El vuelo de Nano Méndez desde La Comedia en Jerez: "Aprendí en las fiestas light"

Ha dejado huella en su ciudad. Sobre todo, en una discoteca mítica donde han bailado generaciones. DJ Nano Méndez se ha ido de la sala La Comedia de Jerez. Una realidad que ha chocado a los jóvenes que se pasaban hasta altas horas de la madrugada moviendo las caderas con su sesión.

Sus seguidores expresan en las redes sociales un solo deseo: que vuelva Nano a pinchar en el local. “Illo tío que el nano deja de ser DJ, ya no voy más a Comedia”, dice uno. “Si DJ Nano no está en Comedia pinchando no me renta quedarme en la pista de baile con el calor que hace”, añade otro.

"Quiero avanzar"

Pero Diego Sánchez, jerezano de La Plazuela, a sus 22 años, no tiene en mente regresar a este clásico del ocio nocturno más alternativo. Él tiene ganas de crecer profesionalmente. “Necesito evolucionar, que me escuchen en otros lados y hacer contactos nuevos. Quiero avanzar en todos los aspectos de la vida y no quedarme estancado”, cuenta a lavozdelsur.es desde Lanzarote, isla canaria en la que ha aterrizado.

Allí compagina su pasión, la producción musical, con “un trabajito en un hotel donde lo pagan muy bien”.  El jerezano continúa luchando por un sueño que comenzó cuando apenas tenía 9 años. “Mi tía me llevaba a fiestas en chalets y siempre me quedaba embobado mirando al nota que era el DJ”, comenta.

Pronto, su tía le compró su primera mesa de mezclas y Diego comenzó a experimentar, a aprender “poquito a poco” a través de tutoriales en YouTube u observando a otros. “Me iba a las fiestas light y me ponía a mirar al DJ”, recuerda Diego, que ofreció su primera sesión con once años en una caseta de la Feria de Jerez.

Tras recorrer numerosos pueblos de la provincia de Cádiz, desde Puerto Serrano a Castellar de la Frontera pasando por Bornos o Villamartín, acabó en La Comedia, donde se convirtió en DJ residente en 2018. En cuatro años se ha ganado al público, que gozaba con su música. ¿Qué tipo de conjuro ha hecho este joven para enganchar tanto?

“Ponía lo que le gustaba a la gente. La gente de Comedia no es tan complicada de entender. Delafuente, Bad Gyal y el reguetón antiguo. Si mezclas bien esas tres cositas, te la metes en el bolsillo”, confiesa.

Diego no tuvo que adaptarse al local porque era totalmente de su estilo. Como él dice, “tengo el rollo de esa discoteca, tu me ves a mí y dices, este niño pega en Comedia”. Pero tras esta etapa, busca centrarse en su carrera como productor musical.

"No es difícil hacer música, es gustar a la gente"

Hace dos años ya lanzó su primer álbum 1699 —en honor a la fecha de su nacimiento— y después del verano tiene previsto sacar otro “más evolucionado”, 1699 2.0. Al jerezano le llena apostar por temas propios que él mismo crea desde su casa, un home studio formado por un portátil, una tarjeta de sonido y un micrófono.

Por la noche, después del trabajo, se dirige al cuarto, “y me pongo hasta las tres de la mañana a producir”. El último tema que ha subido a todas las plataformas digitales es PeGaita, con ritmo veraniego y carácter latino. Y parece que tiene tirón. En apenas una semana ya registra más de 15.000 visualizaciones en YouTube y más de 3.000 reproducciones en Spotify.

DJ Nano intenta hacerse un hueco en un mundo en el que ha asomado la cabeza de forma autodidacta y a base de investigar. Una tendencia a la que se han sumado muchos jóvenes en los últimos años.

La producción se ha democratizado y es mucho más accesible para los artistas emergentes. “Ahora te vas a Google, te descargas FL Studio pirata, te miras cuatro tutoriales de 45 minutos para aprender a usar el programa y te haces productor”, señala Diego.

Él tiene claro que “hoy no es difícil hacer música, lo difícil es gustar a la gente”. Y para sonar con calidad, reconoce que no solo basta ser una máquina con las pistas de audio sino también “invertir dinero”. De momento, este joven jerezano le dedica tiempo al trap y al reguetón apoyado por un séquito de fans que hoy añoran su presencia en Jerez, pero que le desean lo mejor en su camino.