La sede del Instituto Andaluz de Flamenco en Sevilla ha acogido una jornada muy especial. La nueva directora del Ballet Flamenco de Andalucía, Patricia Guerrero, daba a conocer en la Casa de Murillo cómo será el próximo estreno de la compañía autonómica de danza, en el que la temática lorquiana volverá a ser protagonista.
Con más de 11.000 entradas vendidas de forma anticipada, el 3 de agosto verá la luz Pineda, el trabajo con el que la bailaora granaína se imponía en la convocatoria pública llevada a cabo en el mes de octubre del año pasado y gracias al cual estará al frente de la compañía publica de danza flamenca los próximos años.
"El buen trabajo previo que Patricia había hecho, la capacidad de ilusionarnos y ver que estaba proyectado en un papel cómo podía ser realidad y en directo en un teatro ya empezó a sonar Pineda", señalaba Cristóbal Ortega, director de la institución andaluza, resaltando que el Ballet Flamenco de Andalucía supone "la marca institucional que nos representa en todo el mundo".
Después de cuatro años y tras los avatares acontecidos y que dejaron en el tintero la segunda parte del Maleficio de la Mariposa — aunque Úrsula López sí que de forma privada la ha llevado a cabo como la Comedia sin título—, el que "debe ser siempre nuestro buque insignia", tal y como afirmaba Ortega, volverá al Teatro del Generalife este verano.
Y desde donde comenzará una gira en la que Pamplona, Málaga y Córdoba serán espacios que visite con Pineda el Ballet Flamenco de Andalucía, junto con su paso por la Bienal de Sevilla y los habituales espacios internacionales que visita la compañía durante el año.
"Sabía que en algún momento iba a aparecer un Lorca mi carrera"
Recordando aquellos momentos en los que elaboraba el proyecto que verá la luz próximamente de Patricia Guerrero, la propia coreógrafa no daba crédito a que "estemos a menos de un mes de estrenar un proyecto, que no me creo que tenga en mis manos" porque para ella es "un sueño hecho realidad y esta coctelera está a punto de estallar".
En este sentido, la artista granaína sabía que "en algún momento iba a aparecer un Lorca en mi carrera", pero no esperaba que esto fuera al frente del Ballet Flamenco de Andalucía aun cuando desde pequeña ha tenido presente "a todos los maestros que han pasado por aquí como Mario (Maya), que fue un gran maestro mío, o Rubén (Olmo), con quien estuve en esta compañía hace diez años".
El compromiso que ya le viene de nacimiento en su ciudad natal, así como por los años en los que Guerrero es una habitual en el ciclo Lorca y Granada han provocado que considera que Pineda sea "un personaje que va mucho conmigo y con mis anteriores personajes", en los que ha encarnado a mujeres luchadoras, fuertes y con mucha ambición personal, por ser y llegar a conseguir "lo que ellas necesitan y desean y luchan con toda su fuerza". "Un personaje que me venía como anillo al dedo", exponía.
Un ballet donde la calidad es la principal defensa
Si por algo se ha caracterizado la trayectoria de Patricia Guerrero a lo largo de su carrera en solitario, la calidad y la apuesta por contar con el mejor elenco posible en todos sus proyectos es la patente de corso de una bailaora y coreógrafa, que ahora dispone de "todas las herramientas para poder trabajar con tiempo un proceso creativo" y que en esta ocasión va a estar acompañada, entre otros, por Alberto Conejero como dramaturgo, Juan Gómez Cornero como diseñador de iluminación y, sobre todo, por Dani de Morón, Agustín Diassera y Sergio El Colorao en la composición y creación del espacio musical y sonoro.
Además de todo lo anterior, más el elenco de bailaores y artistas que superaron los castings convocados obviamente, en calidad de artista invitado será Alfonso Losa como "el malo de la película", como el mismo se autodefinía en el acto de presentación. "Para mi Alfonso es uno de los artistas más importantes en estos últimos años de mi carrera", incidía Guerrero subrayando que durante este tiempo ha sido una persona que "me ha llevado a otros lugares" y que juntos han transitado por "una tercera personalidad que hemos creado entre él y yo".
"Yo no entiendo el baile sin quienes son mis pies y mis manos", apuntaba Guerrero aludiendo al trabajo realizado por Dani de Morón y Agustín Diassera, para que Pineda suene a "Andalucía, flamenco, a nuestra tierra y en una combinación explosiva" en colaboración de Sergio El Colorao y el compositor Manuel Bustos que ha encargado de "hacer los arreglos de las piezas de Dani y de Agustín".
Una generación de creadores y talento joven
Al igual que cuando Patricia Guerrero ingresó al Ballet Flamenco de Andalucía, la actual directora de la compañía andaluza de danza será la responsable de "una nueva generación de creadores", bajo la ilusión de poder trabajar cada día "muy ilusionada" y sintiéndose responsable de ellos porque "son como mis hijos que me han salido de repente". "Cuando me presenté a la entrevista le dije a Cristóbal que yo no presentaba mi proyecto, sino algo más importante que eso", remataba.
Y dentro de esa generación de nuevos creadores llenos de talento, se encuentra La Venidera como compañía invitada y que han hecho "la coreografía de la batalla", en la que Albert Hernández e Irene Tena son "dos jóvenes bailarines que tienen una compañía". "Me parecía importante apostar por la gente joven y creativa" que no tenga miedo a aportar, como los bailarines oficiales que integran la compañía: Sofía Suárez, Araceli Muñoz, Claudia La Debla, María Carrasco, Lucía La Bronce, Ángel Fariña, Pablo Egea, Álvaro Aguilera y Hugo Aguilar.
"Generaciones que vienen pisando fortísimo", según Guerrero para vivir "el verano de mi vida" y que tendrán la suerte de contar con Jasiel Nahím, Cristina Solera, Blanca Lorente y Agustín Barajas, cuatro bailarines extras en los 16 días de representación de Pineda en el ciclo Lorca y Granada, además de Amparo Lagares, Manuel de Gines y Jesús Rodríguez al cante, José Luis Medina a la guitarra y la percusión de David Chupete.
Una Mariana Pineda colectivizada y abierta a la ciudad de Granada
Son pocas las personas que se resisten a la llamada de una de las artistas más jóvenes que ha dado el flamenco y que ha sido galardonada con el Premio Nacional de Danza. Tan es así que el dramaturgo Alberto Conejero manifestaba que "no lo dudé ni un segundo" cuando recibió la propuesta de "una creadora a la que admiro, una mujer cabal y con calambre, que de repente te propone un proyecto que cae de lleno en tus propias pasiones".
"Sentía que Patricia me invitaba a una casa en la que yo iba a estar bien, iba a ser feliz y así está siendo", añadía desvelando alguna conversación mantenida con la protagonista para saber cuál era su Mariana Pineda porque "hay muchas Marianas Pinedas dentro de la obra de Federico García Lorca".
Y como una obra infinita que revela distintas capas cada vez que uno se acerca a ella y cada uno tiene su propia mirada, la capitana del barco ha tenido claro que "había que colectivizar una obra de cámara tardo romántica, que transcurre bajo techo — salvo su tercera estampa—, para abrirla a la ciudad de Granada" y se entendiera como una mujer que ha dado "mucha batalla por la libertad".
En los mismos términos se expresaban Dani de Morón y Agustín Diassera, para quienes estar en otro proyecto más con Patricia Guerrero es especial "porque ha hecho una maravilla" y a través de la música que ambos han creado se ha generado de forma colectiva, para librarla de estigma de que "nunca salga de un percusionista".
Y ante ello, para el tocaor ha sido "muy especial ponerme a su servicio y poner las notas y las manos donde él me diga", llevando a buen término que la guitarra sea un instrumento que "nace de la generosidad, concebido para acompañar y siempre es algo maravilloso no perder eso".
No obstante, el gran reto ha sido "diseñar música para la danza", con el objetivo de que "el último arreglo lo da el propio cuerpo". "Eso es lo que hemos intentado encontrar de manera natural", añadía Diassera incidiendo en que Patricia Guerrero "le suma más a esa música".
Por su parte, Alfonso Losa esgrimía que son "afortunados por que el talento de Patrica Guerrero los ha unido y, aunque a mí me toque interpretar al malo de la película", un personaje poderoso aunque sombrío como Pedrosa, para él es un reto mantener toda esa energía siempre que entro en interactuación con los demás personajes al tener que crear "una tensión que está en toda la trama y eso, combinarlo con el baile, no es fácil". Y, por otro lado, aparte de la teatralización y la actitud del personaje, siempre intenta buscar "un lenguaje coreográfico que tenga esa personalidad, que ayude a buscar esa tensión, esa energía y esa fuerza que debe tener el personaje, junto a la teatralización y a la actitud".
Un romance popular en tres partes
El personaje de Mariana Pineda, la forma de los monólogos que compone Lorca, las conversaciones consigo misma, su esencia y su personalidad han provocado que surgiera "un amor a primera vista" por parte de Patricia Guerrero con respecto a la obra de su paisano poeta. Pero, en cambio, es su deseo mostrar "esa otra Pineda que también está presente y que no está tan expuesta, más política, más luchadora y activista", que también la motivaba.
Para todo ello, el espectáculo hará bueno el subtítulo que le otorgó su autor, respetando el patrimonio, el diálogo y la tradición con "dramaturgias potentes", con la intención de pasar una obra de dramática a coreográfica de danza, pero sin perder la esencia de "lo que creemos que Lorca hizo también" llamándolo con un subtítulo de romance popular en tres partes.
En primer lugar, "el romance con todos sus sentidos, como tal, flamenco y poético, es una historia que queremos seguir compartiendo" a modo de eslabón de la cadena que va cantando y contando la historia de Mariana Pineda. En definitiva, una historia que "se comparte y que la comparten, que nos pertenece a todas y a todos".