Si el Cádiz CF tuviera su propio diccionario, junto a la palabra calidad tendría que poner la foto de José Manuel Mejías López, conocido por todos como Pepe Mejías. El rubio de oro nació en el año 1959 en el barrio gaditano de San José y formó parte de una generación dorada para el cadismo con nombres ilustres como los de Juan José, Carmelo, Chico Linares o Moisés Arteaga.
Palabras mayores merece la pareja de baile que formó con Mágico González. Dos artistas del balón que sacaron más de una vez pañuelos en el Carranza con sus jugadas de salón que parecían trucos de prestidigitadores. Nunca fue un futbolista ambicioso y tal vez por eso no llegó a jugar en un grande del fútbol español, pero al mayor de los Mejías –a buen seguro que su hermano Salva formará pronto parte de esta sección– tampoco le hizo falta, ya que su reto más grande era disfrutar de su pasión por el fútbol. Y, a su forma, con honradez, humildad y clase sobre el verde, lo hizo durante casi dos décadas como profesional.
En el Cádiz vivió dos etapas: la primera de ellas fue de la temporada 78-79 a la 85-86, para volver como amarillo en las campañas 90-91 y 91-92. Sus inicios, curiosamente, fueron en Jerez. Tras formarse en la cantera del Cádiz, Pepe Mejías fue cedido al Jerez Industrial en la temporada 77-78. Aunque ha llovido mucho desde entonces, los más veteranos de La Juventud siguen recordando el paso de aquel joven malabarista por el cuadro blanquiazul.
Su primer destino tras su primera salida del Cádiz fue Zaragoza. En el conjunto maño militó dos temporadas y compartió vestuario con jugadores ilustres como Andoni Cedrún, Rubén Sosa, Juan Señor, Frank Rijkaard o el ratoncito Pardeza. Real Murcia y Real Zaragoza fueron sus siguientes paradas hasta guardar otra vez la esencia de su fútbol en la Tacita de Plata.
Con 33 años, cuando parecía que las botas iban a pasar al zapatero, le llegó la llamada del Elche para jugar en Segunda B. En el vestuario del Martínez Valero coincidió con su hermano Salva y tras aquella campaña decidió retirarse. Pero, como los buenos artistas, Pepe Mejías regresaría a los escenarios con el San Fernando. El mítico SuperPaco le convenció paa que jugase media temporada con el conjunto de la Isla de León. Nuevamente dijo adiós, pero otra vez acabó siendo un hasta luego, ya que con 36 años se volvió a vestir de corto para jugar medio curso con el Conil, equipo en el que, definitivamente, puso el punto y final a una carrera de talento y chispa.
Muy querido y con una puerta a su nombre
Ya han pasado 26 años desde aquella retirada. ¿Qué ha sido en todo este tiempo de Pepe Mejías? "Tras dejar el fútbol en activo estuve en el San Fernando como secretario técnico, también en el Chiclana como coordinador de cantera y también he estado ejerciendo mi profesión de entrenador, pero siempre vinculado a la cantera", cuenta a lavozdelsur.es.
De sus tiempos como jugador guarda excelentes recuerdos. "Son muchos porque siempre fui y sigo siendo una persona bastante alegre. Me gusta el fútbol arte y siempre he sido muy querido en todos los sitios en los que he estado. Se me recuerda en el Jerez Industrial, en San Fernando, en Conil y en los equipos de Primera, Segunda y Segunda B en los que estuve. Tengo grandes recuerdos y fue algo mutuo. Cuando vuelvo a los sitios en los que estuve me demuestran el cariño que me tienen", destaca Pepe Mejías.
Una trayectoria futbolística impecable y un amor a los colores amarillos incalculable le han llevado a su último papel en el mundo del fútbol: embajador del Cádiz CF. "Desde que llegaron Vizcaíno y Pina al Cádiz cambió un poco mi vida. Desde que ellos entraron, me dieron un sitio en club y la verdad es que me han cambiado muchas cosas siendo embajador del club. Siempre he estado vinculado de alguna forma al equipo, pero esto es algo muy especial".
"Siempre he estado vinculado al club de alguna forma, pero ser embajador del Cádiz es algo muy especial"
Una representación institucional que comparte con otro grande del cadismo como Paco Baena. Dos referentes de los de antes que tanta falta hacen en este fútbol presente tan contaminado. "Ya hay muchos clubes que llevan contando desde hace tiempo con sus embajadores. Madrid y Barcelona los tienen desde hace mucho y casi todos los clubes de Primera están vinculando su imagen a jugadores y recuerdos de antaño. Gracias a Dios, con la entrada de Vizcaíno, se está creando este departamento en el que estoy junto a Paco Baena. Y el club tiene buena relación con los veteranos del Cádiz. Eso siempre es muy importante y hay que halagar ese comportamiento", indica el exfutbolista.
Pepe Mejías, todo un símbolo del cadismo que desde hace dos años tiene incluso una puerta a su nombre en el ahora Nuevo Mirandilla. La primera edición de Leyendas Cadistas fue dedicada a su nombre y culminó con el bautizo de la puerta 5 que da acceso a preferencia por el fondo sur del estadio gaditano.
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