Un día Natalia Muñoz encontró la tabla de skate de su hermano mayor y decidió montarse en ella. A partir de ahí su vida y la de su familia cambió radicalmente. Tenía seis años por aquel entonces y ahora, con 14, disfruta de algo más que un hobby. Y es que esta joven de Arcos está quemando etapas a una velocidad de vértigo. Sin ir más lejos, tiene la mirada puesta en acudir a los Juegos Olímpicos que se celebrarán en París en junio de 2024.
"Mi hermano me insistió para que me apuntara a clases y empecé en una escuela perteneciente al Ayuntamiento en Arcos", cuenta Natalia a lavozdelsur.es. Poco tardarían los responsables de la misma en darse cuenta de que tenían ante ellos un diamante en bruto que necesitaba ser pulido. "Mi primera competición fue en el pueblo, con muy pocos niños. Luego fui en tres ocasiones a Benalmádena y en 2021 me llevaron a Santander, donde quedé cuarta. Lo que no sabía es que era un campeonato de España", dice entre risas.
A partir de aquí el crecimiento que experimentó fue exponencial, hasta el punto de que fue acudiendo a otros torneos a nivel nacional, como el de O Carballiño en Galicia, y acabó dando el salto a los internacionales, midiéndose con las mejores del mundo en Brasil, en Italia o en Emiratos Árabes Unidos. Para Natalia, "la experiencia de viajar al extranjero y conocer a todas las chicas del circuito es algo increíble".
No hay que olvidar que, pese a que tiene 14 años, por el nivel de profesionalidad que ya ostenta compite con rivales de mayor edad, lo cual la sitúa frente a rivales de entidad que le proponen importantes retos. Aún así ella no se amilana porque "voy a los campeonatos a disfrutar y a hacerlo lo mejor posible".
La Bodega Skate Center, su segunda casa
Natalia pasa una gran cantidad de horas en La Bodega Skate Center perfeccionando su técnica. A este espacio jerezano acude de lunes a viernes para entrenar junto a otro gran patinador, el isleño Ignacio Morata, o simplemente por diversión. "Se agradece que hayan construido un indoor tan completo. Ya era hora de que hicieran algo en condiciones", comenta, comparándola con la pista abierta de Chapín, donde también ha entrenado y en la que "siempre te chocas con niños pequeños".
Por sus características, La Bodega es un enclave perfecto para que la joven deportista desarrolle sus habilidades, ya que dispone de una gran variedad de espacios donde patinar y un equipo de profesionales con los que siempre puede contar. "Mis padres me traen a Jerez y se van a hacer sus cosas mientras yo entreno. Luego les llamo y ya vienen a buscarme", explica.
Y es que sin el apoyo de sus progenitores, Yolanda y Toni, no habría sido posible llegar hasta donde lo ha hecho. "Esto es su pasión y nosotros hacemos todo lo posible para que pueda llevarlo adelante", señala su padre.
Tanto él como su esposa son conscientes de que "tener un hijo al que le dan esta oportunidad es una cosa muy muy rara", por lo que tienen claro que "si ella ha tenido la suerte de valer para patinar y quiere dedicarse a ello nosotros vamos a impulsarla todo lo que podamos".
Así, la llevan de lunes a viernes desde Arcos a Jerez tanto a las sesiones con su fisioterapeuta como a La Bodega para entrenar. Del mismo modo, están pendientes de los distintos eventos en los que Natalia pueda participar para organizar todo lo relativo a preparación, viaje, estancia etc.
"Al final es una niña y lo que quiere es jugar", dice Toni al ser cuestionado por la vida frenética que lleva su hija. "Llega a las 15:00 horas de clase y a las 16:00 horas ya estamos saliendo para Jerez. Entre una cosa y otra puede pasarse 4 o 5 horas fuera y al llegar a casa le espera su madre para hacer los deberes y repasar", indica.
A este respecto, el padre de Natalia semarca que "ahora mismo todo esto es viable porque ella quiere, pero habrá que ver si se puede mantener una vez que acabe la ESO". Como recuerda, el mes de enero "casi lo ha faltado entero", por lo que, si siguiera a este ritmo, sería imposible mantener unos estudios de Bachillerato o de ciclo, de modo que "habrá que ver si tiene que dejar los estudios a un lado cuando acabe la etapa obligatoria y retomarlos más adelante".
La ayuda de su instituto también es clave, puesto que le permiten aplazar los exámenes si coinciden con alguna salida. El centro colabora completamente con ella dándole todas las facilidades para compaginar su faceta de deportista profesional -cuenta con este grado desde que fue convocada por primera vez por la selección española- con la de estudiante. Por el momento Natalia solventa con mayor o menor dificultad las distintas asignaturas y, sin tener claro qué quiere hacer en el futuro, asegura que le gustaría "hacer algo relacionado con el deporte".
Visto el buen rendimiento que está mostrando en las competiciones y la proyección que tiene, todo apunta a que en los próximos años Natalia seguirá ligada al mundo del skate. Sus padres tienen claro que cuando llegue el momento de elegir se decantará por el deporte y llegará "hasta donde le lleve el patín". Igualmente, comprenden que "una vez que eso se acabe tendrá tiempo para estudiar y hacer lo que quiera".
Serenidad y cabeza fría en un mundo dominado por hombres
A pesar de ser tan joven, Natalia demuestra cierta madurez cuando habla de la realidad que viven tanto ellas como sus compañeras a la hora de concentrarse, especialmente cuando coinciden con grupos masculinos. "Nosotras no somos muchas, por eso nos conocemos, porque casi siempre nos enfrentamos las mismas", cuenta.
Esto no ocurre tanto con los hombres, cuya presencia es mucho más abundante. Aún así, la joven arcense da una pequeña clave en favor del sexo femenino en este deporte apuntando que "en las competiciones no solo se puntúa la técnica, sino también el estilo y en esto las chicas destacamos sobre los chicos". Sin ir más lejos, en el último campeonato en que participó estuvieron presentes 180 chicos por tan solo 80 chicas.
Ella se lo pasa en grande cada vez que se reúne con los demás patinadores, independientemente de su género. Como dice, "somos todos iguales, nos gusta patinar y eso es lo que importa". En su caso, suele patinar con otros varones que alcanzan los 20 años a los que considera sus amigos y no observa diferencia alguna en el trato que reciben y, aunque resulta evidente que hay una disparidad entre hombres y mujeres a la hora de acudir a estos torneos, indica con orgullo que "cada vez va aumentando el número de patinadoras y el nivel que vamos mostrando".
Al final, como destaca Natalia, lo más importante es disfrutar de lo que hacen, llevar lo que les gusta a las cotas más altas posibles y, si se tercia, experimentar el orgullo de alzarse con el triunfo en una de estas grandes competiciones.
El sueño de participar en los Juegos Olímpicos
Como ya se ha mencionado anteriormente Natalia ha sido convocada con la selección española de skate y ha tenido la oportunidad de medirse a algunas de las mejores del mundo en competiciones de postín, unas experiencias que, con mayor o menor éxito, le han reportado grandes aprendizajes.
Sin ir más lejos su última salida fue a Dubai, un lugar que le fascinó y en el que "me he hartado de hablar inglés". Allí ha tenido la oportunidad de conocer lugares muy diferentes a los que puede encontrar cerca de su casa y "hacer nuevos amigos, algo muy guay".
Es evidente que este tipo de competiciones traen aparejadas una serie de vivencias únicas para quienes tienen la oportunidad de participar en ellas y Natalia está encantada con todo lo que está pudiendo ver y visitar.
Dubai fue la segunda parada de las pruebas clasificatorias para los Juegos Olímpicos que tendrán lugar en París en junio de 2024. Por el momento tanto en esta como en la primera disputada en Roma ha conseguido buenos resultados y, si se cerrara ya la competencia, pasaría el corte para acudir a esta cita. No obstante, aún quedan tres pruebas más, que tendrán lugar de nuevo en Roma y Dubai y, se rumorea, una última en Japón.
Natalia fantasea con poder ir a Francia para representar a España pero mantiene los pies en la tierra y admite que es algo complicado. Sus padres piensan igual, pero están tranquilos porque "es muy joven aún y si no va a Francia ya irá a la siguiente en 2028".
Mientras tanto ella se dedica a entrenar y a perfeccionar sus trucos con la tranquilidad de estar consiguiendo el apoyo de diferentes marcas como Beiman, Vértigo, Panini o Jart, que favorecen la viabilidad de su vida como deportista de élite, algo que en un país copado por el fútbol no resulta sencillo para quienes se dedican a disciplinas de segundo o tercer escalón.
Teniendo el ejemplo de otros deportes como el balonmano, que contaba con una gran base deportiva en España pero que acabó hundiéndose ante la falta de financiación, es normal que otros deportistas teman que pueda ocurrirles lo mismo. Por el momento, Natalia cuenta con la ayuda suficiente para seguir dando pasos en busca de "un gran sueño". Aún así, mantiene la calma y no quiere precipitarse. "Lo primero que tengo que hacer es aprobar el curso y luego veremos lo demás", concluye.