El pasado 8 de abril se celebró el Día Internacional del Pueblo Gitano, ese mismo día del año 1971 fue cuando se inauguró en Orpington, al sur de Londres, el Primer Congreso Internacional Gitano. Se organizaron mesas de trabajo en las que se establecieron los símbolos como pueblo, la bandera y el himno, así como  la palabra Romaní como forma de auto definirse y el romanés como la lengua común, se establecieron comités a los que se les encomendaron diferentes tareas para la reivindicación y puesta en marcha de los acuerdos alcanzados en este gran evento de autoafirmación y reconocimiento del Pueblo Gitano.

No fue hasta su cuarta edición cuando se instauró el día 8 de abril para recordar al mundo quiénes somos y a donde vamos los gitanos. Una fecha que, más que para festejar, debe ser un acto de reivindicación frente al racismo estructural que aún impera y que está presente entre nosotros en el día a día.

Este libro escrito por Silvia Agüero y Nicolás Jiménez hace un recorrido por los distintos procesos históricos que han jalonado el devenir gitano. Por otra parte, aborda de manera transversal y con disciplina académica, cuestiones de carácter sociológico y antropológico sobre la situación de los gitanos actualmente.

Es, pues, un libro que trata, sobre todo, de la gitanidad, ese acto de resistencia cotidiano que lucha contra los estereotipos, las construcciones sociales y los clichés y donde deja claro lo importante que es hacer una revisión de todo lo que se ha dicho o escrito a cuenta de los gitanos, revisión que se debe hacer necesariamente desde la perspectiva decolonial y con mirada gitana.

Los gitanos necesitamos autorepresentarnos, crear nuestras propias narrativas, la invención de la otredad sirve de paradigma porque en ella nos vemos reflejados, "Resistencias Gitanas" está pensado y escrito para todos los que entiendan que somos fuente de conocimiento.

Representar “lo gitano “en España fue un ejercicio perverso de apropiación de parte de nuestra identidad y de invención al mismo tiempo, y al que curiosamente los mismos gitanos hemos llegado a entender como propio y que forma parte de una idea romántica que vino a llamarse gitanismo, que como tal, se construyó con su propia estructura ideológica y estética. Esta corriente surge en el siglo XVIII y toma carta de naturaleza tras la Prisión General de los Gitanos en 1749, un hecho luctuoso e ignominioso en la historia de España, que ha estado silenciado hasta fechas recientes y por el que nunca se ha pedido perdón.

Lo curioso es que esta corriente, burguesa y aristocrática, asume parte de la simbología gitana para instrumentalizarla y así poder usarla frente a las ideas ilustradas que iban minando el Antiguo Régimen. El gitanismo venía a representar de manera imaginaria un vínculo con lo español, de pronto el casticismo y sus diversas formas  se convirtieron en iconos frente a lo extranjerizante.

Este precioso libro universaliza la cuestión gitana y lo hace también a través de su propia memoria, la de un pueblo que es indio de origen, europeo de concreción y trasnacional en su proyección, es, por tanto, en Europa donde se construye la cultura gitana. Por eso están presentes las historias de gitanos de Hungría, Rusia, Suecia, Alemania o España, muchas de ellas cargadas de dolor y otras de esperanza porque su relato nos dice que más allá del estereotipo y del estigma otorgado, la condición gitana, a esa que apelaba mi mare Mariqueta a lo largo de su vida, esa condición nos hace libre y al mismo tiempo, integradores en la sociedad actual.

Este ensayo se divide en nueve capítulos y un pequeño glosario, dedicados a lo cotidiano, a lo heroico, a las bellas artes, a la religiosidad del pueblo gitano y al poderoso vínculo que tiene con las artes escénicas. Incide su mirada en la gran pantalla y la importancia que tiene el cine y en la manera que se proyecta nuestra imagen. No olvida lo importante que es la literatura, no la que contribuyó a crear la falsa imagen de los gitanos, sino la creada por las propias gitanas y gitanos El capítulo ocho está dedicado a la valentía de muchos gitanos que murieron por el mero hecho de serlo y en el que es ineludible hablar del sufrimiento que muchos padecieron en la Alemania nazi, baste recordar, las leyes de Núremberg de 1935 que no solo se aplicaron a los judíos, también a los gitanos. El capítulo nueve es el que da título a este libro, “Resistencias Gitanas”  y en él nos introducimos en el feminismo como movimiento social que atañe tanto a hombres como a mujeres pero desde una posición gitana, ya que se pretende hablar de diversidad y de interseccionalidad. Al mismo tiempo, se recuerda la postura adoptada por las mujeres gitanas en ciertos momentos de la historia del Pueblo Gitano, como la ya mencionada Prisión General de los Gitanos y en los campos de exterminio nazis.

Remata esta obra de Silvia Agüero y Nicolás Jiménez con un pequeño glosario que nos ayuda a entender y contextualizar los hechos, relatos, denuncias y reflexiones que en ella se vierten. Un ensayo que invita a reflexionar y al mismo tiempo a posicionarnos, a tomar postura y asumir que hay una legitimidad comunitaria, la Rromanipen. 

Sobre el autor:

Manuel Naranjo

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