"Lo normal no es lo mejor, sólo es lo más frecuente", dice el personaje de María León en la serie El hijo zurdo. "Lo que menos abunda en el mundo es la gente normal... menos mal", cantaba Ciudad Jardín en los años 80. La normalidad es una aspiración para muchos. Combinada en la vida política con la cercanía y la simpatía, características todas neutras, sin garantías de terminar en virtud o vicio.
La campechanía es otra forma de calificar estas actitudes pero ha caído en desgracia. Ahora se usa menos por la conducta de algún practicante célebre. Bruno García de León, nuevo alcalde de Cádiz, es uno de los partidarios de lo común, lo cotidiano, las buenas costumbres. Un número suficiente de votantes también parecen apreciarlas según el recuento de votos del pasado 28 de mayo. Luego llegarán la gestión, la actuación, la decisión y la omisión que transcurren de forma paralela.
Con esa fijación por lo cotidiano compareció el nuevo alcalde de Cádiz por primera vez con todos sus concejales, los trece, en el Ayuntamiento de Cádiz. Quiso hacerlo en la calle ante la fachada de la Casa Consistorial, en la plaza de San Juan de Dios, otro gesto. El sol y alguna limitación técnica para cámaras y sonido aconsejaron hacer solo fotos y seguir dentro, en la sala de Consejo de Gobierno.
La obsesión por el diálogo tuvo el primer lunes su escenificación: reuniones con tres vecinos y con los portavoces de la oposición
El nuevo alcalde de Cádiz insistió en que el diálogo será la base de su trabajo en este mandato. Es lo que manda el apego a la normalidad. De hecho, detalló que en esta misma tarde de lunes se reúne con los portavoces de PSOE (Óscar Torres) y Adelante Izquierda Gaditana (David de la Cruz).
Asegura Bruno García que no llega al cargo con afán revisionista ni corrector respecto a los dos mandatos anteriores de Kichi. Defiende que no le preocupa paralizar proyectos urbanísticos que no comparte o revertir símbolos y cambios de nombres de calles o edificios.
El reverso tenebroso queda apartado por ahora
Es una renuncia explícita a ese afán por 'la derogación' que sí anuncian sus compañeros de partido a escala estatal: "Sinceramente, no es mi prioridad. No he venido aquí a ser el reverso de lo anterior. Vengo a mirar al futuro. Obviamente habrá cosas que serán distintas pero no voy a preguntar por cosas anteriores. Voy a afrontar las cosas y nos iremos encontrando decisiones que tomar".
En el morboso apartado del nomenclátor, mantiene la misma posición: "No he venido a cambiar nombre de calles, ni de edificios, ni del estadio. Eso se abordará cuando se tenga que abordar. Mi prioridad son las personas y hacer algunas cosas a corto plazo: limpieza, mantenimiento, iluminación. Vamos a intentar abordar los temas que, creo, realmente preocupan a los gaditanos. Hay muchas cosas que hacer pero de forma general no vengo aquí a ser el reverso de nada. Ese es nuestro planteamiento".
La cita tenía como finalidad principal presentar a su equipo de gobierno. Los principales colaboradores serán seis tenientes de alcalde: José Manuel Cossi, Maite González, Juan José Ortiz, Pablo Otero, Beatriz Gandullo y José Carlos Teruel, por orden de preponderancia.
Cada uno de ellos presidirá una de las seis áreas en las que se dividen todas las 38 concejalías. Cossi se encargará de Urbanismo "sostenible" y todas las delegaciones que agrupa, entre las que destacan Vivienda (para Ana María Sanjuán) y Movilidad (José Manuel Verdulla).
Entre los cambios del organigrama resalta la separación de Cultura y Carnaval, la creación de Fondos Europeos o la recuperación de la figura de los delegados de distrito
Maite González será responsable de un bloque con Economía, Hacienda y Personal, entre otras responsabilidades esenciales en la administración municipal, con unos mil trabajadores a su cargo.
Juan José Ortiz tendrá la difícil misión de coordinar Policía Local, en rebeldía durante todo el segundo mandato de González Santos, y Seguridad, además de ser responsable de Comunicación. En este bloque llamado Ciudadanía se incluyen también Fiestas y Carnaval (Beatriz Gandullo) o Cultura (Maite González).
Pablo Otero coordinará el bloque social que incluye Servicios Sociales, Mujer, LGTBI, Mayores, Juventud, Salud o Educación, con Gloria Bazán, Virginia Martín o José Manuel Verdulla como concejales especializados en algunas de esas delegaciones.
Empleo, Turismo y Comercio, entre otras, van para el apartado que coordina Beatriz Gandullo. Como sexto teniente de alcalde y coordinador de área, José Carlos Teruel encabeza el conjunto de concejalías ligadas a Medio Ambiente con Limpieza, Playas y Parques y Jardines (Loli Pavón).
Cambios principales en el organigrama
En el organigrama, al margen de los nombres, resaltan la creación o recuperación de delegaciones propias para Fondos Europeos (José Manuel Cossi) o Hermandades y Cofradías (Verdulla), así como el mantenimiento de Inclusión y LGTBI (Virginia Martín) o Memoria Histórica (Cossi). Las últimas habrían sido de difícil conservación si se hubiera producido la entrada de Vox en el equipo de gobierno, como ha sucedido en varias capitales andaluzas. Resulta novedosa a sepración, en delegaciones con distintas personas al frente, de Cultura, Carnaval y Fiestas.
La recuperación de los distritos, cuatro, también resalta en la distribución de tareas: Loli Pavón, Nuria Álvarez, Carlos Lucero y Virginia Martín son sus responsables. El tratamiento de las empresas municipales (Eléctrica de Cádiz, Aguas de Cádiz, Onda Cádiz radio y televisión, entre otras) queda pendiente aún de negociaciones y debate, también con la oposición, en las dos próximas semanas.
Ahora no toca la Diputación
La representación del Ayuntamiento de Cádiz en la Diputación provincial está igualmente suspendida, según Bruno García. "Ni siquiera se plantea por ahora. Estamos en los ayuntamientos. Cada uno podrá decir lo que quiera, los rumores que considere, pero ni hay nombres ni hemos hablado de eso. Ahora estamos en los ayuntamientos", afirma el también presidente provincial del Partido Popular.
La importancia del calzado en tiempos revueltos
Durante la campaña electoral, Bruno García de León convivió con la comparación constante con Juanma Moreno Bonilla. El presidente de la Junta de Andalucía era la referencia triunfadora, el modelo a seguir para ganar. También es el principal valedor, junto a Teófila Martínez, de su carrera política y de su elección como número uno de la lista del Partido Popular.
Ambos dirigentes materializaron esa alianza personal con el nuevo alcalde con su presencia, resaltada, en el pleno de toma de posesión del sábado 17 de junio.
En las tres visitas de Juanma a Bruno (esas son sus denominaciones electorales, para fomentar la cercanía) durante esa campaña llamaba la atención la coincidencia de atuendo. Casi uniforme de trabajo. Siempre con chinos, camisa vaporosa y americana informal. A veces, hasta los colores eran los mismos. Había una diferencia leve pero esencial: el calzado. García de León siempre llevaba, cada día de campaña, con o sin presidente, unas zapatillas deportivas de una prestigiosa marca japonesa especializada en atletismo. Negras, para que a unos metros puedan parecer calzado formal. "Me dicen que me las quite pero yo no hago caso", admitía en una entrevista en lavozdelsur.es.
En su afán de mantenerse fiel a la imagen de persona estable y, quizás, como diminuto rasgo de independencia personal, este lunes se presentó a su primera comparecencia pública como alcalde calzado con esas zapatillas negras de deporte, convertidas en un pequeño fetiche para su equipo más cercano. La cercanía, el concepto recurrente: "Les he dicho a los concejales que queremos ser cercanos.
De hecho, hoy tengo las tres primeras reuniones con los vecinos de Cádiz en el Ayuntamiento. Lo haré semanalmente, también en la calle. Saldremos a la calle para hacerlo. Todos los concejales tienen que estar muy pegaditos a la calle, atendiendo a los vecinos con citas como las que voy a tener yo".
Para tanta calle hace falta un calzado muy cómodo y resistente. Será.
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