El Xerez Deportivo necesita cada jornada muchísimo en ataque para aspirar a ganar o al menos puntuar. Las concesiones defensivas son un verdadero quebradero de cabeza para los azulinos y una constante desde que arrancara el campeonato. No en vano, son ya el segundo equipo más goleado del grupo (15 goles en 8 partidos), sólo superados por el Tamaraceite, colista. Este domingo en Vélez-Málaga, la zaga se doctoró en despropósitos. Un recital de errores de todos los colores que se saldó con una manita que devuelve a los de Pérez Herrera a la cruda realidad de la mitad de la tabla… y gracias. Siendo tan vulnerables atrás es complicado aspirar a otro objetivo que no sea no sufrir.
Tras seis partidos invicto, el Deportivo llegaba hasta la comarca de la Axarquía con bastantes argumentos a su favor como para aspirar a prolongar la racha una semana más. El técnico xerecista recuperaba a Oca y dejaba en el banquillo a Alex Cruz.
En un campo pequeño y de césped artificial, los primeros minutos volverían a ser decisivos para las opciones de puntuar. Como suele ser habitual, al Xerez le costó entrar en el partido y cuando lo hizo ya se veía por detrás en el marcador. Un incomprensible error en el despeje de Camacho dio la primera opción del encuentro a los locales. La pasividad de la zaga hizo el resto y Pablo adelantó a los malagueños.
La reacción visitante fue no obstante fulminante, ya que dos minutos después Bello botaba una falta lateral y Ocaña se anticipaba a todos para batir de cabeza a Miguel.
Vuelta a empezar para los dos equipos. Los de Pérez Herrera fueron encontrándose cómodos y tomando el mando en la zona ancha. Sin embargo, faltaba continuidad en el juego y algo de tensión y de concentración, como en una indecisión de Javilillo que dio lugar una contra local con susto para la zaga deportivista.
Pero el Xerez Deportivo estaba cómodo y mediado el primer acto llegó la acción que le daba la vuelta al tanto inicial, al recibir en largo Darío Guti, pinchar la pelota y batir al meta en su salida.
A los jerezanos les complicaba la existencia la lesión en el hombro de Antonio Jesús, que tuvo que dejar su puesto a Castillo y éste a su vez ocupar el lateral derecho y desplazar a Curro al centro.
El exceso de vista de Camacho, que llegó a tiempo para desviar al travesaño un centro aparentemente sin peligro, fue el anticipo de una recta final de la primera parte infernal para los visitantes, que en tres minutos se quedaron sin Oca por doble amarilla. La segunda para sancionar un penalti por falta dentro del área. Zamorano empataba para los locales, que afrontaban toda la segunda parte con uno más.
Las desgracias no se iban a quedar ahí ni mucho menos para el Xerez Deportivo, que antes del descanso pudo recibir el tercero en una contra.
Pero nada más reanudarse el choque, el Deportivo sería castigado con una nueva pena máxima. El agarrón sobre el recién incorporado Gory no admite discusión, pero sí la pasividad nuevamente de la zaga porque el centro se produce sin oposición. Joselinho ponía de nuevo por delante a su equipo.
El banquillo xerecista optó por la heroica para tratar de dar réplica al resultado o en su defecto caer con honor. Lo cierto es que el partido quedaba de manual para los locales, que a la contra pudieron destrozar a los visitantes.
Casi a la hora de partido, Durán se hacía una brecha que le obligó a lucir un aparatoso vendaje. El espigado central, más preocupado por cubrir la zona dañada, se sumó al carrusel de desaciertos y pudo hacer mucho más para evitar que Gory anotara el cuarto en otra contra.
Máyor, Brando y Baeza entraron con todo visto para sentencia, pero para tratar al menos de maquillar un resultado que podía ir a peor, como así sucedió con el quinto anotado por Zamorano en la enésima contra del Vélez.
La goleada, segunda encajada en ocho jornadas, vuelve a poner al Xerez Deportivo con los pies en el suelo. Al menos será así hasta que no se le encuentre solución al grave problema defensivo que llena el futuro inmediato de dudas y de sombras.
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