La Zaranda vuelve al Teatro Villamarta (este sábado 27 de noviembre, a las 20.30 horas) para exhibir su particular universo escénico en La batalla de los ausentes, una obra donde ajusta cuentas con el poder y, a modo de metáfora, concibe la vida como un combate. El texto de Eusebio Calonge, autor de referencia de sus montajes, cuenta con los actores habituales de esta compañía jerezana (Francisco Sánchez, Gaspar Campuzano y Enrique Bustos), bajo la dirección de Paco de La Zaranda. El montaje cierra el ciclo que celebra los 25 años de la reapertura del teatro jerezano.
La batalla de los ausentes, una coproducción del Teatro Romea de Barcelona y La Zaranda, se sitúa en el marco de la conmemoración de una batalla olvidada que reúne a los exiguos restos de una tropa. Esos sobrevivientes, vencidos por el tiempo y derrotados por las hostilidades del destino —según Eusebio Calonge— no han abandonado la esperanza de realizar una última gesta gloriosa.
Esta hazaña no es otra que perpetrar el asalto al poder. “Sueñan con un desquite que termine con las injusticias”, explicó el autor del texto. Y los personajes de este ejército derrotado se preguntan si su destino hubiera sido otro de haber alcanzado la victoria en aquella lejana guerra.
Para Eusebio Calonge, lejos del discurso políticamente correcto, en La batalla de los ausentes se mezcla “la farsa y lo cómico, la comedia y la crítica no complaciente”. Según Paco de La Zaranda, “la batalla que ocurre en escena es la que nosotros tenemos como compañía, como actores y como seres humanos. Es la batalla que cualquier ser humano tiene con él mismo”.
A lo largo de la obra, La Zaranda hace un descarnado repaso a los diferentes estratos del poder. Y, para ello, sus actores interpelan al público. Y es que Calonge viene a poner en evidencia esa corriente artística que tiende a sumarse a favor de la tendencia del momento. A este respecto, defendió que “lo que necesita el teatro para ser libre y crítico es un compromiso con lo poético y con el oficio”.
Añadió que, al escribir la obra se enfrentó al hecho de por qué en el teatro ya no se puede dar la tragedia, la épica. “La batalla de esta obra es ésa, que en el teatro se pueda seguir mostrando ese enfoque de la dramaturgia”, afirmó Calonge.
La Zaranda, con más de cuatro décadas sobre los escenarios de todo el mundo, es una de las compañías con más proyección internacional. Recibió el Premio Nacional de Teatro en 2010 y, desde hace unos años, lleva el nombre de Teatro Inestable de Ninguna Parte, pero manteniendo viva la premisa de crear desde el compromiso, la tradición y los lugares más cotidianos.
Desde su creación como grupo en 1978, han sido doce los trabajos realizados, siendo Los tinglados de María Castaña (1983) el primero en conocerse en el ámbito nacional. Algunas de sus obras han sido Vinagre de Jerez (1989), Perdonen la tristeza (1992), Obra póstuma (1995), Ni sombra de lo que fuimos (2002), Homenaje a los malditos (2004), Ahora todo es noche (2017) y El desguace de las musas (2019).
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