Entre borrasca y borrasca, el teatro, siempre el teatro, ese refugio universal que heredamos de los griegos. La tarde del pasado sábado, los Claustros de Santo Domingo fueron el escenario perfecto para que la palabra de Juan de la Zaranda resonara con fuerza en Jerez.
Gracias al sello Ediciones del Bufón, el Ayuntamiento de Jerez y muchas personas amantes del teatro, ha visto la luz en nuestra ciudad el libro Obra y legajos de Juan de la Zaranda. Teatro incompleto. En una sala repleta de amigos de la cultura, y dentro de la programación de la Feria del Libro, el espíritu creativo y crítico de Juan se ha hecho revitalizado a través del papel, en una cuidada y bella edición, y los diálogos de Vinagre de Jerez leídos y dramatizados por La Zaranda más de 30 años después del estreno de una obra que recorrió medio mundo.
La presentación del libro corrió a cargo del periodista de Canal Sur Javier Benítez, que coordinó el diálogo, la editora Mercedes Martínez y Paco Sánchez Múgica, director de lavozdelsur.es y sobrino de Juan de la Zaranda. Javier Benítez fue alumno de Juan en los Marianistas, no de Literatura, como le hubiese gustado, sino de Educación física. Eran los años ochenta y daba las clases con un cigarro en la boca… Eran otros tiempos.
“En esa época yo tenía once años y no sabía que ese señor un poco raro que venía todas las mañanas en taxi al colegio era un genio, era Juan de la Zaranda, y que en esas horas vacías estaba pensando en alguno de sus personajes, en alguno de sus universos, o estaba rememorando a Valle Inclán o reflexionando sobre el teatro”, nos contó Javier Benítez.
Hace diez años que se nos fue Juan de la Zaranda, de forma repentina. Javier Benítez recordó que el Ayuntamiento “aprobó en pleno un reconocimiento que todavía no se ha producido”. Obra y legajos de Juan de la Zaranda es un libro que muestra las creaciones literarias de Juan, su teatro incompleto, así que la presentación de esta publicación es una forma “emocionante” de reconocer la inmensa aportación cultural de su trabajo. Sería injusto que esos textos no vieran la luz. Ha sido Ediciones del Bufón, de Morón de la Frontera, la editorial encargada de reunirlos en un libro y ponerlos al alcance todos los lectores.
Mercedes Martínez, responsable de la edición, subrayó “que era justo y necesario que esas obras vieran la luz”. Solo Vinagre de Jerez y Mariameneo, Mariameneo habían sido ya publicadas, en Visor en 1996, y son libros agotados. “Es un acto de justicia literaria, existencial, poética… Y para nosotros ha sido un orgullo, una emoción inmensa, poder hacer este libro. Cuando Paco Múgica nos dio sus legajos, yo estaba francamente nerviosa, porque eso de tener los textos de la mano del autor, con sus dibujos, era una gran responsabilidad”, explicó Mercedes. Y dar forma al libro ha sido un verdadero reto, ya que no fue una idea de Juan. Por lo tanto, los editores han intentado “por todos los medios imaginar lo que a él le habría gustado”. Aunque pueda parecer que la ausencia de un plan del propio autor da más libertad a la editorial, señaló Mercedes, “en realidad genera más complejidad”.
Han recogido todos esos escritos que andaban dispersos y han incluido los dibujos que Juan iba realizando al crear sus obras. Mercedes explicó que, dada la singularidad de la obra de Juan, el orden de las piezas en el libro no es cronológico. “Hemos ido de lo más canónicamente teatral a lo más experimental. Es maravilloso ver cómo cambia su forma de escribir según vamos pasando las páginas. Hay textos que suponen una verdadera declaración de amor al teatro y a la Zaranda".
Paco Sánchez Múgica agradeció a la editorial y al Ayuntamiento el trabajo que han realizado para que este libro vea la luz en la Feria del Libro de Jerez. “Se trata de un acto de justicia de Jerez con un hombre que amaba esta ciudad, con una parte de amor-odio, pero que con su teatro llevó a Jerez por todo el mundo, por Miami, Berlín, Buenos Aires…”. A veces en esta ciudad no se reconoce como es debido el papel de los artistas, por eso “estar en este acto hoy aquí, después de diez años de su muerte, es más que un acto de justicia, un acto milagroso”, remarcó Sánchez Múgica. Y reconoció estar no solo emocionado, sino “conmocionado”, que es precisamente lo que Juan de La Zaranda transmitía con la vehemencia de sus palabras, en los textos que escribía y en sus conversaciones cotidianas.
La obra de Juan tiene una gran conexión con el flamenco, apuntó Javier Benítez. De hecho, tuvo grandes amigos del mundo del cante con los que charlaba muy a menudo. En el libro hay textos como Pregón Macandé y Vinagre de Jerez que discurren en ese mundo. Según Paco, el tema del flamenco era una constante en la dramaturgia y en la vida de su tío Juan, en las tertulias tanto con los más grandes del flamenco como con los secundarios, “que eran realmente los más importantes para él y que luego transformaba en personajes de sus obras”.
De ahí que los textos de Juan tengan un gran valor, en ellos vemos Jerez, “esa ciudad subterránea o invisible, con los desheredados...”. Y precisamente estos legajos llegaron a Paco a través del flamenco. La bailaora María del Mar Moreno y Paco Sánchez Múgica se propusieron realizar un espectáculo flamenco con Juan. Paco reunió todo el material, pero fue imposible… (años más tarde surgió Soníos negros, basado en la vida de Manuel Torre, con la dirección de Gaspar de la Zaranda y sobre un texto de Antonio Gala.) Así le llegaron los documentos. Hace un año los puso a disposición de Ediciones del Bufón para conformar el libro que ahora se presenta.
La labor de edición ha sido apasionante, explicó Mercedes. El mundo creativo de Juan de La Zaranda era muy diverso y profundo. Mercedes llamó la atención sobre los textos “parateatrales”. Aunque pueda parecer una contradicción presentar textos teatrales sin el montaje de la obra, y más en el caso de La Zaranda, para Mercedes era necesario dar a conocer las acotaciones que hacen posible la obra teatral. Esos textos enriquecen la recepción de la obra y facilitan la comprensión del espectáculo teatral que nos ofrece La Zaranda. “Las acotaciones son de una belleza deslumbrante”. Los últimos textos “se aproximan al teatro pero no lo son: se trata de una reflexión constante acerca del flamenco, el baile, la vendimia, los propios objetos que habitan en las casas de Jerez…”. Todos estos textos poseen valor en sí mismos y acercan esa parte menos conocida de Juan al gran público.
Juan de La Zaranda siempre fue crítico con Jerez, señaló Javier Benítez. Había cosas que no le gustaban de su ciudad. “Él vivía en su exilio jerezano y quería una ciudad mejor, con más cultura, formación y sentido crítico. Juan enseñaba contagiando. Y si hablaba de Jerez terminaba por contagiarte su amor por Jerez…”, añadió Paco. Ahí radica el valor de su obra. Como muchos grandes escritores, nos habla de temas universales desde el amor a su tierra. “El teatro era para Juan una liturgia en la que estaba Jerez como escenario para situar los grandes temas del ser humano”, aclaró Paco. Además, señaló Mercedes, la obra de Juan trae una nueva forma de hacer teatro en España. Aunque su trabajo conecta con el teatro del absurdo, añade una dimensión trascendental, casi mística, completamente nueva. Nunca cayeron en las modas fáciles. Llevaron el habla andaluza a los escenarios, un habla que ha sido reflejada en la edición de los textos. Y los entendía todo el mundo, porque hablaban, y hablan, de temas universales… Y después de 45 años en eso siguen.
Los miembros de La Zaranda realizaron una lectura dramatizada de fragmentos de Vinagre de Jerez. “Me gustaría expresar lo que significa estar aquí hoy. Si tuviese que hablar de Shakespeare, sería muy fácil. Hablar de Juan me resulta totalmente imposible. Primero porque Juan nunca se fue. Siempre ha estado con nosotros. Y porque Juan me enseñó que el silencio es lo más importante en el teatro.
Decía Tolstói: enséñame una ladrillo de tu aldea y me enseñarás el mundo. Juan nos enseñó el ladrillo de su aldea, y con ese ladrillo nosotros hemos ido edificando una casita en el mundo del teatro”, dijo Paco de La Zaranda. Y también recordó que espectáculos como Vinagre de Jerez fueron su verdadera escuela. Tardaban en montarlos dos años. Ahora las productoras te exigen que lo hagas en cuarenta días… Fue el broche de oro a esta presentación de Obra y legajos de Juan de la Zaranda.
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