es de lo que carezco totalmente.
El peso de la responsabilidad es una cosa que yo me tomo muy a pecho y jamás la eludo
Para quien te haya perdido la pista ¿Qué está haciendo ahora Manuel Valencia aparte de esta trilogía?
Pues ahora empezamos otra vez con Farruquito el 18 de febrero, que vamos a Castellón. Voy a estar también con Tomasa (La Macanita) en de la Gira Flamenca del Norte y estrenamos el día 7 de marzo el espectáculo de ‘Las 3 orillas’ en el Festival de Jerez, con mi compadre David Carpio que viene de artista invitado y Antonio Molina ‘El Choro’
Te voy a decir algunos nombres que considero claves en tú trayectoria artística y dime qué te han aportado cada uno de ellos. El primero Fernando Terremoto (hijo)
Si no fuera por él, yo no sería guitarrista. Así de claro.
¿Qué queda en el Manuel Valencia de hoy de aquel niño que cogía la guitarra con miedo entre sus manos?
Pues queda la ilusión, la ilusión y cada día aprendiendo, intentando aprender cada día, pero yo cada vez que me subo a un escenario, subo con esa con esa misma ilusión de entonces. Yo creo que desde que desde que yo eché mano a la guitarra sigo con la misma ilusión y con esas ganas de aprender. Eso creo que nos acompañará a los que de verdad nos gusta esto durante toda la vida.
Vamos ahora con una de tus vinculaciones artisticas más largas hasta ahora: Jesús Méndez
Pues, ahí los dos aprendimos juntos, los dos nos desarrollamos juntos y, la verdad, fue una etapa muy fructífera porque hicimos un binomio muy sólido en aquella época y fue muy productiva.
Aunque para muchos es desconocido este dato, Gerardo Núñez es una figura clave en tu trayectoria también.
Gerardo Núñez ha sido una persona me ha proyectado y me hizo ponerme delante los toros cuando yo no sé todavía si estaba preparado. Me tiró al ruedo de tocar solo. La primera vez que yo toqué solo fue porque él medio me puso delante del toro. No me pregunto siquiera. Me llamó y me dijo que me iban a llamar del Festival de Jerez para dar un concierto de guitarra en el Palacio de Villavicencio. Yo dije que si cuando me llamaron y, en el momento de decirlo, me dije ¿qué has hecho? ¡Que la acabas de liar! ¿Qué vas a tocar?
Como el peso de la responsabilidad es una cosa que yo me tomo muy a pecho y jamás la eludo, pues me puse y saqué cuatro temas para adelante. Me pasó exactamente lo mismo cuando me llamaron de la Bienal de Flamenco de Sevilla, que me llamó Antonio buzón y me dice: “oye, para tal día” y cuando le pregunté que a quién le tenía que tocar me dijo “no, no, a nadie, tú solo” y ¿cuánto tiempo? “50 minutos o una hora”. Y otra vez en el momento de colgar me dije ¿Y qué toco yo ahora?
El peso de la responsabilidad no lo tomo nunca por la calle del medio. Voy con todo.
Y, por último, Manuel Liñán ¿Cómo ha sido ese salto al mundo de la creación escénica?
Sencillo ya te digo yo que no lo fue. Y la verdad es que hacer ‘Baile de Autor’ con él y con mi compadre David Carpio me vino muy bien porque estaba en un momento de transición a la vez que tristón porque acaba de terminar de sacar mi primer disco – Entre mis manos (2016, La voz del flamenco)- y no había ido todo lo bien que yo esperaba. Y recibir esa llamada para mí fue como agua de mayo nunca mejor dicho porque, además, me motivó para seguir creando y componiendo cosas y hacer una cosa completamente diferente a lo que estaba haciendo.
Y con Manuel Liñán he aprendido lo que la gente no se imagina. He aprendido otros códigos, otra historia completamente diferente a la hora de saber cómo se monta un espectáculo de esas características y no hablo musicalmente sino escénicamente. Lo ves desde dentro y te das cuenta de cosas que antes no veías.
Ya que lo has mencionado tú, te saco el tema. Para sacar un disco hacéis un trabajo magnífico, una inversión bastante importante, pero sin embargo los que pueden sacar una gira de conciertos son habas contadas.
Es una pena. Haces una apuesta tan grande, pones tanta energía en que eso salga a la luz, que llegas a quedarte como vacío. Es un parto nunca mejor dicho. Y cuando ves todo lo que has apostado y cuando ves que no tienes algo próximo con tanta energía pues llega ese momento de crisis. Yo tuve la suerte de que me llamó Manuel Liñán y me dice: “Voy a hacer un espectáculo y quiero contar contigo”. Y eso fue lo que me hizo girar.
Y estamos hablando de una ópera prima. El segundo mejor ni pensarlo.
Para un segundo disco tienes que reinventarte la novela y hacer un libro nuevo. Aunque uno siempre trata de crecer y evolucionar y hacer cosas nuevas y si puede ser que no se parezca ahora, pues hasta mejor. Lo que si es cierto es que muchas veces nos ponemos el listón demasiado alto.
Resulta paradójico los problemas que tenéis los guitarristas para expresaros en solitario, cuando precisamente la guitarra flamenca está viviendo una prolongada edad de oro.
Y lo seguirá viviendo porque vienen unos guitarristas con 20 años ahora mismo y tocan para quitarse el sombrero. Así que a la guitarra le queda una época de esplendor bastante bonito.
¿Qué problemas entiendes que tiene ahora mismo el mundo artístico del flamenco?
Yo no sé lo que le hace falta ahora mismo para arreglar eso porque, si lo supiera, entonces sería yo un gurú y no lo soy. Aunque yo creo que lo que hace falta es afición. Muchas veces te encuentras con que los ‘pro-vanguardia’, por decirlo de alguna manera, hay veces que parece que menosprecian lo tradicional. Y al contrario también pasa. Los ‘tradicionalistas’ menosprecian a la vanguardia. Y no es ni una cosa ni la otra.
Desde que desde que yo eché mano a la guitarra, sigo con la misma ilusión y las ganas de aprender
Precisamente tú has trabajado con Manuel Liñán que se mueve en ese delgado filo de la navaja entre tradición y vanguardia o contemporaneidad.
Yo te hablo de mí. Y siempre soy del punto medio. Ahí está la virtud. Nos tenemos que quedar con lo mejor de un lado y del otro porque los dos tienen cosas buenas y otras cosas que no lo son tanto.
Si abrimos la aplicación de música de tu smartphone ¿Qué tienes en tus playlist? ¿Qué escucharíamos?
Pues te podrías sorprender porque yo no escucho nada. Me lo quitan los niños y cómo será la cosa que, cuando me saltó el resumen de lo que había escuchado el año pasado y que muchas personas colgaron en sus redes sociales, yo no puse nada porque me daba vergüenza (ríe).
Por otro lado, tampoco tengo tiempo de escuchar muchas cosas y cuando lo tengo lo que me pongo es flamenco. Y guitarra. Mucha guitarra. Ahora cuando venía para acá estaba escuchando un disco de Pepe Habichuela. El primero que sacó. Si puedo y tengo tiempo me trago los discos completos de guitarra porque es mi pasión yo. Luego me gusta más escuchar que incluso hasta tocar.
Eso dice mucho de ti y de quienes son buenos aficionados.
A mí, sinceramente, me pones a un guitarrista tocando y puedo estar escuchándolo horas y horas que no me aburro.