El pasado lunes se presentó en Jerez la antología Cien poemas de Julio Mariscal Montes. El acto estuvo presidido por Francisco Zurita, Delegado de Cultura del Ayuntamiento de Jerez. Tras saludar a todos los participantes, mostró su satisfacción por poder estar en esta presentación. Resaltó el carácter eterno de la poesía y la importancia de recordar a los grandes creadores que ya no están entre nosotros, como Julio Mariscal, "al que le tocó vivir una época complicada, en unas condiciones muy difíciles, pero que, por encima de todo, hizo de la poesía un arte y de la vida un arte, y nos dejó un gran legado, perfectamente recogido en este libro". Blanca Flores, encargada de la edición, fue introducida por el escritor Juan José Téllez. El acto contó con la intervención musical de Santiago Moreno, Paco Luque y Salvador Valle, que recitaron y cantaron poemas de Julio Mariscal.

Juan José Téllez recordó la trayectoria investigadora y literaria de Blanca Flores. A pesar del importante cargo político que ostenta, subdelegada del Gobierno en Cádiz, "no tira la toalla en el ámbito de la literatura y la poesía, en el que siempre ha incurrido desde muy temprana edad, desde que comenzó a escarbar, cuando estudiaba filología, en la obra de Julio Mariscal y el grupo Alcaraván…". Blanca Flores dedicó sus tesis doctoral a la obra del poeta arcense y ha publicado sus obras completas en la Isla de Siltolá. Por eso, Javier Sánchez Menéndez, director de la editorial, le pidió que seleccionara cien poemas de Julio para esta colección. Juan José Téllez también mencionó otras obras de Blanca, como Las mijitas del freidor, de Fernando Quiñones. Y su propia obra poética: Carne de cuneta, Vaivén, Ecos de un solo saxo…
Aunque ha habido otras recopilaciones, según Téllez, con esta antología se cubre una laguna. Y es que ha habido una cierta injusticia con Julio Mariscal. "Su poesía aparece y desaparece de los catálogos con una frecuencia estresante". En los manuales que hablan de la generación del 50 suele ser olvidado, junto con otros autores andaluces. Hay una excepción, el libro escrito por Antonio Hernández sobre los poetas andaluces de los 50. Así, esta antología, Cien poemas, es un acto de justicia. Pone en su lugar a un poeta “que tuvo una voz propia al mismo tiempo que viajaba al unísono que sus compañero de promoción”, subrayó Téllez.

Tras los agradecimientos, Blanca Flores explicó el origen de Cien poemas. El editor Sánchez Menéndez le pidió hace un año una selección de cien poemas de Julio Mariscal para una nueva colección en La Isla de Siltolá. El objetivo era “dejar para la historia aquellos poetas relevantes del siglo XX y XXI”. La colección “Cien poemas de…” comienza con Karmelo C. Iribarren. “Me pidió que hiciera la selección de poemas y el prólogo. Él entendía que la experta en Julio Mariscal era Blanca Flores. Y no pude negarme, aunque me cogió con lo del nombramiento, que me tiene un poco descabalgada de mi vida cultural”.
Para Blanca, el esfuerzo merece la pena, porque la poesía de Julio "marca una época". Refleja cómo se vivió en aquellos momentos de posguerra la cultura, la educación y la vida, en unos años muy difíciles. Cuando estudia en Cádiz, Julio conoce al grupo Platero y al grupo Alcaraván.
Son autores que tuvieron que sufrir las duras condiciones de aquellos años de dictadura. Tuvieron que sufrir la represión, la censura, la ley de vagos y maleantes… En su poesía hay reivindicación y compromiso, insistió Blanca Flores. Julio Mariscal sufrió un destierro en Paterna, donde ejerció de maestro y logró que todos sus alumnos, de familias humildes, hicieran el bachillerato y luego estudios superiores, algo muy complicado en aquellos años. "Siempre fue defensor de nuestra forma de expresarnos, de nuestro andaluz. Hay muchos términos, palabras del campo, que si no estuvieran en la obra de Julio ya se habrían perdido". En cuanto al aspecto formal, "demostró que podía hacer poesía clásica, como los sonetos, y también participar en la poesía contemporánea con otro tipo de construcciones".

Julio Mariscal falleció muy joven, en el 77. Los libros que publicó en su momento aparecieron en tiradas cortas. Muchos de ellos casi se perdieron hasta que se publicó su poesía completa hace diez años, también en La Isla de Siltolá. Blanca habló de la dificultad de seleccionar solo cien poemas, dada la calidad de sus versos, aunque la obra de Mariscal no sea muy extensa. De hecho, al final le mandó al editor 103 ó 104, y que Javier Sánchez Menéndez decidiera cuál quitar. Blanca nos leyó algunos poemas, como Fosa común, dedicado a Blas de Otero, donde se refleja su compromiso social. "Debemos conocer su obra para crecer humanamente", añadió Blanca.
Juan José Téllez resaltó otra de las complicidades entre Blas de Otero y Julio Mariscal: esa doble dimensión, sentimental y social, de la poesía. Según Téllez, otro autor con el que conecta Julio es José Luis Hidalgo. "Uno de sus libros, Los muertos, es un precedente del Corral de muertos de Julio Mariscal". Juan José leyó dos poemas, uno que aborda lo sentimental, Porque tú eras lo otro, y otro, El pueblo, con versos de carácter social. Blanca Flores nos recomendó que buscáramos este último poema en YouTube porque en el pueblo de Paterna se rodó un videoclip, con Javier Salmerón, en el que se muestra una estampa de lo que fue la posguerra en el mundo rural.
Para terminar, Blanca Flores recordó cuál ha sido el objetivo de esta antología: acercar la obra de Julio Mariscal al mayor número de lectores. Por eso el prólogo no es tan extenso como el que realizó para las obras completas. Ahora se trata de que aquellos que se acercan por primera vez a la obra del poeta arcense tengan unas nociones claras de su escritura, que representa a la perfección las tres heridas de la poesía: el amor, la muerte y la vida, como decía Miguel Hernández.