"Estamos tapando un agujero que le corresponde a otros, un agujero institucional", repite hasta tres veces Pepa Fernández Vidal, creadora y alma de Amigas al Sur con gesto dolido y brazos cruzados en una cocina apagada y fría.
Tres compañeras, Nati, María e Inés, asienten y añaden a coro: "No estamos pidiendo nada para nosotras, pedimos ayuda para poder ayudar a los demás". La confirmación de sus palabras se produce tres segundos después. Quico [nombre ficticio] aparece en la puerta.
"Lleva toda la mañana dando vueltas y preguntando. Está esperando que le demos sus tuppers porque vive solo. Se ha quedado sin nadie y está muy mal". Le calientan en el microondas lo poco que han podido preparar y se lo dan, con un postre textil. "Toma, dos pantalones de chándal. Están nuevos. Recién lavados. Mira, uno es Nike y todo", media Vicente con una sonrisa mientras sale de atrás con las prendas.
Amigas al Sur atiende diariamente a una media de 130 personas, que representan a más de 180 familias. "Han llegado a ser más de 350 en la pandemia, aquello fue horroroso, venían de San Fernando, de Puerto Real, porque fuimos uno de los pocos comedores que siguió activo".
En el momento del cierre de la cocina, el pasado 16 de febrero, por falta de recursos económicos y alimentos, eran 110 las familias registradas como usuarias. "Esas son las que están en lista para venir a diario. A esas personas hay que sumar los que vienen sin avisar, días sueltos. Al final son 20 ó 30 más cada día".
La escena se reproduce a diario en el pequeño local. Lo habitual es que se formen pequeñas colas en distintos momentos, entre el mediodía y las tres de la tarde. La gente acude, sobre todo, por la puerta que da a la calle trasera, Sor Cristina López, más discreta.
"A mucha gente no le gusta que la vean venir a pedir ayuda o comida. Hay un hombre que mayor que hace lo posible para que nadie le vea, intenta siempre llegar cuando no hay nadie más", detalla Pepa.
Entre las personas a las que ayudan hay perfiles distintos. Abundan las mujeres jóvenes, sin ayuda paterna, con uno o dos hijos, "también los inmigrantes, que suelen ser chavales, y personas sin hogar. Hay muchos pensionistas que viven solos, sobre todo hombres".
Todos forman el colectivo que acude a una asociación que nació hace 16 años desde un taller de costura, en la avenida Lacave, en un bajo del Cerro del Moro, una de las zonas con menos renta media y más dificultades de la ciudad de Cádiz.
La cocina solidaria es la base pero con el tiempo el repertorio de la ayuda creció. La carta incluye hace tiempo clases gratuitas de apoyo a niños con dificultades escolares, "no podemos permitir que lo dejen", formación en artesanía, asesoramiento de todo tipo, administrativo, y hasta un gabinete psicológico. La joven profesional que lo mantiene, una veinteañera de actitud tímida, cruza la cocina paralizada y se despide después de terminar la jornada este jueves.
Una olla y una tarde de lluvia
Amigas al Sur inició su actividad en 2008. Fue algo instintivo, casual, dicen. Una tarde de lluvia, seis amigas estaban cosiendo empezaron a guisar algo. Una chica, "ni 20 años tendría", entró llorando al olor de la comida y pidió un poco para sus hijos. Por ella supieron de más vecinos que no podían comer y se organizaron para prepararles una comida un día por semana. En los primeros meses fueron 18 las familias auxiliadas.
La cifra se puso pronto en más de cien, el menú semanal se hizo diario y hasta ahora. Hasta este parón. Toda esta actividad invisible, inaudible a 20 metros de distancia de la sede, ha quedado frenada -según Amigas al Sur- por el retraso y la insuficiencia de la subvención municipal que sostiene todo el entramado de ayuda comunitaria y vecinal. Los 50.000 euros que el Ayuntamiento de Cádiz destina cada año suelen llegar cuando empieza el verano.
Los cinco meses previos, de enero a mayo por lo común, todo debe ser costeado por las voluntarias, las responsables y las trabajadoras. Deben sostener por adelantado la compra de alimentos, las nóminas de las cuatro únicas trabajadoras (contratadas por dos horas al día), la limpieza, gas, la electricidad, teléfono e internet y todos los gastos.
Para colmo, añaden, hace mucho que la cantidad se quedó corta. Los precios disparatados y el incremento de la actividad, la mayor demanda de ayuda, hacen que ahora sean necesarios "100.000 euros al año. Con una subvención más baja, no aguantamos".
Durante todo este tiempo, incluso en el bloqueo actual, reciben ayudas constantes y anónimas. Comida, dinero, ropa, material escolar. Pepa muestra con emoción, como máxima prueba, la carta de un niño de ocho años que rompió una hucha y envió a su abuelo con lo que tenía.
El exconcejal Martín Vila, La Caixa, Mercadona, Clínicas Pascual y El Corte Inglés están entre los que Amigas al Sur recuerda a la hora de agradecer colaboraciones constantes, son "los que siempre ayudan", recuerda Pepa Fernández.
En el caso del edil, con la reforma y ampliación de la cocina. En el caso de las empresas, con donaciones regulares, bien económicas, bien de productos a punto de caducar.
El exalcalde José María González Santos, la exdiputada Teresa Rodríguez y el actual portavoz municipal de Adelante, David de la Cruz, han realizado frecuentes donaciones de parte de sus salarios a esta entidad.
El gimnasio Ippon Raúl Calvo y la Peña La Perla, por citar los dos últimos, acaban de hacer captaciones de alimentos. En estos 16 años hay "muchos cientos de ejemplos más de personas y negocios que han ayudado". Algunos han realizado contribuciones diarias durante meses, años.
Pero con las donaciones y gestos particulares no basta. Los alimentos que reciben, envasados, apenas duran una jornada. Vuelan en los repartos diarios. Cuando les llega mucha cantidad de un solo producto se ven obligados a distribuir antes de que se estropee, sin poder elaborar menús completos, calientes.
"Ahora, por ejemplo, nos mandan productos pero si recibimos cajas de mandarinas lo que hacemos es darlas. Lógicamente no podemos hacer un menú con eso. Nos pasa cuando se junta mucha verdura, lechuga o pasta. No podemos darle a las familias, sobre todo a los niños, ensalada o macarrones tres días seguidos. Necesitamos variedad de alimentos para poder cocinar".
Desde 2022, Amigas al Sur cuenta con un convenio con el Ayuntamiento por un total de 50.000 anuales. Esa cantidad llega casi en verano con lo que, cada primera mitad de año la asociación se declara asfixiada, desbordada. Además, cifran en "más de 80.000 euros" la cantidad necesaria "para mantener la cocina y ofrecer un servicio digno".
"Ni la cantidad ni las demoras se corresponden con las necesidades reales y urgentes de la asociación", afirma un portavoz. Amigas al Sur reclama un nuevo convenio que eleve la subvención municipal a los 100.000 euros con ingresos programados para cada mes de enero.
Desde Amigas al Sur se muestran "convencidas de que la cantidad solicitada no es exagerada" y refuerza esa percepción con algunos datos. Por ejemplo, que las subvenciones otorgadas a las cofradías se han elevado hasta 35.000 euros en este último año o que 1.250.000 euros consignados en los presupuestos a las ayudas al alquiler se han quedado sin repartir.
"La cantidad de 100.000 euros anuales no es exagerada. Las subvenciones a las cofradías se elevaron hasta los 35.000 el año pasado"
"Es hora de que el Ayuntamiento priorice las necesidades básicas y reconozca con hechos la importancia de apoyar a organizaciones como Amigas al Sur, que desempeñan un papel vital en el bienestar" de su entorno directo.
El Ayuntamiento de Cádiz hizo pública su primera respuesta oficial este viernes, primer día de marzo. La Delegación de Asuntos Sociales afirma que está en contacto con la asociación tras sus reivindicaciones acerca de la subvención municipal en las que hablan de "incumplimiento".
Respecto al año 2023, la subvención se solicitó el 14 de febrero y la aprobación por parte de la junta de gobierno local, que es la que da el visto bueno para que pague la subvención, no fue hasta el 26 de mayo. En este caso, los justificantes de esa anualidad se han presentado el 27 de febrero de este año.
La administración municipal niega demoras en la ayuda económica y, de hecho, anuncia que este año llegará antes que nunca. "En 2024, Amigas al Sur ha presentado su solicitud de subvención el 22 de enero de 2024. En los dos años anteriores, una la cobraron en julio y la de 2023 a finales de mayo", apuntan.
Asuntos Sociales afirma que "tratará de que todo pueda estar listo en este mes de marzo". En cambio, niega ningún "incumplimiento" por parte del Ayuntamiento de Cádiz ya que el procedimiento de tramitación "es el mismo que en los años anteriores".
El portavoz municipal de Adelante Izquierda Gaditana, David de la Cruz, se suma al debate y critica que "pese a que al alcalde se le llenó la boca de repetir que sería el más social de la historia, la realidad es que hay niños en esta ciudad cuya alimentación depende directamente de Amigas al Sur".
De la Cruz recuerda que "desde hace más de dos semanas tienen a estas familias de Cádiz sin un plato de comida caliente porque no han sido capaces de solventar esta situación administrativa por su incompetencia y por su dejadez, lo que demuestra el sectarismo de un equipo de gobierno que no recibe a gente de los barrios más humildes".
"Han pasado dos semanas en las que Bruno García ha tenido tiempo para ir a Barbate, como presidente del PP provincial, hasta en un par de ocasiones. También al Palacio de San Telmo, en Sevilla. Y sin embargo, no ha pisado ni una sola vez el Cerro del Moro. Ni en estas dos semanas ni en tantos meses de Alcaldía. Pese a lo urgente de la situación", concluye.