Una de las más de las 134 torres que caracterizan al skyline de Cádiz luce este Lunes Santo un elemento nuevo. La bandera republicana ondea en el punto más alto de la conocida como Bella Escondida con motivo de la conmemoración de la proclamación de la Segunda República española.
Un gesto que ha tenido una de las pocas personas que puede acceder a esta torre mirador construida en el siglo XVIII que forma parte del imaginario gaditano. Paco Cárdenas, que se mudó en 2021 junto a su mujer Julia, ha tenido este gesto que no ha pasado desapercibido.
Aunque desde la calle José del Toro, donde se encuentra el inmueble que la alberga, no se ve, sí se ha podido contemplar desde las terrazas de otros edificios de la capital.
En busca de la rehabilitación de su fachada
Esta imponente torre octogonal que destaca por ser la única en la ciudad construida desde el suelo con esa planta, ansía recuperar su esplendor. Su dueño la considera una joya patrimonial excepcional y ha manifestado su deseo de que el edificio pueda ser visitado por el público. Está dispuesto a retomar el diálogo con las autoridades municipales para impulsar su rehabilitación. “La gente entraría por aquí, hay acceso directo, no molestaría a las viviendas y hay incluso dos baños públicos”, señala con convicción, mientras indica la entrada al edificio.
El propietario sube con frecuencia por las escaleras en forma de caracol, un gesto que forma parte de su rutina diaria y de su vínculo con la torre. “Como propietarios de una torre así tenemos que ser conscientes de que esto nos rebasa y forma parte del imaginario de Cádiz”, afirma, convencido de que el valor simbólico y cultural del inmueble exige un esfuerzo colectivo para su conservación y puesta en valor.