Aunque tiene detrás a una legión de esos detractores que tienen que criticarlo todo, Álvaro Morata ha demostrado en esta Eurocopa tener una gran resiliencia y superar las críticas.
El capitán de la selección española, aunque no ha estado afortunado de cara a gol, ha firmado un excelente torneo, luchando contra las defensas contrarias, fijando a los centrales para habilitar a los puñales (Lamine Yamal y Nico Williams) que entraban por banda.
Además, Morata se ha convertido en el gran animador de la selección española tras el triunfo. Primero, dándolo todo en el vestuario, y esta noche ejerciendo por todo lo alto de speaker en la fiesta final.
El atacante ha mostrado también tener una enorme sensibilidad. A un niño con parálisis cerebral le costeó el viaje a la final de Berlín y durante la fiesta en el Palacio de Cibeles ha subido al escenario a María Caamaño, una niña que lleva más de cuatro años luchando contra un sarcoma de Ewing.
"Te quiero dar las gracias delante de todo el mundo porque tú nos enseñas lo que es luchar", le ha dicho Morata a María, que se ha hecho una foto –al grito de "campeona, campeona"– delante de la Eurocopa conquistada por España.
Conocida como la princesa futbolera guerrera, la pequeña pudo conocer al capitán de la Roja en octubre del año pasado. Hoy también ha podido vivir un momento inolvidable ante miles de espectadores.