Dentro del ciclo Primeras letras, la Fundación Caballero Bonald ha acogido esta semana la presentación de Roma y otros destinos (Editorial Cypress). El libro ha aparecido en la colección Poesía al Albur. Eduardo del Pino es profesor de Filología Latina en la UCA y pertenece al grupo de investigación Elio Antonio de Nebrija, explicó Raúl Pizarro al inicio del acto. Aunque Eduardo ha escrito ya muchos estudios y artículos, este es su primer libro de poesía. Había publicado versos en varias revistas, por eso podemos decir que “su vocación y dedicación es temprana, un árbol de largas raíces…” El libro es “fruta madurada, lleno de intención, dado en plenitud, algo que no se mide en años sino en necesidad, ardor y reposo”.
Raúl Pizarro reconoció que la lectura de Roma y otros destinos le ha llevado "del asombro a la reflexión”. En cuanto a la estructura de la obra, el libro está dividido en tres partes. “Traza un recorrido personal a través de la concepción del viaje como destino, algo inevitable, el destino como elección, algo ineludible, el amor que todo lo mueve y que nos lleva; porque el amor es destino, es viaje, y es el lugar donde estamos.”
La primera parte se titula Y ni siquiera recordar los nombres. Habla del paraíso perdido del poeta, de sus “lugares y momentos cercanos”, aclaró Raúl. La segunda parte se titula como el libro, “Roma y otros destinos”. Los poemas nos muestran Roma y todo lo que significa. Roma es “símbolo de lo que se da, se pierde y que permanece de alguna manera… También es Roma-Amor-Muerte la promesa de lo que queda por venir”. Y es ahí, remarcó Pizarro, “donde dibuja Eduardo sutiles trazos de esperanza”. Por eso es un libro que “está lleno de nostalgia, pero también de esperanza”. Raúl resaltó el poema que da título a la tercera parte, “Ya como acostumbrados”. Sus últimos versos dicen: “donde nunca será tarde, /donde vivamos, mientras, tú y yo/ ya como acostumbrados el uno al otro.” También destacó la sensualidad del poema Nadadora, y “la dulce emoción que me ha provocado La Butaca”.
Eduardo del Pino mostró su agradecimiento a José Mateos, que fue la segunda persona en leer los poemas, a José Luis Trullo responsable de la editorial Cypress, y a la poeta Inmaculada Moreno, su esposa, por ser la primera lectora del texto. Resaltó la labor literaria de José Mateos, ya que con sus talleres de escritura ha creado un grupo importante de poetas y buenos lectores. Para situar las coordenadas temáticas del poemario, Eduardo aclaró que “el libro ha nacido en unos años de viajes frecuentes, por motivos académicos y proyectos de investigación, entre ellos dos estancias de investigación en Italia e Inglaterra”. Ese es el marco que ha dado lugar al libro. “Cuando viajamos, imaginamos, elegimos, modificamos nuestros destinos hasta llegar al destino último del desplazamiento… Esto es lo que ha dado forma en mi cabeza a este libro.” Por eso el primer poema y el último están dedicados a Google Maps, “esa realidad tan novedosa en un tema tan antiguo como es el viaje”.
En la primera parte del poemario predomina la reflexión sobre el pasado, la memoria, la búsqueda y la pérdida. La segunda parte, que da título al libro, contiene poemas en los que aparecen Roma, Pompeya, Londres, Liverpool…, los “escenarios de mis estancias en el extranjero”. Hay una búsqueda de “destinos vitales, entre la belleza y su devenir en el tiempo”. Y cobra especial significación un destino, el del amor, que incluso está por encima de la belleza, subrayó Eduardo. “El tono tiende a la felicidad de su encuentro, aunque no se excluye tampoco el dolor, porque se incluye el carácter inestable de la felicidad.” En la tercera parte, ya se ha asumido ese amor como destino, algo que está más allá de los enamorados. “Por eso al final de libro aparece el carácter precario de la felicidad en esta vida y, a la vez, de la promesa futura que contiene.” Quizás haya un tono melancólico en la obra, le han sugerido algunos lectores. Sin embargo, “se trata de una tristeza esperanzada”, aclaró el poeta.
EL POEMA
Tú, silueta tan leve
que en este río quedas un instante
cuando el barco se va,
en tu temblor abrazo
todo lo que he perdido
lo que no encontraré.
Comentarios