Graham Bond- Holy Magick (1970)
Graham Bond- Holy Magick (1970)
Desde mediados de los setenta se han ido normalizando los motivos esotéricos en el rock. Los grupos que hoy dicen jugar con lo oculto suelen presentar cuanto menos la envoltura de lo que ya es una moda, y generalmente se queda en eso, en envoltura. Cuando uno ata los cojones del moderno San Cucufato de la Web para recuperar aquel “occult rock”, no brota con facilidad el material que hemos estudiado a lo largo de esta sección, sino agrupaciones contemporáneas como Ghost y The Devil's Blood, cuando no revivals nostálgicos del viejo satanismo psicodélico. La hiperespecialización de la paleta musical erige géneros enteros en torno a aquellos cuatro gatos que se atrevieron a abordar arcanos esotéricos en los primeros tiempos, cuando éramos muy pobres y muy pocos. Por eso se vuelve una gran responsabilidad recomendar grupos posteriores a la década prodigiosa, aunque creemos que no podemos ahorrarnos a los adeptos del mago inglés Aleister Crowley, conocido como la Gran Bestia 666, que fue uno de los ocultistas más célebres del siglo XX. Crowley, al que la prensa gustaba de apodar "El hombre más perverso del mundo", describió en El Libro de la Ley una filosofía-religión que bautizó con el nombre de Thelema y condensó en la siguiente máxima: "Haz tu voluntad será toda la Ley. El amor es la ley, el amor bajo la voluntad". Para ponerla en práctica se rodeó de mujeres y de drogas en la Sicilia de los años 20, en una comunidad conocida como Abadía de Thelema, convirtiéndose acaso en la primera celebridad del siglo XX en adoptar el estilo de vida de estrella de rock. Si la espiritualidad contracultural de los sesenta estuvo marcada por el yoga o el tantrismo, la tiniebla de los setenta maduros y los primeros ochenta se reconocerá en Crowley, que garantizaba tanta o más indulgencia con respecto a las propias pasiones. Pues, si la magia sexual de Crowley ligaba misticismo y libertinaje, los libertinos del rocanrol sólo tenían el misticismo por ganar.

Current 93

A finales de “la década del yo” numerosos músicos comenzaron a juguetear con un ocultismo de corte nihilista. Destacan los miembros de ciertas bandas industriales, como Boyd Rice o Genesis P-Orridge, de Throbbing Gristle y Psychic TV, quien fundó la orden mágica Thee Temple ov Psychick Youth, sucesora autoproclamada de la Ordo Templi Orientis que fundó Aleister Crowley. La membresía de esta nueva Orden (hasta donde nuestro limitado conocimiento alcanza bastante de pantomima) ofrece una imagen fiel de la escena industrial-experimental de la nueva década: Coil, Throbbing Gristle, Current 93… Estos últimos son responsables de algunos de los sonidos más terroríficos de su época. Liderados por David Tibet, predomina en su marabunta de imaginerías la mística cristiana, aunque a veces pareciera adivinarse su opuesto...

Graham Bond

Graham Bond, mayormente conocido por su Graham Bond Organization, fue otra estrella de rock que, como David Bowie o Jimmy Page, desarrolló en cierto momento de su carrera un interés por lo Oculto y su más célebre taumaturgo. Aunque, más que citar a Crowley para seducir a mozas impresionables, Bond creía ser algo así como su hijo biológico. Delirante, arruinado y con graves problemas con las drogas, falleció de forma misteriosa en 1974, en lo que algunos creen un suicidio; no sin haber dejado un denso álbum ritualista como testimonio de sus obsesiones: Holy Magick.

Zero Kama

Un número de agrupaciones continentales de industrial-ambient e influencia crowleyana, sobre todo italianas, se organizaron en torno al sello Nekrophile Rekords a mediados de los ochenta. Por dicha disquera fueron publicados los ignotos Lashtal o a los cabalísticos Ain Soph (no confundir con los japoneses), aunque otras bandas del mismo palo, como Thelema, quedaron relegadas a la oscuridad de la autoedición. Instrumental de Zero Kama. El más sui generis de estos lanzamientos fue quizá el de Zero Kama, un proyecto del fundador del sello, Michael DeWitt. Su único disco de estudio se llamó The Secret Eye of L.A.Y.L.A.H. (1984). La contraportada mostraba un altar con calaveras y se jactaba de lo siguiente:   “Todos los instrumentos escuchados en este álbum fueron realizados exclusivamente de huesos y calaveras humanas por la mano de Zero Kama. Nunca han sido utilizados desde el momento de su grabación, que tuvo lugar en el Templo Secreto de Laylah del  5 al 28 de mayo de 1984 e.v. Remezclado en el Estudio Psiconauta de Viena en noviembre de 1987 e.v., y dedicado al símbolo de Laylah, que significa noche y muerte, así como a su equivalente numérico, Oz, una cabra o fuerza sexual desatada de creación, mostrando así la identidad de las dos fuerzas opuestas básicas en este generoso universo de belleza y fuerza, en el que los Amantes pueden encontrar éxtasis en Pan. Quien desee entrar en este mundo de oscuridad, en el que mora la Gran Cabra, puede pasar a través del sigilo de Oz dado en la portada frontal. Haz tu voluntad será Toda la ley".

Sobre el autor:

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Óscar Carrera

Estudió filosofía, estética e indología en las universidades de Sevilla, París y Leiden. Autor de 'Malas hierbas: historia del rock experimental' (2014), 'La prisión evanescente' (2014), 'El dios sin nombre: símbolos y leyendas del Camino de Santiago' (2018), 'El Palmar de Troya: historia del cisma español' (2019), 'Mitología humana' (2019) y la novela 'Los ecos de la luz' (2020). oscar.carrera@hotmail.es

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