Sin pentagrama
A veces lo distinto encaja entre sí mucho mejor que aquellos elementos que se parecen. Es el caso de Paulia Owczarek, saxofonista, y Federico Reuben, música electrónica, la improvisación con métodos contrarios logran complementar lo orgánico con lo sintético, lo fisiológico con lo mecánico, lo real con lo virtual, y lo biológico con lo artificial. Ello dos, sumando la experiencia en esta rama del enorme árbol de la música de Sara Martín, ahondarán en la música experimental, en la improvisación y la sorpresa, la reacción sobre el escenario a lo que cada uno de ellos proponga para que haya una reacción inmediata a la que el público debe estar muy atento.
Esta música de libre improvisación tiene una historia de décadas, pero sigue siendo experimental porque se aportan nuevos instrumentos, o son instrumentos modificados. Es una música que está en continua evolución. En el concierto que ofrecen este sábado, 4 de marzo, en la Sala Tragaluz (calle Juan Sánchez, 4, Jerez), a partir de las 12.00 horas, habrá tres artistas, pero la música improvisada permite todos los intérpretes que sean precisos, si bien puede estar bajo una dirección mínima para que se cumplan algunas normas, pero que poco tiene que ver con lo que entendemos como un director de orquesta.
"La música que vamos a hacer, la que va a sonar, no la conoce ni el público ni los músicos que la vamos a interpretar, es el aquí y ahora en estado puro". Así explica a grandes rasgos Sara Martín, profesora del Conservatorio Elemental de Música de Jerez, Joaquín Villatoro, el concierto que este sábado, tendrá lugar en la Sala Tragaluz.
Martín formará por primera vez este trío musical donde la improvisación libre se impondrá por encima de cualquier partitura. De hecho, los tres músicos tienen su propio bagaje musical, pero no hay otra consigna, cuando se suban al escenario, que improvisar, estar atentos a lo que ocurra en ese momento, responder a la música que se proponga y reaccionar a todo lo que suena. "Es un estado constante de conciencia en la música, de conciencia en lo que está pasando, por eso digo que ni la gente sabe lo que se va a encontrar. Evidentemente, los tres tenemos ya experiencia en conciertos de improvisación libre y sabemos reaccionar a esta música experimental", continua Sara.
El concierto tendrá como elementos puramente instrumentales la flauta travesera y el saxo, junto con la parte electrónica que es la que hace Federico Reuben, y es la sorpresa uno de los incentivos para el público en este tipo de disciplina, al que se le pide que esté expectante y atento a lo que pasa, porque no es, ni mucho menos, lo que todo el mundo conoce como música clásica, ni siquiera nada que tenga que ver con el jazz. "Se trata de una reacción continua a todo lo que va surgiendo", añada Martín.
"Se trata de una reacción continua a todo lo que va surgiendo"
"Nosotros tres hacemos música de todo tipo, pero en este encuentro la música que hacemos en la que se crea justo en ese momento. Aquí solo cuenta la experiencia, no hay ensayos previos y, como ya he explicado, no conozco a mis compañeros. Solo sabemos que nos vamos a juntar para hacer música, sin ningún tipo de prueba previa", explica la profesora.
Lo llamativo de esta música, que se diferencia mucho de melodías ya conocidas, de partituras muchas veces interpretadas, es la improvisación libre lo que llama la atención de los músicos: en primer lugar por la experimentación, con todos los elementos que están acostumbrados a tocar, para salirse de los cánones y hacer su propia música en el instante. Eso y la interacción son los ingredientes que más gustan a los intérpretes de este tipo de melodía. "Es muy interesante trabajar con personas que tú no conoces, pero en los que confías. Sabes cómo va a ir andando la música y que va a salir bien, ni más ni menos. Es una experiencia brutal, trascendencia pura de la música justo en el momento", añade Martín.