Josefa Parra ya nos advirtió con sus primeras palabras: “Helios nos trae un libro, no de poesía, sino de antipoesía”. El joven escritor fue presentado por Joaquín López Bustamante, periodista e investigador de la cultura gitana. “Desde el momento que conocí a Helios Fernández Garcés vi que tenía mucho talento”. Aclaró que aunque Mi abuela no ha leído a Marx (Amargord Ediciones, 2019) acaba de ser publicado, lleva escrito unos cuantos años... “El libro no se vende en las farmacias, pero quizás debería, porque para introducir su poemario de antipoesía el autor ha redactado una suerte de prospecto de un medicamento".
El lector se irá encontrando con las cosas que pasan si se toma más de lo necesario, si hay efectos secundarios, “efectos adversos y muy peligrosos tras la lectura”, contraindicaciones, las consecuencias de la ingestión accidental, la posología… “Yo me automediqué y me prescribí leer 15 páginas cada 8 horas, y no me ha ido mal…” Su antipoesía nos remite “al venerable Nicanor Parra”. “En el libro hay humor antipoético y profundidad”, resaltó Joaquín. “Estamos ante un poemario con el que sonríes, pero que te deja un poso de reflexión y te invita a hacerte preguntas.”
Helios nació en Cádiz en 1984. Escribe, crónicas, artículos y ensayos en medios de comunicación y revistas críticas como Diagonal, revista Ctxt, El Salto o Tabula Rasa. Ha participado en el libro Miradas en torno al problema colonial. Pensamiento anticolonial y feminismos descoloniales en los Sures Globales (Akal, 2019). Es parte del equipo coordinador del blog 1492. Por un antirracismo político, en El Salto y escribe la serie Crónicas del margen en Ctxt. Sus poemas y aportaciones han sido incluidos en el espectáculo Gilâ (José Valencia y Miguel Ángel Vargas, 2017), en la obra Bashavel (José Valencia, 2018) y en recopilaciones de poesía tales como Palabras de barricada (Queimada Ediciones, 2015) o Campamento Dignidad. Poemas para la conciencia (Zambra-Baladre, 2013).
Helios F. Garcés nos explicó que hace ya muchos años que no vive en Jerez, pero esta ciudad sigue siendo su “comunidad deseada, soñada”, con La Zaranda, Terremoto o Caballero Bonald… La literatura de Helios parte de una primera premisa esencial: “la escritura, se quiera o no, es un acto fundamentalmente político”. Al margen del formato en que aparezca, narrativa, poesía o crónica periodística, “la literatura es la manera en la que la palabra escrita se hace pública”, subrayó. Al hacerse pública se hace política. “No es posible escribir desde ninguna parte”, esa es su segunda premisa. “Nuestra escritura está encarnada en un cuerpo. Ese cuerpo no existe sin un territorio. Y no hay territorio al margen de una sociedad.” Nuestros conocimientos están marcados socialmente por la clase, el género, el sexo, la cultura… “No existe una literatura sin pertenencia.” Según Helios, ante este hecho se presentan dos opciones: o se produce una literatura crítica, consciente de todas estas tensiones, o uno se entrega a la consolidación de una cultura ideológica y al servicio de un orden establecido.
Sin embargo, Helios no quiere asustar a los lectores… En Mi abuela no ha leído a Marx, esta solemnidad se va al traste debido al papel tan importante que lo prosaico, lo tragicómico y lo antipoético representan en su manera de entender lo literario. “La poesía sí es literatura, no está más allá de ella.” Su escritura discurre entre lo antipoético, lo narrativo y lo aforístico, “más para leer en privado que recitar en público”. ¿Cómo definir la antipoesía? La respuesta, Para Helios, puede ser sencilla: “La antipoesía se construye en diálogo con la poesía, no en contra.” Si hay algo que define a la antipoesía es su tono de burla con lo poético y la figura del poeta. “No le gusta al antipoeta ese aura de solemnidad, de profundidad…”. En esa tensión dialéctica, lucha contra esa imagen, y al hacerlo construye una poética. El antipoeta intenta hablar como lo hace la gente en los mercados, en las plazas. “Lo intenta, aunque fracase, como lo he hecho yo, felizmente”. Es una literatura sin pretensiones eruditas.
El escritor desmonta la idea de que el poeta puede ver más allá de las apariencias. También critica lo que se entiende por originalidad en la poesía: descubrir una voz propia, individual, en soledad. El antipoeta escribe siempre más acá de todo, y su originalidad nace de la muchedumbre, su voz es un cúmulo de voces. El antipoeta escucha el lenguaje de la calle y escucha a los que están al margen del margen… Helios nos recordó que aunque ahora se encuentra muy cómodo en lo antipoético, sus primeras lecturas fueron de poesía clásica, incluso mística, como San Juan de la Cruz. Luego vendrían otros autores. Y destacó la figura de José Heredia Amaya, un escritor muy profundo. La escritura de Helios F. Garcés pretende abarcar todos los géneros: “Primero vino la poesía, luego la narrativa. Y entré en contacto con la crónica. En el periodismo hay literatura, mucha. Una de mis grandes referencias es Manuel Vázquez Montalbán, ese escritor completo, que escribía de todo, bien y muy rápido. He ido intentando crecer en esas dimensiones, no cerrándome... Intento entrar con lo poético en lo periodístico, y que lo periodístico penetre en lo poético”.
Revolución interior es igual a revolución exterior: “Mi padre dice: si ves que la suciedad persiste, a pesar de que limpies a diario, no olvides que hay cambiar el mocho de la fregona.”
Cuidado hay poetas
que escriben contra la represión
Contra el hambre
contra el neoliberalismo
Y después
vuelven a casa
Hay otros que escriben
sobre los pájaros y el amor
Sin embargo
se lanzan a las calles
No vayamos
a confundirnos