Los baluartes son antiguos emplazamientos para la vigilancia militar del mar, ahora habituales sedes de locales comerciales y hosteleros, sobre todo de espacios culturales de Cádiz desde la década de los 90.
Son recintos salvados, parcialmente, del desgraciado derrumbe del perímetro amurallado en la primera década del siglo XX. Entre lo que sobrevivió, los viejos acuartelamientos -algunos con origen en el siglo XVI- son rehabilitados como lugares de encuentro, exposición o celebración.

Los baluartes de San Roque -junto a las Puertas de Tierra-, La Candelaria -en la Alameda, frente a la Iglesia del Carmen- o Los Mártires -sobre la playa de La Caleta- son los más conocidos y utilizados, los utilizables.
A este breve y brillante catálogo se añade durante esta primavera el Baluarte del Orejón. También sobre la célebre playa del barrio de La Viña, es colindante al colegio de Educación Primaria Santa Teresa y al arco que da paso al paseo Fernando Quiñones, el que lleva a través del mar hasta el castillo de San Sebastián.

Este nuevo baluarte está disponible ya como espacio cultural que puede ser solicitado por entidades, asociaciones y empresas para usar su terraza, con dos niveles y con espectaculares vistas a La Caleta, además de un amplio salón interior.
Estos nuevos usos serán compatibles con la presencia en el inmueble de la asociación Amigos de Fernando Quiñones, que vela por la memoria y la obra del prolífico escritor chiclanero, uno de los mayores amantes y protectores que La Caleta haya conocido.
En sus últimas etapas de uso civil, El Orejón fue sede precaria de este mismo colectivo cultural y del Club Marte, un espacio para celebraciones de particulares o encuentro de familias de militares clausurado hace más de 30 años con un notable deterioro de la estructura.

Ahora, el nuevo baluarte reaparece tras los trabajos de la empresa EJOC2004 que ha contado con casi medio millón de euros (484.324) para culminar la creación de un nuevo espacio que en este caso tendrá exclusivo uso cultural, sin hostelería ni otros comercios.
Los trabajos han consistido en la demolición del anterior edificio de dos plantas y la construcción del nuevo, el actual, de una sola planta con una terraza acristalada de dos alturas en su cubierta a la que se accede por una escalera exterior situada en el patio alto.
Renovada sede de la Asociación Fernando Quiñones
También han sido reconstruidos y recuperados el patio bajo y los cuerpos abovedados situados en ambos extremos del edificio.
El interior del edificio se distribuye ahora en "dos naves diáfanas". Una ellas será la sede permanente de la asociación Amigos de Quiñones, que regresa tras su traslado temporal por las obras al centro cultural de la calle Ancha, antiguo Rectorado de la Universidad de Cádiz.

La segunda de las naves (frente a la entrada) será "para la ciudad y tendrá un uso cultural", anuncia el Ayuntamiento. Albergará diversas exposiciones, conferencias, talleres, conciertos y otras actividades.
La gestión del espacio rehabilitado corresponde a la Fundación Municipal de Cultura y "está abierto" a solicitudes de uso por parte de empresas de ámbito cultural, asociaciones y entidades de la ciudad.
El alcalde, Bruno García, vincula esta "recuperación" a la de otros espacios "como el Torreón de las Puertas de Tierra y su paseo superior, el espacio Entrecatedrales o el castillo de San Sebastián".