Carlota Tormes conversa en la mañana del martes de Carnaval, "molida" tras el largo fin de semana que incluye el lunes festivo local.
Confiesa cansancio tras tres días "para arriba y para abajo, sin parar", con su chirigota callejera. Toca jornada de descanso total antes de volver a las calles el miércoles.
Hasta ahí, una situación que comparte con dos o tres millares de integrantes de agrupaciones, de Concurso del Falla o no, que se toman una tregua para seguir hasta el último domingo, y "hasta el día de los jartibles", domingo 16 de marzo. Pero su situación física y carnavalesca es distinta.

Ha creado una agrupación sin precedentes y sin continuidad en 2026. Una que no podría haber hecho ningún año anterior y que no volverá a repetirse. Porque, como las películas, está basada en hechos reales. Unos que viven tantas personas a las que dirige ideas y coplas.
Carlota llegó a Cádiz en septiembre de 2003 desde Zaragoza. Su padre, "el sastre para trajes a medida que tenía El Corte Inglés por entonces", le animó a salir en una chirigota callejera y probó suerte recién aterrizada. En febrero de 2004.
Desde entonces, han pasado 21 años hasta que ha vuelto a cantar en la calle con un repertorio inaudito, con un tipo nunca visto y un repertorio basado en la lucha contra la mayor censura, la propia, la de cada cual con sus pudores.
"Tratamos el cáncer. Lo hacemos sin ofender, claro, sin ridiculizar, por supuesto, pero con humor. Mucho. Lo afrontamos con realismo, con mucha sinceridad, porque lo hemos vivido, lo vivimos. Esto sólo se puede cantar desde la vivencia propia", detalla.
Nada de eufemismos ni términos amables para disimular, el carnaval es la fiesta de la palabra y hay que cuidarla, respetarla: "Hablamos claro de la quimio, del miedo, de que se te cae el pelo, del dolor, de todo lo que es vivir el proceso del cáncer pero desde el punto de vista del carnaval".

La crítica irónica, elemento esencial de la fiesta en versión gaditana, tampoco falta: "No me llames guerrera, no me llames guerrera, lo que quiero es que acaben las listas de espera. Ese es el estribillo, por ejemplo, hay que reivindicar siempre", dice con una sonrisa.
"Las palabras bonitas y de ánimo están muy bien, los lazos rosa y la actitud positiva son necesarios para la salud mental de las personas que pasan por esto. También ayudan a concienciar y buscar solidaridad pero una cosa está muy clara: los que curan son los médicos y las medicinas".
Dos diagnósticos y muchas manos
Carlota y su compañera Evi, "que cuando supo de la idea nos dijo que quería participar", son las dos integrantes con cáncer diagnosticado en primera persona dentro de un grupo de "doce o trece integrantes", según el día y los líos de cada cual.
El grupo, para mayor riqueza, tiene miembros de varias "razas y nacionalidades carnavalescas". Carlota es de Zaragoza aunque lleva 23 años en Cádiz, "una pareja viene de Madrid, otra compañera de Huelva, una de Marbella, Evi es hermana de un guitarra de Los Disléxicos (chirigota finalista en el COAC)...".

La honestidad y la transparencia son imprescindibles en una propuesta basada en mostrar la vivencia del cáncer en una chirigota: "Por ejemplo, no nos podemos engañar, yo no puedo llevar el ritmo de cantar todos los días como otras personas. En mi situación, tengo que parar".
"El domingo tuve un ataque de ansiedad, la medicación que tomo ahora me provoca bastante cansancio. Son cosas que también debemos contar si queremos hablar con claridad del cáncer en el Carnaval".
Con esas premisas complejísimas, con el prodigio de sumar humor y honestidad a un mensaje tan doloroso, se presenta la chirigota ¿Quimio están ustedeeee?, juego de palabras con el célebre saludo de Los Payasos de la Tele de los años 70.
El atuendo es el de pacientes hospitalizados con muchos toques coloristas y chirigoteros. "Llevamos una bata plástica y le hemos añadido rotuladores de los indelebles para que el público escriba mensajes, a quién le dedican el pase, de quién se acuerdan, la gente pone cosas preciosas".
Las dos afectadas directas -Carlota fue diagnosticada en 2024 y Evi ya está oficialmente recuperada- sienten la necesidad de representar a miles de personas que están entre los oyentes, o a sus familiares y amigos, porque "el cáncer, al final, lo vivimos muy cerca todos en algún momento".

El repertorio está hecho con colaboraciones de su pareja, el prestigioso cuartetero Ángel Gago, o de sus compañeros Chicho y Miguel Moreno (autor de Klu Klux Klan Klan).
También hay aportaciones de otros grandes nombres del Carnaval de Cádiz como El Bizcocho "que nos ha hecho una cuarteta aunque quiso hacer mucho más" y de Juanma Bocuñano, que aporta varias partes del popurrí.
Precisamente en este último, está el origen de la idea. En conversaciones privadas. Bocu recibía a Carlota tras el diagnóstico y los primeros tratamientos con bromas "tremendas, mucho humor negro, para tirarse, me daba una carga grande, con unas frases brillantes, porque es un ser de luz".
Bocuñano lograba que, en esos momentos de pánico y dudas, junto a Gago, "la persona más positiva de este mundo", las risas brotaran a carcajadas. Tanto le gustó a Carlota que pensó en darle forma de agrupación, apareció la propuesta de una chirigota informal.
La respuesta del público es "impresionante, emocionante". El grupo recibe "abrazos, besos, mucho agradecimiento. Incluso llevamos una copla con la música de El perro andaluz de Martínez Ares que nos ha hecho Miguel Moreno".
Esta parte del repertorio concentra una emoción colectiva que no es el objetivo del grupo: "A la gente se les saltan las lágrimas, algunas veces, aunque no es la idea, lo que queremos es contarlo y, sobre todo, queremos reírnos, hablar del cáncer de otra manera pero reírnos".
La chirigotera resume que, también en la vivencia carnavalesca, ha superado algún temor: "Teníamos dudas por la aceptación de la gente con un tema tan difícil, cómo se tomarían que lo mezcláramos con humor, con ironía, con transmitir una realidad tan personal pero la respuesta es fantástica".
Todo lo que recauden con la habitual venta de chapas y libretos de cada chirigota callejera va a parar, en este caso, a la Asociación Española contra el Cáncer. Las reacciones y las adhesiones se multiplican cada día.
"La Peña La Estrella nos ha invitado a cantar en el Carnaval Chiquito. La hija de uno de los directivos también está en este proceso y les ha emocionado mucho. Quieren hacer un donativo mayor, conjunto, y estamos muy agradecidos".

Con toda la emoción, no olvidan nunca reírse de sí mismos, de sus propias limitaciones carnavalescas. "Nos han invitado a muchos sitios, a escenarios, a peñas y nosotros vamos, iremos, pero siempre, alrededor, cerca pero sin subirnos al escenario. Nada de micrófonos".
Preguntada por el motivo de la precaución, Carlota sentencia: "Cantamos menos que los grillos mojaos y eso no tiene nada que ver con el cáncer, es que somos muy malos", se ríe a carcajadas.