El periodista andaluz Jesús Quintero ha fallecido este lunes. Con él se va el loco de la colina, y un sinfín de frases, entrevistas y momentos televisivos inolvidables. En radio y televisión, su forma de narrar, de contar y de entrevistar quedan para la historia del periodismo español. Aquí una recopilación de algunos momentos memorables:
"Que se sepa, el cartero de la vida nunca llama dos veces. El único pecado imperdonable es no vivir, entregarse a una muerte anticipada mientras la sangre corre todavía por nuestras venas", dijo en una ocasión.
Cómo olvidar sus entrevistas. Con esta, al genio del humor Chiquito de la Calzada, es inevitable echar unas risas.
Como también es memorable la anécdota de las paelleras del Risitas, Juan Joya, un personaje al que Jesús Quintero dio fama tras las apariciones en sus programas.
Quintero también dejaba profundas reflexiones: "Analfabetos siempre ha habido, pero la incultura y la ignorancia se habían vivido como una vergüenza. Nunca como ahora la gente había presumido de no haberse leído un puto libro en su jodida vida, de no importarle nada que pueda oler levemente a cultura o que exija una inteligencia mínimamente superior a la del primate".
O este otro monólogo: "Perdemos la juventud el día que dejamos de ser ácratas; el día que comenzamos a comprender y a disculpar al sistema. Perdemos la juventud el día que dejamos de soñar con el paraíso en la tierra, un paraíso para todos; el día que empezamos a llamar con desprecio utópicos a los que siguen soñando; el día que se nos despierte el sentido práctico y entramos en el juego y aceptamos las reglas".
"Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estás viviendo. Justo este instante. Pero, desafortunadamente, solo con el tiempo, uno aprende. Estoy y quiero vivir como si no tuviera nada que perder, como si cada día fuera el último, como si siempre estuviera a partir la nave que nunca ha de tornar", aseveró en otro de sus discursos ante la cámara.
"Alguien dijo que todos somos geniales hasta los siete u ocho años, pero que luego tratamos de parecernos a los otros. Buscamos la mediocridad y casi siempre acabamos lográndola. No te empeñes en ser mediocre si puedes ser genial, procura ser tú mismo, no hagas lo que todos, no digas lo que todos, no pienses lo que todos", señaló en otra ocasión.
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