Un recorrido por la segunda edición de Redetejas, un evento que organiza espectáculos en varias azoteas particulares de intramuros. Nûk, The New Costellas y Merche Corisco, el mago Manu Gómez y el dúo Comancheros amenizan la velada durante un recorrido que va desde la plaza del Mercado hasta calle Larga, pasando por San Lucas y Juana de Dios Lacoste.
En una pequeña casa de la plaza del Mercado comienza la ruta de Redetejas, una de las tres en las que los organizadores dividieron a las 60 personas que han disfrutado de la segunda edición de este evento, que pretende poner en valor el casco histórico y dotarlo de vida. La idea es muy sencilla: Realizar espectáculos en azoteas privadas de intramuros y conformar una ruta en la que los visitantes puedan disfrutar de la cultura en un ambiente distendido y familiar. La hora de quedada eran las ocho de la tarde. Pocos minutos antes, Irene Luque, una de las organizadoras, no se despega del teléfono explicándole a los integrantes del primer grupo por dónde pueden llegar al lugar de quedada. Que no cunda el pánico, llegaron a tiempo.
Nûk, el grupo que actuó en la primera azotea, es de Sevilla. Aunque puede que el nombre no les suene seguro que algunos de sus integrantes sí, ya que formaron parte de la exitosa webserie Malviviendo. Antonio Velázquez (bajo), Javi Lería (vocalista y guitarra), Álvaro Pérez (batería) y Carlos García (guitarra y piano) componen el grupo, que tiene influencias del rock indie de los 90 y que se inspira en bandas como Muse o Radiohead. En una azotea de dos alturas, a la que se llega tras cruzar una coqueta vivienda, tuvo lugar el concierto. Con la mitad de las canciones que componen su primer disco, ‘The surface’, deleitaron a los presentes. Aunque como dijo el propio Antonio Velázquez, con un formato más “vacilón” que el del álbum: En acústico. Y con instrumentos poco habituales. Un xilófono, una melódica (teclado que se sopla para que suene) o una pandereta de pie. Quieren diferenciarse y lo consiguen.
No había que andar ni cinco minutos para llegar a la siguiente azotea, situada en una vistosa casa-palacio de la plaza San Lucas. Las vistas no podían ser más espectaculares. A un lado, la iglesia de San Lucas, a la derecha de esa imagen la Catedral y buena parte de San Mateo. El escenario era ideal y el grupo, The New Costellas, no decepcionó. Con la voz de Merche Corisco interpretaron varias canciones de la excéntrica cantante islandesa Björk. La puesta en escena, austera pero resultona. Una esterilla, varias sillas, sus correspondientes atriles con espumillón de colores, los micrófonos y ellas. La voz sensual e intensa de Corisco mezclada con el delicioso acompañamiento musical del quinteto de cuerda compuesto por Marta González, Belén Lucena, Libertad Aguilar, Pepa Niebla y Sandra Raña, fue de lo mejor de la noche.
En una azotea de la calle Juana de Dios Lacoste, cerca del antiguo cine Astoria, esperaba el mago Manu Gómez. “Atención, apaguen los teléfonos móviles…”, comenzaba diciendo una voz que sonó a través de unos pequeños altavoces instalados en el escenario improvisado para la ocasión. Una tela negra con las esquinas rojas, un atril, un maletín, un sombrero y una caja fue todo el atrezzo que necesitó para dejar con la boca abierta a los presentes, aunque su particular sentido del humor también ayudó. A través de bromas y chascarrillos relajaba el ambiente hasta hacerte caer en su trampa. La función fue menos espectacular que la de la primera edición de Redetejas, en la que también actuó, pero igual de sorprendente. El truco de romper una carta, que alguien del público se quede con un trozo y que luego encaje perfectamente con el que le falta a una que saca de un limón (por contarlo de una forma muy resumida), fue el más vistoso. Aunque tampoco se quedó atrás uno en el que mandó al público escribir un número de teléfono para llamar a una persona y adivinar la carta en la que pensó. ¿Cómo lo hizo? Cosas de magos.
La fiesta acabó pasada la medianoche en plena calle Larga, donde se unieron los tres grupos en los que se había dividido la actividad. Allí cerró el dúo Comancheros, formado por Gustavo Domínguez (clarinete bajo) y Borja Díaz (batería), en una actuación que mezcló el jazz y el afrobeat y que se hizo larga para algunos de los presentes. A sus espaldas, en la parte de detrás del Gallo Azul, se proyectó una presentación que contaba en qué consiste Redetejas. La próxima edición será entre septiembre y octubre, para la que habrá que estar atentos para reservar entradas. Esta vez se agotaron en apenas cinco minutos, señal de la expectación que genera este joven pero exitoso evento. La idea original es de la empresa de gestión cultural La Matraka, que ha realizado esta actividad en ciudades como Huelva, Granada, Sevilla o Córdoba. En Jerez se ha hecho gracias a la labor de Irene Luque y su compañero Jorge Izquierdo, que forman Infusiones Urbanas, una plataforma con la que han dado vida al proyecto ‘Diagnóstico Intramuros Jerez’, del que ya habló este medio y que pretende conocer a fondo qué pasa y sobre todo qué hacer con el Jerez más antiguo. En intramuros hay que intervenir de manera “certera”, asegura Luque, que apuesta por aportar “atractivo” a esta zona de la ciudad para “conectar a la gente”. Una tarea difícil, pero no imposible, y en eso trabajan.
Vídeo: Julián Azcutia
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