España es campeona de Europa. No estaba ni cerca de ser favorita, pero lo ha logrado. Con fe, con confianza, con liderazgos silenciosos, la Roja de Luis de la Fuente ha sido capaz de sobreponerse a una Inglaterra llena de estrellas pero completamente desubicada durante el torneo.
Mucho respeto en la primera parte, alguna ocasión menor, aunque con dominio de España ante apenas 15.000 españoles en las gradas. Doblaban los ingleses. Pero daba igual. Porque en la segunda parte, Nico Williams, que parecía que se quedaría en el banquillo en el descanso por problemas físicos, cazó un balón que le sirvió Lamine Yamal para ponérsela a Pickford donde nunca llegaría. Uno a cero y toda la segunda parte por delante.
Tuvo varias España tras un breve arreón inglés. No se rompía el cántaro. Mala señal. Bukayo Saka se vistió del Saka del Arsenal para liársela a Cucurella y Bellngham le dejó el balón atrás a Cole Palmer para fusilar desde el pico del área. Mala suerte porque no lo merecían los ingleses.
Y hasta empezó a temblar España. Ahí sí echaba de menos a Rodri, lesionado cuando acabó la primera parte. Zubimendi se vio a veces sobrepasado en este clásico doble pivote y tuvo alguna más Inglaterra.
Pero algo estaba escrito. El guion era en esta Euro para los secundarios. España lo era, de hecho, y ha vencido a Italia, Alemania, Francia e Inglaterra. Un secundario, que no apuntaba ni a titular cuando se dio la lista, Cucurella, centró al area un balón raso y fuerte y Oyarzabal, el de Eibar, el de la Real Sociedad, se adelantó a la defensa. Rozando el fuera de juego, pero dijo la tecnología que no, por poco.
El delantero, que sufrió una grave lesión en un partido con la Selección y desde entonces no es el mismo, tanto que de hecho eso le ha hecho abandonar la banda para hacerse nueve, llevó el balón a la red con un olfato que a veces le falta en su equipo. Gol de nueve-nueve. Gol a cinco minutos del final.
No llegó a meter miedo Inglaterra en el último tramo. Merino, héroe ante Alemania, saltó al terreno por Lamine para tejer atrás el balón y pelear arriba. Tuvo una Inglaterra que salvó bajo palos con intuición Dani Olmo.
Y con eso, Rodri mejor jugador del torneo, Williams mejor del partido, y Morata elevando la copa en Berlín. Una gran España que había perdido años atrás cuando muchos contaban con ella, y esta vez, cuando parecía abocada a inicar su enésima renovación, cuando muchos llegaban a Alemania para ganar horas de vuelo, ha acabado triunfando.