Uno de los espacios más reconocibles y fotografiados de la ciudad de Cádiz, el Castillo de San Sebastián en la playa de La Caleta, reabrirá de forma parcial a las visitas del público este mes de agosto, alrededor del día 15, tras seis años de cierre y abandono.
Así lo confirman dos de las agrupaciones sindicales representadas en la plantilla municipal después de que varios equipos de operarios de la Delegación de Mantenimiento Urbano hayan iniciado obras de adaptación y adecentamiento con carácter de urgencia.
Miembros del equipo de gobierno ya han realizado visitas en las últimas jornadas -la última, este mismo martes- y han detallado con personal de la Demarcación de Costas o los propios trabajadores municipales la intención de abrir buena parte de los espacios exteriores de la fortificación, solo para la visita turística, a mediados de agosto, alrededor del jueves día 15, y hasta el final de septiembre.
Las mismas fuentes admiten de forma unánime que los operarios han encontrado las instalaciones en "un estado lamentable", consecuencia de numerosos robos de tuberías, puertas, ventanas, griferías y cableado, así como de severos actos vandálicos.
El Castillo de San Sebastián, construido con su estructura básica en el siglo XVI, ha tenido a lo largo de sus 500 años de historia usos principalmente militares. De hecho, fue presidio castrense hasta la década de los 80.
Es una de las construcciones más icónicas y escénicas de La Caleta, al final del paseo Fernando Quiñones, junto al Balneario de La Palma y el castillo de Santa Catalina, al otro extremo de la playa. Incluso quedó registrada para la memoria colectiva en una película de la serie 007, Muere otro día, estrenada en 2002.
La fortificación que ahora reabre quedó abandonada tras los daños causados por un temporal en invierno de 2018. Las instalaciones universitarias y culturales cayeron en desuso.
Esta situación se agravó apenas un año y medio después con la declaración de la alerta sanitaria por pandemia. Desde entonces, Ayuntamiento de Cadiz y Gobierno de España han dejado sin vigilancia ni mantenimiento el castillo.
Desde el año 2014, tanto el gobierno municipal como la administración estatal, a través del Ministerio de Medio Ambiente, han cruzado reproches, acusaciones, solicitudes y proyectos de recuperación que no han cristalizado hasta la reapertura parcial de este mes de agosto de 2024, diez años después.
La alcaldesa Teófila Martínez, un año antes de salir del cargo en 2015, solicitaba al Ministerio de Medio Ambiente la cesión total de San Sebastián con el fin de agilizar su rehabilitación.
En aquel momento estaba en vigor un acuerdo entre las dos administraciones que otorgaba solo una parte de la utilización y la conservación al Ayuntamiento. Ese pacto finalizaba en el año 2017 pero la regidora del PP quiso adelantar su final.
Aunque el Gobierno aseguró siempre que no tenía problemas en entregar el control total al Ayuntamiento de Cádiz, ese paso nunca se dio y el castillo quedó en un limbo administrativo que ha empeorado su estado, sin vigilancia ni mantenimiento desde 2018.
El Ejecutivo y la Alcaldía se acusaban mutuamente de ignorar los requerimientos de la otra parte. El equipo de José María González Kichi incluyó una nueva condición a la cesión del control entre administraciones. Pedía que, antes de recepcionar el castillo, el Ministerio de Medio Ambiente lo dejara en perfecto estado de mantenimiento, algo que nunca sucedió.
Las últimas inversiones reseñables en el recinto caletero se remontan a la celebración del Bicentenario de la Constitución del año 2012, cuando el Gobierno gastó 11,3 millones de euros en reformar los espacios cerrados, llamados casamatas, y buena parte de las zonas exteriores para que pudieran acoger distintos eventos, como un recordado ciclo de conciertos de grandes estrellas de la música hispanoamericana.
El último uso permanente que tuvo el castillo de San Sebastián, entre 2015 y 2018, fue el de acoger laboratorios de Investigación Marina de la Universidad de Cádiz (UCA). En este trienio también estuvo abierto a las visitas.
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