El investigador en astrobiología Carlos Briones ha escrito ¿Estamos solos? En busca de otras vidas en el cosmos. (Crítica, 2020). El libro comienza con la definición de vida y su origen en la Tierra. Luego hace un repaso de lo que se sabe de los planetas y satélites de nuestro sistema solar. Los últimos capítulos están dedicados a los planetas extrasolares y a los programas de búsqueda de vida extraterrestre inteligente. Cada capítulo contiene la sección “Un café con…”, donde el autor dialoga con otros científicos. Al final hay una lista de lecturas recomendadas. Es un libro con un enfoque interdisciplinar: “En el fascinante viaje que ahora iniciamos iremos de la mano del conocimiento científico y tecnológico más actual. Pero en varios momentos también reflexionaremos sobre el Cosmos y la posible existencia de vida extraterrestre a través de otras manifestaciones de la cultura, como la filosofía, la literatura, las artes plásticas, la música o el cine.”
Cuando el entorno se vuelve hostil nos entran ganas de huir. “No hay nadie que no haya soñado con alejarse de una realidad incómoda que le rodea.” A lo largo de nuestra historia ha habido muchas formas de intentar esa huida. Antonio Pau habla de treinta huidas en su Manual de escapología. Teoría y práctica de la huida del mundo. (Trotta, 2019). Epicúreos, estoicos, cínicos, utópicos, emboscados, hippies, neorrurales, minimalistas… Treinta formas de retirase o esconderse para hallar la felicidad o la tranquilidad del alma. “Las formas de huir son infinitas.” En la introducción se analiza el concepto de huida, lo que supone para los seres humanos. La escritura de Antonio Pau es clara y precisa, con reflexiones certeras apoyadas en amplios conocimientos filosóficos y lingüísticos. “Un viejo tópico asocia huida a cobardía. (…) No, huir es de valientes. Porque la felicidad es un deber. Hay que huir valientemente de la infelicidad a la felicidad.”
El siglo XX nos obligó a pensar el tiempo de otra forma. Albert Einstein reactivó el debate con su teoría de la relatividad. El impacto en la cultura y el pensamiento fue muy grande. Algunos la interpretaron sin entenderla, y realizaron extrapolaciones infundadas. Otros se negaron a aceptar que la teoría de la relatividad hablara del tiempo que experimentamos los humanos todos los días. Así que hubo debates, como el que mantuvieron Albert Einstein y Henri Bergson. El filósofo francés se negaba a reducir el tiempo a ecuaciones, a mediciones de relojes. El tiempo que experimentamos tiene que ver con la duración, no con la mera medición de simultaneidades. Quien desee conocer el desarrollo de esa polémica, su contexto y sus implicaciones, puede leer El físico y el filósofo (Arpa, 2020) escrito por Jimena Canales, doctora de Historia de las Ciencias por la Universidad de Harvard.
La protagonista de La vida verdadera (Salamandra, 2020) es una niña de once años que reside con su familia en una urbanización llamada Demo. Su padre tenía dos pasiones en su vida: la tele y el whisky. “Fingía hablarle a mi madre, pero si la hubiéramos cambiado por un ficus ni se habría enterado”. Es la primera novela de la actriz y escritora Adeline Dieudonné. Con un estilo fresco, ácido y divertido, nos cuenta cómo convive esa niña con un padre amante de la caza mayor, una madre aterrorizada por ese padre y un hermano aturdido por los acontecimientos. Cuando te encuentras una descripción de la madre como esta en las primeras páginas, ya no puedes parar de leer: “Y creo que, aparte de su obsesión por la jardinería y las cabras enanas, eso es todo lo que puedo decir de ella. Era una mujer delgada con el pelo largo y aplastado. No sé si existía antes de encontrarlo a él. Supongo que sí. Debía de parecerse a una forma de vida primitiva, unicelular, ligeramente translúcida. Una ameba. Un ectoplasma, un endoplasma, un núcleo celular, una vacuola digestiva. Y con los años pasados junto a mi padre aquella poquita cosa se había ido llenando de miedo.”
Hay teorías conspiratorias para todos los gustos. Que las vacunas están hechas con células de fetos muertos, o que todo es un montaje para insertarnos microchips y tenernos vigilados, o aplicarnos una eutanasia a distancia si somos una carga médica para el Estado… Y que la tecnología 5G es capaz de infectarnos mediante las ondas… Que si el virus no existe, que si ha sido diseñado en tal laboratorio, que si Fernando Simón ni siquiera ha acabado la carrera de medicina… Todo puede ocurrir en un mundo dominado por poderes malignos y ocultos. Hay seres tenebrosos detrás de las principales organizaciones mundiales, seres que mueven los hilos. Todos estamos siendo controlados y la libertad es un engaño… Por no hablar de los extraterrestres, que hace tiempo que están entre nosotros… O de la comunicación cuántica… Imaginen a unos tertulianos dedicados a comentar todas estas hipótesis descabelladas que circulan por la red… Felipe Benítez Reyes ha escrito “una sátira desternillante y demoledora del pensamiento alternativo…, una historia que asegura la carcajada y que ofrece un desenlace del todo inesperado”. La conspiración de los conspiranoicos. (Renacimiento, 2020).
Los amantes de la historia de las ciencias pueden disfrutar de dos excelentes obras. José Manuel Sánchez Ron ha publicado El país de los sueños perdidos. Historia de la ciencia en España. (Taurus, 2020). La obra consta de más de mil páginas. Está dividida en 19 capítulos. Abarca desde las Etimologías de Isidoro de Sevilla hasta la ciencia en la democracia actual. Hay que destacar el análisis que hace del contexto social y de las instituciones de investigación. El libro cuenta con todo lo necesario para convertirse en una obra de referencia imprescindible. El otro título que acaba de aparecer es de Robert P. Crease. Los científicos y el mundo (Crítica, 2020) cuenta cómo surgió la autoridad de la ciencia moderna y qué relación ha establecido con la sociedad y la cultura. Habla de los orígenes, con Bacon, Galileo y Descartes, cuando la actividad científica chocaba con el poder religioso. Luego explora los excesos del cientifismo y del anticientifismo. Acude al pensamiento de filósofos que reflexionaron sobre la burocracia y la autoridad, como Max Weber y Hannah Arendt. Este libro aporta ideas para enfrentarse al negacionismo. En las conclusiones, el autor analiza estrategias a corto y largo plazo. Insiste en que debemos conocer la dinámica de las instituciones científicas para poder hacer frente a la irracionalidad de los negacionistas de la ciencia actuales.
“Aprender es una invitación a comprender el presente para poder imaginar el futuro.” Marina Garcés dice que la gran pregunta que hay que formular en pedagogía es: ¿Cómo queremos ser educados? En Escuela de aprendices (Galaxia Gutenberg, 2020) realiza una crítica al modelo de educación basado en el capitalismo cognitivo. Y propone una forma de aprender que brote de la cooperación igualitaria y creativa, la autonomía, el reconocimiento de la ignorancia, la flexibilidad… Se trata de huir de la cosificación de los conocimientos y de las personas. Lo importante es ese proceso abierto e infinito que escapa a cualquier control burocrático. Educar es acoger la existencia. Educar es establecer alianzas. Educar es hacer posible la conciencia y el compromiso. “Nos importa más lo que no sabemos que los conocimientos que ya tenemos. Por eso, entre nosotros, damos lugar a los maestros, a los maestros verdaderos que hacen y dejan pensar, que hacen y dejan vivir, que hacen y dejan crecer.”