Cádiz aún puede ser más chico. Los visitantes y vecinos que se asombran por sus reducidas dimensiones —es el término municipal más pequeño de capital de provincia en España con apenas ocho kilómetros cuadrados— siempre tienen un nuevo asombro que descubrir en un espacio tan reducido.
La histórica maqueta de 1779, la que custodia el Museo de Las Cortes en la calle Santa Inés, junto al histórico Oratorio de San Felipe Neri, ofrece en sus callejuelas de madera, en sus edificios labrados, una visión de realismo sorprendente que siempre atrapó a niños y mayores durante la visita.

Ahora, esa reproducción a escala de la ciudad cuando estaba a punto de nacer La Pepa regala una sorpresa inesperada. Ha sucedido durante las obras de limpieza y conservación iniciadas este 12 de marzo.
Aunque estos trabajos se realizan de forma periódica, al menos cada década, en esta ocasión han sido más profundos. El equipo a cargo del restaurador Pedro Macías ha descubierto un detalle minúsculo, como todo en un mundo a escala, pero lleno de riqueza histórica.
La reproducción del apartado del Castillo de Santa Catalina, el más pegado a la ciudad de los dos que cierran La Caleta, tenía guardado aún más. Durante las tareas de cuidado de la maqueta, Macías detectó que el techo de la capilla "estaba encolado, con material de la época original, por lo que nunca había sido levantado".

Al alzarlo, aparece el interior de la capilla perfectamente reproducido. Con la Virgen que le da nombre, altares y columnas. Nadie tenía constancia de la existencia de este complemento dentro de una pieza única.
"Esta joya en miniatura representa el interior labrado con gran minuciosidad en madera, marfil y pan de plata". A pesar de las frecuentes rehabilitaciones, "nadie había reparado en que el techo de la capilla era desmontable" y al retirarse deja ver "un retablo de hornacina a tres cuerpos como el original que se puede visitar" apenas a un kilómetro, en el castillo caletero.
El alcalde, Bruno García de León, y la delegada de Cultura del Ayuntamiento de Cádiz, Maite González, acompañaron este martes a la directora del museo, Fátima Salaverri, y a Pedro Macías en la presentación del pequeño descubrimiento.

Tanto el hallazgo como el resto de piezas desmontadas pueden visitarse aún en plena fase de conservación, ya que el Museo de Las Cortes permanece abierto: "Por primera vez el público visitante puede ser testigo de estos trabajos y conocer cómo se desmonta la maqueta y la disposición del caserío para su restauración y conservación".
En esta situación puede verse con mayor nitidez la base, con listones de madera, que permite conocer el viario de la ciudad en el tránsito entre los siglos XVIII y XIX, los espacios donde se ubicaban las manzanas de las viviendas o los desniveles del terreno.

La superficie sobre la que se actúa en esta limpieza, la que ocupa la maqueta, es de 25 metros cuadrados. En total, incluye 350 piezas desmontables agrupadas en 305 bloques. Entre ellas había una desconocida que ahora pasa a formar parte del atractivo imperecedero de una insólita pieza de museo.
El alcalde, Bruno García, festeja este descubrimiento y, como el resto de la rehabilitación, espera que "sirvan de aliciente para que haya un incremento de visitantes" que, aseguró, ya ha sido notable durante el mes de marzo.