Un economista 'quijotesco'
Juan Torres López (Granada, 1954) llega a la Sala Tragaluz, el espacio de ideas y culturas de lavozdelsur.es, para presentar su último libro, con Francisco Reinoso, ex defensor del ciudadano en Jerez, como maestro de ceremonias. Econofakes: Las 10 grandes mentiras económicas de nuestro tiempo y cómo condicionan nuestra vida (Deusto, 2021) ya va por la tercera edición. "Eso me alegra", dice al inicio de la entrevista con este periódico Torres López, "porque significa que se pueden divulgar conceptos que no son fáciles y que por otra parte son importantes que queden claros". Con esta obra, pretende hacer accesible la economía al gran público, y desmontar una decena de mentiras sobre economía que llevan años, en algunos décadas, repitiéndose. No es poco ambicioso el objetivo —una labor quijotesca, diríamos— que se marca este profesor, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Málaga y doctor en Ciencias Económicas y Empresariales desde 1981. Actualmente es catedrático en la Universidad de Sevilla, en el departamento de Análisis Económico y Economía Política, una labor que compatibiliza con su labor divulgadora e investigadora, o como colaborador en medios, entre ellos, lavozdelsur.es.
¿Este libro nace de la necesidad de hacer pedagogía?
El objetivo primero y principal es poner de relieve que expresiones y afirmaciones que se oyen diariamente en cuestiones económicas son materialmente falsas. Algunas de ellas no es fácil que estén al alcance de la gente. Entonces, me he propuesto divulgar de la manera más sencilla posible por qué esas afirmaciones son falsas.
"No permitas que te vendan como ciencia lo que sólo es ideología", dice. ¿Por qué calan tan bien estas ideas falsas?
Fácil no es, pero lleva detrás un aparato propagandístico e ideológico muy fuerte. Y muchos años. Algunas de las mentiras que menciono en el libro llevan difundiéndose más de 100 años a pesar de que prácticamente desde el principio fueron refutadas, incluso matemáticamente, pero conviene que se difundan para justificar que se adopten políticas que concentran el ingreso y la riqueza.
¿Son mentiras pagadas?
Algunas mentiras son por encargo. Otras constituyen lo que John Kenneth Galbraith denominó el fraude inocente, que de tanto repetirse, de tanto difundirse, terminan por constituir un pensamiento conocido y que mucha gente multiplica sin ni siquiera saber que está diciendo una mentira.
¿Qué parte de culpa el atribuye al ámbito académico?
La academia tiene una parte importante de culpa, como yo demuestro en el libro, porque muchas de esas mentiras se difunden principalmente a través de los manuales y los libros de Economía.
"Muchas mentiras se difunden principalmente a través de los manuales y los libros de Economía"
¿Le han salido nuevos enemigos con este libro?
Yo enemigos no tengo, no sé si soy enemigo de alguien. Imagino que habrá muchas personas que se sientan aludidas o importunadas. Pero creo que el trabajo de los intelectuales, como decía Leonardo Sciascia, es levantar la piedra para que se vean los gusanos. No me queda más remedio que hacerlo porque son mentiras, objetivamente hablando. No se trata de posiciones teóricas que se hacen desde un punto de vista u otro, es que son mentiras.
En el libro dice que el liberalismo es la posición predominante, ¿se siente muy solo defendiendo sus postulados?
No, son muchísimos los economistas que han dicho lo mismo que yo. En este libro no descubro nada nuevo, todo está escrito por economistas mucho más importantes que yo. En algunas ocasiones, incluso, economistas ortodoxos y súper reconocidos. Yo prefiero utilizar el pensamiento de otros para ratificar las ideas, sobre todo cuando el otro pensamiento es de economistas ortodoxos, que han sido honestos y han reconocido que esas ideas son mentiras.
¿Estas mentiras han conseguido el objetivo de adormecernos como sociedad? ¿Nos han hecho más conformistas?
En gran parte sí, porque cuando la gente cree que algo es correcto por naturaleza, que está justificado, lo acepta. Si nos dicen que el salario retribuye lo que cada uno aporta, entonces no pides salarios más altos. Quien esté convencido de que el envejecimiento no le va a permitir cobrar la pensión, tratará de ahorrar para el futuro, si puede. Naturalmente, se miente para paralizar y para frenar la reacción en contra de determinadas políticas, para que no se ponga en cuestión un orden determinado.
Habla de que no es verdad que el envejecimiento impedirá financiar las pensiones. ¿Es sostenible el sistema actual?
Ese es otro asunto. Es tan sostenible como pueden serlo la Policía, el Ejército, la Sanidad... Si la sociedad quiere dedicar recursos a las pensiones públicas se podrán financiar, si no, pues no. Es importante que haya una tarta suficientemente grande para poder repartir. Y voluntad de repartirlos de una manera o de otra. Es la clave.
¿Las soluciones del ministro Escrivá le convencen?
No, no solamente no me están convenciendo, sino que creo que las propuestas del ministro Escrivá son absolutamente reaccionarias y contrarias a lo que se necesita para mantener el sistema público de pensiones. La última medida que ha propuesto, crear un fondo de ahorros, es el reconocimiento de que no se está dispuesto a financiar las pensiones en el futuro. Es una rendición. Es una declaración de muerte del sistema de pensiones públicas.
Hablamos de un ministro de un partido “socialista” y “obrero”, pero que en materia económica apuesta por perfiles muy liberales...
En el Partido Socialista, que tiene 140 años de existencia, desde el primer momento han convivido corrientes muy diferentes y siempre ha habido una corriente más liberal y otra más de izquierdas, dependiendo de la correlación de fuerzas en cada momento. Desgraciadamente, en los últimos decenios diría, ha sido favorable a las corrientes más conservadoras y ahora hay un equilibrio quizás, pero desde luego la parte económica y de Seguridad Social está en manos de personas que tienen muy poco de socialistas.
"Quien diga que hay que bajar salarios para crear empleo está mintiendo, porque no está teniendo en cuenta el resto de los factores"
También desmiente el mantra de que hay que bajar los salarios para crear empleo, ¿la realidad de los últimos años es un ejemplo?
Yo digo que es mentira que para crear empleo haya que bajar salarios, lo mismo que sería mentira decir que para crear empleo hay que subirlos. En todo caso diría que la creación de empleo depende de diferentes circunstancias, pero no solo de los salarios. Quien diga que hay que bajar salarios para crear empleo está mintiendo, porque no está teniendo en cuenta el resto de los factores. Por mucho que bajen, si un empresario no tiene clientes en la puerta de su negocio, ¿a quién va a contratar? Si baja el salario y al mismo tiempo bajan las ventas de las empresas, nadie va a contratar trabajadores. Hay que procurar que aumente la actividad, las ventas y entonces las empresas buscarán trabajadores y crearán empleo. Y lo harán dignamente si innovan y si se dan cuenta de que los salarios de los trabajadores son su principal fuente de ingresos. A las empresas les cuesta mucho trabajo darse cuenta de eso, sorprendentemente. Los salarios son la principal fuente de ingresos de las empresas, cuanto menores salarios haya, menor va a ser la fuente de ingresos.
¿Cómo cree que se pueden combatir las mentiras o medias verdades que pueden propagar youtubers a millones de seguidores con sus discursos antiimpuestos?
Si yo tuviera poder y estuviera interesado en hacer que la gente asumiera lo que a mí me interesa, que es no pagar impuestos, trataría de que influencers, académicos, periodistas y políticos, asumieran esas tesis. Así funcionan las cosas. Qué bien que bajen los impuestos, suelen decir... ¿y si bajan con qué financiamos la salud, las carreteras…?
Pero llega una pandemia y se quiere que el Estado salga al rescate…
Cuando vienen los problemas resulta que el Estado no es el problema, es la solución. Luego, además ahí hay una mentira. Parece como que el impuesto es algo que se le quita a la gente, cuando en realidad con el impuesto se le dan más cosas y los impuestos permiten crear ingresos. El impuesto hay que verlo como algo que permite que haya ingresos inmediatamente. El Estado gasta y al gastar crea ingresos. Cualquier euro de gasto del Estado es un euro de ingreso del sector privado, por lo tanto los impuestos no suponen una merma de renta.
Ha tenido que llegar una pandemia para que haya políticas expansionistas, ¿será un espejismo y pronto volverá la austeridad?
Las políticas de impulso de la actividad económica tienen que ser contracíclicas. Si la economía se está viniendo abajo, si no hay impulso privado, es imprescindible que el gasto público empuje, porque no hay otros motores que estén funcionando. Ahora, si los demás motores están funcionando, el motor del gasto público podrá descansar. Lo que es un completo absurdo es lo que pasó en la crisis anterior, cuando se habían venido abajo los demás motores y encima pararon el motor del gasto.
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