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El incierto balance del primer ¿y último? mandato de Bruno García en la Alcaldía de Cádiz

El regidor "sin arraigo" deja crecer las dudas sobre su candidatura en 2027, alienta las opciones de Maite González o Cossi y recibe las críticas de la oposición por someterse al maltrato de la Junta a la ciudad

Bruno García, este martes en el estadio Nuevo Mirandilla de Cádiz.  REYNA
Bruno García, este martes en el estadio Nuevo Mirandilla de Cádiz. REYNA
27 de mayo de 2025 a las 21:57h

Ni siquiera pasaban los manidos cien días desde que cogió –con la derecha, claro– el bastón de mando en el Ayuntamiento de Cádiz.

Bruno García de León (Jerez, 14 de julio 1979) sembraba desde las entrevistas de presentación una duda que riega con esmero desde entonces.

Cada vez que aparece la posible reelección, si su proyecto es de cuatro u ocho años, se aferra a la ambigüedad: "Cuando llegue ese momento veremos qué hemos hecho y qué queremos hacer".

"Pretendo llegar a enero de 2027 con una lista de tareas bien hecha, con un cambio realmente decisivo para la ciudad. Dejar las bases para el que venga después, con una mirada a medio y largo plazo. Ese es mi único pensamiento para enero de 2027", declaraba a lavozdelsur.es.

Beatriz Gandullo, concejala de Fiestas en Cádiz.
Maite González García-Negrotto, en un acto conmemorativo ante el Ayuntamiento.

"Una vez ahí tomaremos una decisión junto con el partido. Veremos si lo he hecho bien. A lo mejor ni siquiera yo quiero estar [en la Alcaldía]. Voy a vaciarme para hacerlo bien y veremos si las circunstancias se dan para que me presente", dijo en julio de 2023 y de 2024.

Esta insistencia en el "veremos" desde el primer día del mandato que ahora llega a su mitad (las elecciones fueron el 26 de mayo de 2023) deja campo abierto para las especulaciones.

Los posibles aspirantes

La mayoría de sus compañeros de gobierno municipal y de dirección de partido dan cada vez más opciones a Maite González García-Negrotto (Cádiz, julio de 1978) como posible relevo en el número uno de esa futura lista del PP.

La abogada llegó con cierta sordina al equipo de gobierno, pero su gran capacidad de trabajo y de conciliación le dan cada vez más puntos a ojos de sus conmilitones.

Siempre fue José Manuel Cossi –vigente apoyo principal del alcalde pese a roces provocados por algún desliz progre– el presunto sucesor. Tanto que fue aspirante a la candidatura en lugar de García de León hasta el invierno anterior a las elecciones de 2023.

JUANMA MORENO BRUNO GARCIA CADIZ CAMPAÑA 28M  016
Bruno García, Juanma Moreno y José Manuel Cossi en la campaña de mayo de 2023.  GERMÁN MESA

Ambas opciones seguirán abiertas, al menos, durante año y medio porque Bruno García de León no piensa renunciar a su discurso inconcreto. Le beneficia.

Su condición de opción de última hora en las elecciones anteriores, de petición expresa de Juanma Moreno, juegan a favor de los intereses políticos del alcalde.

En 2027, "en enero" según repite Bruno García, le llegará el momento de presentar cuentas y puede salirle a devolver. Accedió a liderar la lista a la Alcaldía contra su voluntad. Al menos, contra su prioridad. Fue a petición del partido y a pesar de que su vida como parlamentario andaluz le era muy satisfactoria.

Las autonómicas, un año antes

Su interés, legítimo en el mundo de los partidos políticos, es regresar a esa estructura autonómica, con el trofeo de la Alcaldía de Cádiz en la mano, para decir que hizo su parte y preguntar qué hay de lo suyo, cómo va la consejería.

Las elecciones andaluzas de 2026, un año antes que las municipales, le permiten controlar los tiempos con holgura.

Los mayores obstáculos son los de siempre en cualquier organización política: los queridos compañeros. Con Juanma Moreno impulsado por el viento a favor hacia otra mayoría absoluta, los aspirantes a una plaza en el Consejo de Gobierno serán muchos.

García de León quiere regresar a la estructura autonómica del partido pero con Juanma Moreno impulsado por otra mayoría absoluta los aspirantes serán muchos

Sus oponentes internos en el partido tratan de menguar sus opciones y obligarle a seguir al frente del Ayuntamiento gaditano. Son los que le bautizaron perversamente hace tres años como pescaíto en blanco por su presunto carácter pusilánime.

A falta de dos años justos para las elecciones locales -dos años, justos, después de las municipales- esa es la mayor incógnita y el alcalde no tiene prisa en despejarla.

Es hombre prudente que creció viendo debates parlamentarios en la BBC desde Jerez y Sanlúcar. Gusta de tener las cartas ordenadas en un abanico antes de ponerlas en la mesa y anunciar jugada.

Con el PSOE local roto, como durante los últimos 30 años, Adelante Izquierda Gaditana atrapada en el duelo permanente por la marcha de Kichi, y Vox en actitud napoleónica, sin poder entrar en la ciudad, nadie tiene urgencias en el Partido Popular de Cádiz ni en la primera planta de la plaza de San Juan de Dios.

Mientras tanto, poco

Al margen de las eternas cuitas electorales, esenciales y centrales para organizaciones en las que decenas de cargos y asesores se juegan ingresos y carreras, el balance de los dos primeros años del mandato de Bruno García de León parece plano.

La oposición municipal, aún aturdida por perder la Alcaldía en la última hora del recuento de mayo de 2023, acusa con motivos evidentes a la administración local de parálisis.

Es la especialidad de la ciudad, con todos sus proyectos urbanísticos, industriales y sociales paralizados durante 30 años con la excepción del segundo puente -cumple diez años en septiembre-, el soterramiento de la vía férrea, inaugurado en 2001, y la última batería de rehabilitaciones de infraviviendas (2005).

Ningún gran proyecto avanza de forma significativa y el alcalde llegará a 2027 sin inauguraciones que apuntarse

El abandono de la Junta de Andalucía -también es notable el del Gobierno- es el argumento principal de la crítica y la mejor coartada para los concejales. La administración autonómica no sabe, no puede o no quiere impulsar algunos proyectos esenciales -al menos, vistosos- para la ciudad.

Valcárcel, Ciudad de la Justicia, Escuela de Náutica, pabellón Portillo, teatro del parque Genovés, Campo de las Balas, nuevo hospital, unión puerto-ciudad, plaza de Sevilla, carretera industrial, entorno de Zona Franca, comunicaciones ferroviarias y grandes infraestructuras permanecen parados o avanzan a paso burocrático desesperante.

Todo parece en el mismo sitio que en 2023. En el mismo lugar que en 2013, también. Los plazos documentales impiden pensar en un progreso notable en ninguna de estas iniciativas en los próximos 24 meses. Bruno García llegará a 2027 sin inauguraciones que apuntarse.

El histrionismo con el que el Ayuntamiento presenta proyectos menores como las efímeras y parciales aperturas de una muralla abandonada o un castillo caletero son la prueba de esa necesidad por mostrar algún progreso, algún avance, por pequeño que sea.

Reabren al público el Castillo de San Sebastián
La subdelegada Blanca Flores, con el alcalde en La Caleta.  JUAN CARLOS TORO

Los grandes conflictos sociales, especialmente el de la vivienda, precisan de medidas -construcciones, promociones, incentivos, medidas fiscales- que superan a una institución pública sin suelo ni presupuesto suficiente. Tardan, al menos, una década en ser visibles.

La pérdida de población, y su veloz envejecimiento, no frena desde hace 40 años. Va ligada a movimientos demográficos y económicos que convierten cualquier ayuntamiento en un cuerpo minúsculo sin capacidad de reacción.

El veto a nuevas licencias para apartamentos turísticos, en una ciudad que progresa al trantrán, a ritmo de trolley, puede ser incluso contraproducente. Es una medida, además de tardía, más aplaudida entre los que votan a otras siglas que entre la teórica hinchada popular.

La mejora en los servicios municipales esenciales (limpieza y transporte público) aún no se deja ver y su impacto en la cita electoral que ahora se presenta a medio camino es, por tanto, impreciso.

La oposición se teme lo mejor

El portavoz municipal del PSOE en Cádiz, Óscar Torres, daba forma este martes a esas sensaciones de medio mandato con el sesgo inevitable de un concejal de la oposición: "Bruno García es un militante disciplinado y no un alcalde ambicioso para la ciudad que gobierna, que no es la suya".

"Está aquí obligado pero no tiene vida aquí. No tiene arraigo. Cuando el municipalismo se hace precisamente por eso", matizan desde Adelante Izquierda Gaditana.

El ex alcalde José María González con el portavoz David de la Cruz.
El ex alcalde José María González con el portavoz David de la Cruz.

Con esas frases, la oposición local empieza a utilizar un argumento que apenas se ha esgrimido contra Bruno García: su condición de "jerezano". Al margen de cualquier prejuicio localista y rancio, en ese apartado tienen sus oponentes camino por recorrer.

Su baza pasa por hacer visible una realidad que ha permanecido bien apartada por el PP: Bruno García es una suerte de político profesional, tan frecuente en los grandes partidos, ejecutivo fiable para unas siglas. Puede ejercer con idéntico rigor y frialdad en Cádiz como en Alicante o Salamanca. 

La vinculación personal -esa mencionada virtud de "arraigo" de Bruno García con Cádiz- es nula. Pese a su piso alquilado y sus paseos matinales por la playa, mostrados en redes sociales, el alcalde carece de un rasgo que se supone importante para los dirigentes municipales.

La oposición le ve de paso: "Está destinado aquí, ha cumplido con la Alcaldía y está a la espera de nuevo destino"

Apenas ha vivido cinco años seguidos en Cádiz. Estudiante en Madrid, joven profesional en Barcelona, llegó al final de la primera década del siglo XXI a Cádiz de la mano de Teófila Martínez, su mentora.

Tras destacar como concejal popular (2007-2015) dio el salto al Parlamento de Andalucía y alternó un discretísimo papel en la oposición municipal local con la presidencia provincial del partido. Sus relaciones personales con la ciudad han sido, si no escasas, sí breves y discontinuas.

Esa condición es, al mismo tiempo, el mayor defecto para sus críticos y su mayor virtud para los que le ven como un dirigente todo terreno, hombre de partido, pragmático, con aspiraciones a nivel andaluz, incluso estatal en el previsible gobierno PP-Vox.

"Está destinado aquí. Ha cumplido con la Alcaldía y está a la espera de un nuevo destino", resumen desde las filas de Adelante Izquierda Gaditana.

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Afot

José Landi

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