María Mezcle, cantaora: "He reenfocado mi carrera profesional para estar más tiempo con mi familia"

Bueno, más que cambiar de registro, diría abandonar la parte del baile. Nunca he dejado de la mano mi cante delante. Yo siempre lo he llevado. Lo único que sí que lo he compartido, digamos, lo he llevado paralelamente a la faceta del cante atrás.

Pero por circunstancias de la vida, donde pasé una serie de cosas un poco duras, hubo un año que a nivel de salud y personal fue muy duro y difícil. Y eso me llevó a poner en valor, más aún si cabe, priorizar el estar con la familia. Entonces, a partir de ese momento, empecé a decidir que, si hacía algún esfuerzo de tiempo, de distancia y de energía a nivel personal, tenía que ser para mí. Entonces ahí empezó a dejar de compensarme irme lejos a montar un espectáculo para otro o estar mucho tiempo de gira. La cuestión era remitir la distancia y el tiempo para estar con mis hijos y con mi familia.

"Arcángel está haciendo conmigo un ejercicio desde la rítmica que me está ayudando mucho"

Eso es. También es verdad que me he podido permitir el lujo de elegir. Que no siempre se puede ya que el cante es mi medio de vida. Pero, gracias a Dios, me pude permitir el lujo de decir que no a muchos proyectos que igualmente me hacían ilusión y, obviamente, también son una fuente de ingresos. Paco (de Lucía) decía: "en mi hambre mando yo".

Aunque ahora mismo mi prioridad es estar con mis hijos y con mi familia, que es lo que me ha llevado a reenfocar mi carrera y decidir que si hacía algo era para mí y solo para mí. De alguna manera, es volver un poco a mis inicios, en los que siempre he cantado delante, aunque también fui bailaora desde pequeña. El baile me encanta. Digamos que he decidido volver a este punto de partida, pero desde un lugar y una etapa de mi vida donde tengo otra experiencia y otra perspectiva, evidentemente.

Con quien he trabajado más es con Juan (Farruquito), también con el Farru y José Maya, aunque he hecho colaboraciones con Ángel Rojas y Antonio Najarro. Y en este caso, no es que la agenda fuese apretada, no era un volumen de trabajo desorbitado. Primaba es la calidad. Este tiempo que he pasado con ellos, sobre todo con Juan, ha sido volver a la universidad. Ese alimento vital del alma. Hay una faceta que mucha gente no conoce de Farruquito: el músico que lleva dentro. Es un gran aficionado al cante, a la música, toca todos los instrumentos, compone, produce todas las cosas de sus espectáculos. O sea, ese nivel musical, me enriquecía muchísimo.

Pues está siendo muy enriquecedora. Yo he vivido ya tres o cuatro experiencias de grabar en el estudio. la primera con Gerardo Núñez, luego con Évora y luego la mía propia. Y esta es la primera vez que, desde fuera, me dirige un cantaor. Además, me está sacando mucho partido. Cuando él te expresa lo que quiere con la voz, todo es mucho más descriptivo y a mí me aporta muchísimo más porque me lo está ejemplificando con mis mismos instrumentos. Así que, a la hora de yo ponerlo en pie y de yo expresarlo, es mucho más fácil y el entendimiento es directo entre garganta y garganta, a pesar de que tenemos unos timbres muy diferentes y unos registros sonoros muy diferentes. Es más, me dice, que no me importa la melodía, ni le importan los detalles. Lo que más le importa está basándolo en la rítmica. Y está haciendo conmigo un ejercicio desde la rítmica que me está ayudando mucho, porque muchas veces hay cosas que las damos por sentadas, pero que no nos hemos parado a analizarlas., cuando lo haces o viene alguien y te la explica matemáticamente y tú lo integras y lo asimilas, te vuelve a dar la vuelta. Es otro volver a empezar.

"La primera idea es que hagamos dos o tres temas muy flamencos"

Claro. Cosas que yo no había interiorizado como tal o no sabía sus porqués o sus causas. Y cuando ya lo comprendes, desde ese punto más analítico, te cambia todo. De todos modos, hay que tener también un poco de cuidado de no entrar un poco en la neurosis de "ahora lo quiero hacer todo así". Porque, evidentemente, esto es una herramienta y un recurso con el que ahora estoy en esta nueva cabeza de extrapolarlo a todos los cantes, aunque hemos empezado a trabajar con la soleá. Pero claro, ya en todos los cantes voy con esa nueva mirada. A analizar y a poner en práctica esta nueva manera que he aprendido con él.

Pues el primer día mi cabeza se abrió en dos y había momentos en que tenía que decirle "házmelo tú porque ahora mismo no se dónde estás queriendo que entre". Y mira que yo me considero una persona rítmicamente bastante suelta, porque desde los seis años he estado bailando y es algo que lo llevo dentro, no solo de la voz sino del cuerpo. Y es algo que se me da bien y que me gusta, pero esto me ha llevado a una pista más allá.

Pues aún no lo tiene. Es más, en principio no lo tenemos pensado como disco, sino más bien como proyecto de flamenco que no sabemos hasta dónde vamos a llegar. La primera idea es que hagamos dos o tres temas muy flamencos y volver a mostrar a esa María Mezcle cantaora, que empieza desde este nuevo punto de partida a mostrarse únicamente como cantaora. Así que, de momento, vamos a ir sobre la marcha y vamos a dejarnos fluir y ver qué va ocurriendo.

No tenemos puesta fecha aún, pero sí que queremos que salga lo antes posible. Porque ya estamos mezclando la soleá y ahora toca decidir si se queda como está o metemos algún instrumento más, entonces yo no creo que tarde más de dos meses en estar lista. En septiembre yo creo que está en la calle. Al final del verano.

Pues mañana voy a estar en Sevilla, en el festival flamenco de La Fragua de Bellavista, aunque acabo de llegar de Francia, de colaborar con el Ballet du Capitol de Toulouse, que ha sido todo un éxito, donde he cantado y bailado con bata de cola y mantón y la experiencia me ha gustado tanto que, si Dios quiere, muy pronto esa faceta mía de bailadora creo que ha llegado el momento de que vuelva a salir.

Bueno, el baile siempre ha estado ahí porque yo me llevé bailando desde los seis años hasta casi los veinte. Así que han sido muchos años bailando y yo me siento bailaora, aunque me dedique al cante. Incluso en la pandemia volví a empezar a bailar a través de las clases esas online, porque era la única manera de desahogarme ya que no podíamos salir y trabajar.

En pandemia los artistas nos comimos todos los ahorros y no dio para más. Me apunte a las clases que se daban a través de internet e incluso lloraba cuando terminaba las clases, bailando en calcetines en el piso para no molestar. Y eso me removió tanto que pensaba en qué momento había dejado yo de bailar si esto me hace tan feliz como el cante.

Y ahí decidí que no sabía cuándo iba a hacerlo, pero que yo tenía que volver a bailar. Al menos, que en mis recitales de cante pudiera incluir el baile, porque me he dado cuenta de que con el baile suelto mucho nervio a través del cuerpo y soy capaz de cantar después más tranquila. Lo veo más como una necesidad personal que algo de cara al público o al marketing.

Y ahora, cada vez que puedo, me escapo a Amor de Dios a tomar clases con mi David Paniagua, que muero con él, lo que pasa es que tampoco tengo tiempo para bailar todo lo que quisiera. Pero si tengo claro que, a partir de ahora, voy a empezar a mostrar todas las versiones de María Mezcle que existen, a nivel de cante y de bailaora flamenca.

Cierto (sonríe). Las cosas de las endorfinas. Pues próximamente me voy a Luxemburgo con Alfonso Losa, que es de lo último que hago porque ya lo tenía comprometido hace mucho. Y luego, con Antonio Najarro, voy a estrenar un espectáculo en noviembre, donde él siempre me pone en esa tesitura de cante y baile que a mí me gusta. De hecho, es lo único que he conservado: trabajar con Antonio Najarro, porque no considero que esté cantando para el baile, sino que él me da un lugar como más de artista invitado, de cantaora en colaboración de ese tipo de cante que no es cantarle al bailaor, sino que al final es un ballet y yo hago unas pinceladas donde estoy muy cómoda. Creo que le está dando a la danza un sitio con mucha clase. La que se merece. Además, todo hay que decirlo y aparte de que yo admiro mucho a Antonio Najarro, es cierto que también estoy en mi casa y juego con la ventaja de que, si hay ensayos, él se adapta a mi horario.