El espectador agredido en un partido de balonmano de la categoría cadete el pasado 15 de diciembre ha fallecido en la madrugada de este lunes tras estar más de dos meses hospitalizado. Se trata del abuelo del árbitro, que sufrió una caída al ser empujado por el padre de una jugadora que participaba en el encuentro.
La Federación Galega de Balonmán ha explicado que la familia del fallecido quiere agradecer públicamente a todo el personal del Hospital Álvaro Cunqueiro, en especial a los trabajadores de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y Reanimación (REA), su profesionalidad, atención y empatía a lo largo de todo este tiempo.
Además, la Federación ha publicado una carta en la que traslada su "impotencia e indignación" y lamenta no haber sido capaz de "impedir el fatídico suceso. Hay que pedir perdón por llegar tarde, perdón por no avisar y por no haber sido capaces de transmitir de manera eficiente que sin respeto nada de esto tiene sentido. También hay que pedir disculpas por no lograr que quien legisla y regula, por lo menos intuya que lo que hay no llega".
"Perdón por el despropósito de quien provocó tu partida aún tenga más que decir y siga haciendo vida normal, perdón por todas esas personas que no ven el problema porque no le tocó de cerca, perdón por no ser capaces de impedir tu viaje", señala el comunicado.
La carta de la Federación da las gracias por haber permitido conocer a la "estupenda y unida familia del fallecido y ser un ejemplo para promover lo que el balonmano debería sembrar".
"Gracias por estar ahí, Andrés, gracias porque sabemos que, aunque no te veamos en nuestros pabellones, siempre estarás con nosotros", finaliza la carta.