El Festival Flamenco de Nimes ha alzado un año más el telón. La que dicen que es la ciudad más española que tiene Francia ha vuelto a abrir el circuito internacional de festivales flamencos de gran formato en este 2023. Y vuelve a hacerlo a lo grande. Apostando a caballo ganador. Ya dijo el director artístico de la muestra, Chema Blanco, el día de su presentación en Sevilla, que este año iba a empezar el festival como lo terminó el año pasado. Y no ha faltado a su palabra. Si la del año pasado fue la de éxito. Este año repite el mismo calificativo. Y no es ojana. Aquí ya saben ustedes que gastamos poco de eso.
Y decimos lo de éxito por varios motivos. Primero, porque este año es el primero de absoluta normalidad fuera de las restricciones sanitarias, ya que el fin de las mascarillas y los aforos reducidos llegó bastante después del mes de enero de 2022; segundo, porque se recupera de forma integral una cita que se ha convertido en uno de los encuentros flamencos más importantes del mundo; y tercero, porque la programación elaborada para esta edición de 2023, si algo tiene de especial es que no va a dejar indiferente a nadie. Que es lo mejor que puede pasar cuando se habla de arte, en cualquiera de sus disciplinas.
Tras las vicisitudes generadas por las inclemencias meteorológicas que provocaron más de un susto en la jornada de anteayer —con cancelaciones de vuelos incluidas— la Zona 0 del Festival Flamenco de Nimes comenzó la jornada inaugural respirando aliviada. Como es habitual, las tertulias interminables durante el desayuno entre equipos de producción, prensa, artistas y técnicos del staff del festival hicieron correr más rápido de lo habitual las horas del reloj y, antes de darnos cuenta, había que marchar para la primera de las citas: José María Velázquez-Gaztelu presentaba pasado el mediodía su último trabajo literario De la noche a la mañana. Medio siglo en la voz de los flamencos.
Un entramado dinámico de preguntas y respuestas con el flamenco como argumento de fondo
El Café-Bar del Teatro Bernadette Lafont de nuevo volvía a esperar a los asistentes a la cita con su habitual cortina roja que hace de improvisado escenario. Y puntual a la cita el periodista, escritor, poeta —y amigo— arcense daba luz a un trabajo que definió como “un espacio en el que intervienen una pluralidad de voces de distintas épocas, que manifiesta múltiples aptitudes musicales y estéticas” y en el que se recogen una serie de entrevistas realizadas por el propio Velázquez-Gaztelu y publicadas en diversos medios de comunicación, con una franja temporal que va de 1972 a 2019 y en cuya nómina se incluyen también algunos artículos, cuatro poemas y diversos reportajes de su autoría, todos ellos, obviamente, vinculado al arte flamenco.
Así pues, sin pretensión de que este nuevo trabajo literario se convirtiese en “una antología con afanes enciclopédicos, ni tampoco un inventario de mi trabajo”, esta obra es más bien una selección subjetiva con la que intenta “exponer algunas muestras que, según mi criterio, considero significativas acerca del cante, el baile y la guitarra”.
Ni que decir tiene que son cientos de personajes los que pasan por las páginas de este libro y muchas son las historias que en él se cuentan - que no vamos ni a desentrañar ni a ‘spoilear’-, si bien indicaba el propio Velázquez-Gaztelu que, entre sus páginas, se va tejiendo “un entramado dinámico de preguntas y respuestas, a través de un diálogo con el flamenco como argumento de fondo, en el que se viaja por los paisajes - a veces sorpresivos- que van surgiendo de manera natural”.
“He hecho una cantidad considerable de entrevistas, pero la de La Niña de los Peines y que nunca llegué a publicar es la que recuerdo, sinceramente, con más emoción”
Así pues, a través de una historia que comienza cuando “un joven que desde los 15 años ya estaba publicando una serie de poemas en el ABC de Sevilla hace su primera tentativa como escritor" y decide que su “bautizo periodístico” como entrevistador fuese un trabajo que estaría basado en una charla con Pastora Pavón ‘La Niña los Peines’, con el arrojo y el atrevimiento que da la juventud, José María Velázquez-Gaztelu da cuenta en este libro de un viaje en el que lleva inmerso toda una vida. Su vida. “Hablé con su esposo, Pepe Pinto, quien me brindó todas las facilidades sin dudarlo” exponía rememorando aquella época en la que frecuentaba el bar que el artista sevillano regentaba en ‘La Campana’.
“Me senté en la mesa de Pastora que estaba en la terraza, intentado anotar en un cuaderno lo que me decía, hasta un punto en que el parlamento de Pastora se tornaba incomprensible y caía en un mutismo abismal, dónde se acunaba con la mirada perdida hacia un horizonte sin tiempo” recordaba emocionado, mientras rescataba del tiempo pretérito ‘el quite’ que le realizaba a su esposa Pepe Pinto diciéndole “sobrino, Pastora está un poco cansada. Vuelve mañana otro rato si quieres”. “Tras un segundo y un tercer y último intento, me di cuenta de que Pastora ya se encontraba en regiones no reconocibles, cuando la memoria está habitada por tinieblas difusas” confesaba.
“He hecho una cantidad considerable de entrevistas para periódico, televisión y radio, pero la de La Niña de los Peines, que nunca llegué a publicar, es la que recuerdo, sinceramente, con más emoción” afirmaba Velázquez-Gaztelu, quien con este libro, redactado a lo largo de más de 50 años ofrece al lector, a modo de ‘pequeña crónica’ o relato personal, el devenir del flamenco en último medio siglo, a través de un trabajo que ha ocupado “una buena parte de mi actividad de escritor, en este caso en calidad de poeta, articulista y entrevistador, así como de guionista radiofónico y televisivo”.
El ritual, la conciencia del movimiento y la creación colectiva, ejes de Ana Morales en 'Peculiar'
Como principal apuesta del día, el Festival Flamenco de Nimes alzaba su telón con el espectáculo Peculiar de Ana Morales, artista que junto con Andrés Marín ha sido galardonada en 2022 con el Premio Nacional de Danza. La bailaora catalana afincada en Andalucía desde que consiguiera con 15 años una beca para incorporarse a la Compañía Andaluza de Danza en Sevilla era la encargada de dar el pistoletazo de salida al programa de contenidos de este evento, con una propuesta en la que el ritual, la conciencia del movimiento y la creación colectiva son los ejes de la casi hora y media de duración del espectáculo.
Acompañada al baile por Antonio Molina ‘El Choro’ y Julia Acosta, la voz de Tomás de Perrate, el toque de Rycardo Moreno en la guitarra y Ana Crisman en el arpa y el espacio sonoro que genera Miguel Marín, este espectáculo que viera la luz el pasado 16 de julio en el Teatro de La Villette de París volvía a cosechar un rotundo éxito en Nîmes, al igual que ocurriera en el pasado mes de septiembre en la Bienal de Flamenco de Sevilla.
Tras Sin permiso. Canciones para el recuerdo (Premio Giraldillo al Baile en 2018) y Cuerda Floja, la recién galardonada con uno de los máximo reconocimientos en el panorama de la danza en España, continúa con su particular evolución incesante de búsqueda de un sello y estilo propio, que empieza a vislumbrar su patente de corso en Peculiar. Bajo un formato libre y abierto, donde hay espacio para la improvisación y, por supuesto, para la libertad de emocionarse, el público que llenaba el patio de butacas del espacio escénico fue testigo de ello.
Ana Morales continúa en 'Peculiar' con su particular evolución en búsqueda de un sello y estilo propio que empieza a vislumbrar su patente de corso
Los allí presentes se subieron encantados al universo dancístico que ofrecía y proponía una imperial Ana Morales, quien adaptaba su cuerpo según requiriera el momento, ya bien fuese cadencioso con la voz de ultratumba de Tomás de Perrate, que pone al servicio de la bailaora su cante ancestral, simbiótico con Ana Crisman, donde marca el paso y los tiempos al bucle sonoro que le ofrece la arpista con un instrumento que se incorpora con fuerza al flamenco, o libre, sobre todo libre, cuando entra en juego la conciencia del movimiento en su grado supremo gracias a la libertad de la música que irradia de sus manos Rycardo Moreno.
Así pues, bajo los conceptos de construcción y deconstrucción de coreografías donde distintos rituales van entrando en juego, juntos pero no revueltos, la devoción a golpe de saeta, el empoderamiento femenino en las sevillanas corraleras lebrijanas, la seguiriya más lacerante o la diversión y sensualidad en compás de doce tiempos van entrando en liza como herramientas que tienen pactado sólo parte de lo que sucede, dejando libertad a cada uno de los artistas para mostrar la piel de la que están confeccionados.
De especial significación se puede y se debe destacar en esta crónica del espectáculo Peculiar, sobre todo, los pasajes ofrecidos por soleá, en los que Tomás de Perrate y Ana Crisman escoltan a una Ana Morales que pone sobre la mesa todo su potencial creativo – lo mejor del espectáculo sin duda-, el paso a dos protagonizado por Miguel Marín y Julia Acosta en el que el flamenco encuentra otros idiomas con los que confraternizar, o la capacidad que tiene El Choro para seguir siendo un alma libre y cada vez con menos prejuicios a la hora de mostrarse y marca el paso con fuerza y rotundidad.
¿Culmina Ana Morales su proceso de búsqueda con Peculiar? Esa pregunta es la que nos hacemos quienes seguimos la trayectoria de esta bailaora que está llamada a ser punta de lanza junto con otras artistas de su generación en estos nuevos tiempos. Entendemos que no. Que aún queda mucha Ana Morales por venir. Lejos queda ya aquella bailaora que se mostraba inquieta por salir del cascarón en sus primeras producciones en solitario, tras forjarse en el Ballet Flamenco Andalucía – anteriormente Compañía Andaluza de Danza- y que ahora busca dónde están los límites de su cuerpo, a través de las herramientas que le ofrece el flamenco para sentirse libre y en libertad. Que, aunque parezca lo mismo, les podemos asegurar que no es igual. Lo único cierto y fijo y que les podemos asegurar a ciencia cierta es que estamos seguros de que queda Ana Morales para mucho tiempo. Afortunadamente.
David Coria, Velázquez-Gaztelu y Ana Morales, protagonistas de la segunda jornada del Festival Flamenco de Nimes 2023
La segunda de las jornadas del Festival Flamenco de Nimes 2023 tiene de nuevo una doble entrega. En primer lugar, al mediodía, será el Café-Bar del Teatro el que acoja una actividad complementaria del evento: José María Velázquez-Gaztelu mantendrá una charla abierta con la bailaora Ana Morales sobre diversos aspectos del mundo del flamenco y la danza actual y de su trayectoria profesional.
Como contenido principal del día, la Sala Odeón acogerá a partir de las ocho de la tarde un ‘work in progress’ de David Coria, quien está en pleno proceso creativos de un nuevo espectáculo que, bajo la denominación de Los bailes robados, cuenta con la participación de Paula Comitre, Florencia Oz, Rafael Ramírez y Marta Gálvez al baile y de Isidora O’Ryan en el violonchelo, quien además de aportar su voz y baile al espectáculo.
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