El domingo fue un día trepidante en los Juegos Olímpicos de París. España se levantó con el voley playa y se acostó con la natación, la gimnasia o el tenis de mesa. Todos estos deportes estuvieron disponible en la RTVE a través de la televisión o de la aplicación. Sin embargo, en paralelo, se estaba celebrando un partido de tenis que a buen seguro ya es uno de los grandes momentos del evento.
Pablo Carreño y Marcel Granollers jugaron a última hora de la noche la primera ronda del dobles contra la pareja italiana que llegaba como número uno del ranking. El problema del encuentro es que fue realmente complicado de ver. Ni RTVE, ni Eurosport en sus canales oficiales ofrecieron un partido que se resolvió en el super tie-break. La única opción para disfrutar del encuentro fue la aplicación de Max, y la realidad es que tampoco era sencillo encontrar la pestaña correcta.
El retraso de la jornada hizo que este partido tuviera que disputarse finalmente en la pista 10, un campo de juego que, como Carreño diría más tarde en las radios, era de entrenamiento. Los cuatro jugadores se encontraron en un lugar de paso, pero a la postre ello daría más magia a la victoria española. En una grada minúscula (pero con muchos españoles) y con gente apoyada en las vallas de la pista, Carreño y Granollers perdieron el primer set.
No obstante, la gran mayoría española en la grada cambió la dinámica de esta primera ronda. Como si de una Copa Davis se tratara, el público comenzó a animar a la pareja española como hace tiempo no se recuerda en un partido de tenis. Carreño y Granollers lograron ganar el segundo set en el tie-break y, a partir de ahí, tomaron ventaja en el partido. Los españoles fueron por delante todo el super tie-break y terminaron venciendo con una grada eufórica y teñida de rojo. Mientras tanto, los afortunados que pudieron seguirlo desde su casa, mostraron en redes lo especial del partido.