La Fundación Caballero Bonald dedicó la tarde del pasado jueves a la memoria, la cultura popular y el patrimonio. Y todo ello desde el enfoque interdisciplinar y crítico de María Jesús Ruiz, que nos presentó un conjunto de artículos publicados en forma de libro por la editorial Lamiñarra. Acompañaron a la autora Mª Ángeles Robles, directora de CaoCultura, y el escritor José Manuel Benítez Ariza.
Robles destacó la labor docente e investigadora de la escritora. María Jesús Ruiz es profesora de Literatura en la Universidad de Cádiz y ha investigado sobre literatura y cultura popular. Y hace algo muy difícil, “unir el rigor con la pasión”. Además sabe comunicar el fruto de esa investigación “de manera divulgativa y cercana”. Posee dos dimensiones esenciales de la inteligencia. Es capaz de recordar datos con gran precisión y sabe relacionarlos e interpretarlos de forma creativa, explicó la periodista. El libro contiene artículos, pero también entrevistas, poesía y relato. La mayoría los artículos han sido publicados en CaoCultura. El objetivo era hablar de temas relacionados con cultura popular y patrimonio, ignorados por los grandes medios.
Para José Manuel Benítez Ariza, “el libro tiene que ver mucho con el talento de María Jesús, evidentemente, pero también con el espacio de creación y de libertad que Mª Ángeles ha hecho posible en la revista digital CaoCultura”. El libro tiene mucho de pasión, pero pasión ordenada por el rigor, la inteligencia y la investigación. María Jesús ha conseguido dar orden a un conjunto de artículos nacidos de la actualidad “para desarrollar todo un pensamiento en torno a qué es memoria y qué es patrimonio”. Una parte del libro está dedicada al patrimonio, otra a la tradición oral y otra a memoria histórica, explicó José Manuel. Es un libro que tiene la unidad de un tratado, pero “sin la textura árida y antipática de los tratados”. Es un libro personal, de viajes, de pequeñas historias, incluso con “sus gotas muy medias y oportunas de poesía”.
José Manuel subrayó el carácter paradójico del libro, en el buen sentido. Es un libro luminoso y crítico a la vez. La autora transmite ese amor a las personas, lugares, ritos… “con los que intentamos conjurar el paso del tiempo”. Pero es también un libro crítico, ácido, rebelde y contestatario. Uno de los artículos que podría servir de modelo es “Un lugar de la Mancha llamado Macondo”. La autora “arremete contra muchos molinos de viento” a lo largo del libro: la universidad, los falsificadores de la memoria, el franquismo, cierto feminismo torpe…
Chencho Zócar es el autor del cuadro que sirve de portada a Lo contrario del olvido (de memoria y patrimonio). María Jesús Ruiz nos contó que descubrió ese cuadro hace quince o veinte años. Estaba colocado en un despacho de la universidad. Le puso el nombre de Matarile. Es una mano buscando una llave en el fondo del mar. Busca un sentido a las cosas… Durante varios años, María Jesús estuvo pensando qué le quería decir esta imagen. “Este libro es una de las respuestas a ese cuadro, por eso era tan importante para mí que estuviera en la portada.”
Robles le pidió que se encargara de una sección de CaoCultura que se llamaba patrimonio. Ese es el origen de estos artículos, explicó la autora. “El saber es el único camino para la libertad”. Acumular datos sin más carece de sentido. Para María Jesús es necesario que ese conocimiento “te provoque y te transforme”. Esa es su relación con la literatura, el arte y la memoria. Otra de las causas que dieron lugar a este libro fue la “extenuación del trabajo académico: desengaño, hartazgo y represión”.
María Jesús reconoció que en la universidad ha sufrido represión: falta de libertad, negación de la reflexión, la prohibición de la crítica, el nulo sentido del humor, el sistema jerárquico… Mª Ángeles le pidió artículos de 600 palabras, un formato muy diferente al artículo de revistas de investigación. Pronto se dio cuenta de que esa era la extensión ideal para plasmar un pensamiento, con reflexión y provocación. Cada artículo contiene al final alguna referencia bibliográfica esencial.
María Jesús habló de “dos artículos emblemáticos del libro”. Uno es Un dromedario en Manhattan. En él narra su experiencia profesional con el patrimonio. Entre Soria y Guadalajara hay una ermita románica que tenía unas pinturas. Y había animales, entre ellos un dromedario… Ahora en San Baudelio solo está la huella, la sombra, de es bello dromedario, que ahora habita en Manhattan. El artículo cuenta cómo llegó allí esa pintura de la pared. El artículo nace de la conmoción que le provocó a María Jesús es sombra del dromedario.
Otro ejemplo de artículo es Viuda de vivos y muertos. Nace de los textos gallegos populares que hablan sobre las viudas de vivos, mujeres que han perdido al marido, pero no porque haya muerto sino porque ha tenido que emigrar, o porque se ha ido y no ha vuelto. Son las viudas blancas. Rosalía de Castró habló de ellas, y del tema de la soledad. Además de la parte filológica, el artículo recoge también el conocimiento directo que María Jesús ha tenido de esas viudas en su trabajo académico. Pero va más allá, porque también refleja su experiencia íntima, personal. “Estos son los artículos que a mí me encantan, cuando se cruzan la lectura, el conocimiento y la intimidad”. Incluso hay artículos que luego se han convertido en cuentos.
Esas 600 palabras le han permitido desarrollar su pensamiento con total libertad. José Manuel Benítez Ariza resaltó es capacidad de conectar todos los ámbitos de la cultura, tanto la que aparece en los libros como la popular, la del cine y la televisión. Y lo hace de una forma integradora. Aunque pueda parecer extravagante, son todas ellas expresiones culturales que conforman nuestra identidad. “Estamos hechos de memoria, y la memoria está hecha de muchas cosas”, aclaró María Jesús.
Somos tanto cultura libresca, académica, como cultura oral y popular. Hay una memoria sentimental, individual, que creemos que controlamos. Pero hay otra memoria, cultural, que también nos pertenece y nos constituye. Son códigos y formas que nos definen, muchas veces de manera inconsciente. Por eso, hay que ser consciente de ella para evitar que nos esclavice. Es una reflexión liberadora. María Jesús también subrayó las consecuencias de nuestra obsesión por convertir todo lo cultural en patrimonio. Puede ser una forma de dominio, de imposición. Expresiones como “resignificar” el patrimonio esconden mecanismos de control político. El patrimonio pertenece a todos, a los agentes y usuarios.
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