La árbitra de Jerez que hará historia en Primera: "Quiero pitar fútbol masculino y un Mundial"

Con solo 24 años, Lorena Trujillano firma una carrera meteórica que le ha permitido alcanzar la máxima categoría del fútbol femenino sin perder la humildad en ningún momento

Lorena Trujillano posa en el estadio Chapín de Jerez tras su ascenso a Primera.

Lorena Trujillano no tiene techo. Esta árbitra de Jerez fue la primera mujer de Andalucía en ascender a Tercera RFEF y ahora ha conseguido algo que habla por sí solo de su gran nivel: ha logrado el ascenso a la Liga F, la máxima categoría del fútbol femenino. A sus 24 años llega a lo más alto, pero sus sueños no se quedan ahí.

"Para mí es un objetivo que me puse justo al empezar el arbitraje. Me marqué dos objetivos, uno era pitar en la Tercera División masculina y el otro la Liga F. Me quedé dos años suplente y fue un palo del que te tienes que levantar. Tienes que seguir trabajando para terminar de pulir lo que te falta para estar ahí. Ahora ves que todo el trabajo al final da su fruto y te acuerdas de toda la gente que te ha acompañado en este proceso. Son siete temporadas las que llevo en el arbitraje y he conocido a muchos amigos que me llevo, muchos compañeros, delegados de partidos, hasta entrenadores", explica a lavozdelsur.es.

Se enteró de que había ascendido a Primera mientras estaba trabajando. Su móvil echaba humo con muchos mensajes de felicitaciones. Mucha gente se alegraba de lo que se había consumado: "Veía mensajes de compañeras de mi misma categoría dándome la enhorabuena y diciéndome que lo había conseguido. Y yo dije, ¿enhorabuena, qué pasa? Vi un correo que ponía la plantilla de ascenso a Primera División femenina y ya vi mi nombre. En ese momento empecé a llorar. Yo trabajaba de monitora de entrenamiento y el entreno se paró por completo, la gente vino a abrazarme. Fue un momento muy emotivo, muy inesperado y después fui a contárselo a mi madre".

Lorena Trujillano muestra sus tarjetas en la entrevista.  MANU GARCÍA

Paqui, su madre, es una persona fundamental para que Lorena haya alcanzado este objetivo y ha estado muy presente en el proceso: "Yo me acuerdo muchísimo de mi madre porque al final es motor del arbitraje. Muchas cosas no podría haberlas hecho sin ella. Por ejemplo, la alimentación. Yo llegaba a casa de trabajar y mi madre me tenía preparada la comida que me tocaba en ese día. O días malos de haber cometido fallos en el arbitraje y ella ha estado apoyándome. Me ha visto caer y me ayuda a levantarme".

Ahora llega el momento de digerir el éxito de estar arbitrando en lo más alto. "Llevo casi un mes sabiéndolo y todavía estoy procesándolo. Yo creo que hasta que no pite mi primer partido como árbitra principal no voy a asumir que soy de Primera División", reconoce. Atrás han quedado muchos informes positivos de informadores que iban a sus partidos. Y todo ello en un contexto muy especial, cuando el fútbol femenino es campeón del mundo y cuando Marta Huerta acaba de ser la primera mujer en llegar a ser árbitra en LALIGA Hypermotion, la Segunda División masculina.

"Marta ha sido mi referente número uno desde que yo entré en el arbitraje... La conozco personalmente, he sido su cuarta mientras estaba en primera RFEF y es brutal. Ver cómo el fútbol femenino crece, ver que el arbitraje femenino crece, que puedes estar a la altura de tus compañeros, que te tratan como una más... Yo ojalá llegue en algún momento a poder arbitrar esas categorías masculinas", dice.

La árbitra de Jerez ha logrado ascender a la máxima categoría. MANU GARCÍA

La entrevista se realiza en el estadio Chapín y muchas miradas se centran en la árbitra, que ya es conocida por haber conseguido un logro que la sitúa en lo más alto del podio del deporte jerezano. Ella saluda a todo el que se le acerca porque se considera una persona muy cercana. "Nunca hay que perder la humildad", dice sin dobleces.

Humildad y profesionalidad al máximo. Todavía no vive del arbitraje, pero su actitud es de máxima exigencia con ella misma, incluyendo ayuda para su salud mental: "Los árbitros convivimos con el error y nos tenemos que llevar ese error a casa. Al final lo pagas con tus padres, con tus hermanos y tienes que procesarlo. Yo de hecho trabajé con un psicólogo deportivo por todo este tema. Empecé a controlar las emociones, porque al final ahí tenemos 22 jugadores con pulsaciones muy arriba, más los banquillos y tienes que saber controlar esas pulsaciones. De esa parte negativa del arbitraje lo único que te queda es coger, pulir y aprender para el siguiente partido equivocarte menos".

Una madurez impropia para una deportista que empezó en el arbitraje a los 17 años, cuando gente de su entorno está pasándoselo bien o soñando con ser futbolista. "Estuve jugando dos temporadas, a mí me gustaba mucho el fútbol. Estaba en La Jerezana y tenía un amigo que era árbitro y que me animó a meterme en el arbitraje. Al principio no me llamaba la atención y cuando se lo dije a mi madre me preguntó si estaba loca. Yo lo vi como un reto y siete temporadas después sigo aquí y no lo cambiaría por nada. También te digo que de futbolista no iba a llegar a ningún sitio, me va mejor la vida del árbitro", dice entre risas.

Pero, ¿es posible vivir del arbitraje? Lorena va a hacer todo lo posible por lograrlo y se va a centrar exclusivamente en ello: "Yo he decidido esta temporada dedicarme solo al arbitraje. Alcanzar la categoría profesional exige unos mínimos y yo quiero dedicarme a ello porque al final llevas trabajando mucho tiempo para ese momento. Está en auge el fútbol femenino, estamos llenando estadios y eso hace cinco años no se veía. Alcanzar la profesionalidad con 24 años, como en mi caso, me da pie a tener muchos años por delante para aprender, para seguir trabajando, para poder seguir alcanzando otras metas dentro del arbitraje".

La colegiada jerezana sonríe durante la realización de la entrevista. MANU GARCÍA

¿Por qué no soñar con ser internacional? Por supuesto, la jerezana no descarta nada de antemano. "Uno de mis objetivos fundamentales es arbitrar un Mundial. No es fácil, tienes que trabajar mucho, hay muchísima competencia, pero no lo descarto". Esa aspiración es perfectamente compatible con ser la Lorena de siempre: "Yo sigo siendo la misma persona, simplemente que me catalogan como profesional por ser árbitra de Primera División. Yo soy una persona muy cercana y esto no me va a cambiar".

Tampoco le va a cambiar mucho la vida porque ya la pasada temporada tenía desplazamientos a ciudades como Barcelona o La Coruña, pero ahora sus partidos serán televisados y la repercusión será mayor. Sí será un verano especial por los nervios de debutar en Primera, pero con muchas obligaciones por el camino: "Tenemos las pruebas físicas a finales de agosto. El inicio de la competición se prevé para mediados de septiembre. Nosotras siempre tenemos unas pruebas para poder comenzar a pitar. Tengo vacaciones en julio, pero nunca dejas de trabajar y de entrenar".

Está graduada en Criminología y Seguridad con vistas a opositar a la Policía Nacional. Algo que retomará más adelante, al igual que su trabajo como monitora en un centro de entrenamiento, donde su jefe era su entrenador. "Esa etapa se cierra para abrirse una puerta nueva, la profesionalidad en el arbitraje. La ilusión de la primera vez, de haberlo conseguido después de tanto esfuerzo".