Juan Cai, el artista chino que se enamoró de Cádiz y pesca con 'el Cascana' en la Caleta

El 7 de julio de 2019 es una fecha que, desde entonces, difícilmente se le olvidará a este gaditano de adopción que vive y trabaja en su estudio de Puerta Tierra

Juan Cai y Juanlu Cascana en un día de pesca en La Caleta.
Juan Cai y Juanlu Cascana en un día de pesca en La Caleta.

Shaoshan es Cádiz con más chinitos. Cádiz es Shaoshan con más salero. Lejos de ser una afirmación racista, esta cita busca trazar un paralelismo con la célebre frase de la canción entonada por Carlos Cano y co-autoría de Antonio Burgos: "La Habana es Cádiz con más negritos / Cádiz es la Habana con más salero".

¿Y dónde está Shaoshan?, se preguntarán ustedes. En la Sierra de Huelva no, desde luego. Shaoshan, en chino, 韶山 (para los más puristas), es una ciudad-condado de Xiangtan en la provincia de Hunan. A las almas rojas quizás les suene por ser el lugar de nacimiento de Mao Zedong. Pero también el de otro célebre contemporáneo de este lugar al sureste de China: Cai Hongshuo o Juan Cai para los de Cadi-Cadi.

Tras la pérdida de varios amigos, este artista de 42 años quiso dar un giro a su vida y a su rutina basada en el trabajo, con la que no se identificaba. Estos acontecimientos le llevaron a preguntarse por el sentido de la vida. "Puedo morir mañana, es una posibilidad, así que tengo que hacer un cambio", reflexionó. 2019 fue su año de cambio. 

En aquel momento trabajaba como profesor de arte en una compañía que ayudaba a estudiantes de China a llegar a otros países. "Le comenté a una amiga española que trabaja en la embajada de Cantón en España que me gustaría probar otro tipo de vida en España", recuerda Juan. Su situación económica le permitó parar y vivir con menos. Fue entonces cuando se lió la manta a la cabeza y salió de su país, dejando un piso en propiedad en alquiler. "Si volviera a China, tendría que irme con mis padres", comenta. 

Juan Cai en el interior de su estudio, situado en la zona nueva de Cádiz.
Juan Cai en el interior de su estudio, situado en la zona nueva de Cádiz.   MAYTE GÓMEZ MOLINA

Durante sus años de estudio en Londres, conoció a Miguelangelo, un gaditano que hoy día es su socio en el estudio-casa que tienen en la calle General García Escámez de Cádiz. Éste le abrió las puertas del paraíso gaditano hasta tres veces y Juan, como no podía ser de otra forma, sucumbió a la hermosura gaditana por suerte de una coincidencia del destino con su apellido Cai. "Fue algo mágico, demasiada casualidad, de algún modo sentí que la ciudad era para mí", asegura Juan, desde su hogar gaditano. 

7 de julio de 2019, una fecha que jamás olvidará este chino de apellido gadita. Fue exactamente el día que llegó a Cádiz para vivir. "Estaba sentado en la Caleta y vi a la gente joven con aspecto sano y una piel preciosa, me sorprendió verles disfrutar del tiempo libre mientras jugaban", reconoce Juan al que esa imagen, tan normalizada en la ciudad, le impactó. "Nunca había visto algo así, me puse a echar fotos y recuerdo cómo con la puesta de sol las pieles se volvieron doradas", comenta. "No sé si esto será cosa del comunismo o del capitalismo, pero lo cierto es que aquí la gente disfruta a su manera", afirma entre risas en comparación con la vida de la sociedad china.

De la gente de Cádiz dice que "simplemente" la adora, no encuentra otra palabra para describirla. Juan Cai va a lo seguro en cuanto a comida y paisajística. "Me encantan las papas aliñás y La Caleta", afirma. El gusto por la Caleta no es puramente una cuestión de síndrome de Sthendal, sino que también guarda relación con su gusto por la pesca. "Cuando era niño, mi familia y yo vivíamos cerca de un pantano lleno de flores de loto. Cuando llegaba le verano el viento soplaba su fragancia hacia nuestra casa, era una sensación hermosa", recuerda.

Allí fue donde comenzó a pescar. En Cádiz, cambiando la flor de loto por la rosa de la Caleta, tuvo un encuentro fortuito con una de las piezas fundamentales de la playa. Y no, no estamos hablando ni de Quiñones ni de Paco Alba. Tampoco de Juanito Villar. Sino del mismísimo chirigotero Juanlu Cascana. "Es muy buen cantante de Carnaval, también muy famoso en la Caleta, donde trabaja limpiando", describe Juan Cai.

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Juan Cai junto a Jualu Cascana en un día de pesca caletera.

El Cascana, por su parte, recuerda la primera vez que vio a Juan Cai. "Era un día que estaba llenando la marea y Juan iba andando para dentro en chanclas con los pies ensangrentaos. Le dije que tuviera cuidado, que estaba llenando y que aquí para andar había que ir con unos gargajillos (cangrejeras). Y ahí nos pusimos a hablar. Se hizo la capcha y ya quedamos para pescar. ¡Juan Cai! Que te quiero una jartá", exclama el carnavalero-caletero.

Preguntado por si se ve viviendo durante mucho tiempo en Cádiz, Juan Cai no tiene respuesta aún. Pero aunque no la haya encontrado, afirma que seguirá viviendo aquí, "porque todavía sigo esperando esa respuesta", asegura. Su idea es seguir creando desde Cádiz y llevar sus obras y organizar exposiciones en otros países.

Obra artística

El estudio de Juan Cai y su socio Miguelangelo podría estar perfectamente en Berlín o Barcelona, pero no, sita en una perpedincular de la Avenida de Cádiz. En la segunda planta se encuentra la zona de trabajo y hogar de nuestro protagonista. Juan es un artista polifacético, centrado actualmente en la fotografía analógica y su impresión en diferentes formatos y materiales. En el momento de la entrevista tiene repartidos numerosos cuadros plateados con formas coloridas por toda la zona de trabajo. "Son fotografías que tomé con mi cámara en diferentes ciudades de China. El motivo por el que las hice fue porque en mi país todo cambia muy rápido (ciudades, ambientes, humanos), entonces decidí hacerlas porque quizás esas escenas no existan en unos años", explica el artista, que asegura que en los últimos 30-40 años, China ha vivido "un cambio brutal" en todos los sentidos y no sabe "si para mejor o peor".

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Juan Cai en Caita estudio. Al fondo, algunas de sus obras.   MAYTE GÓMEZ MOLINA

Juan crea sus obras bajo una crítica constructiva de la sociedad china o de cómo la ve él. "Para mí son mayores las desventajas que las ventajas", asegura. Una de las piezas se titula "Promesa de un paisaje utópico". Cai gusta de los paisajes fríos e inertes, de los no lugares que tan en boga están en la actualidad: una obra, una montaña de basura o una ruina en mitad de un río. Son algunas de las imágenes captadas por su objetivo. Ahora, algunas de ellas, fijadas en resina. "Este material es muy parecido al agua y a las lágrimas, resulta muy moderno e industrial", explica. "Nuestra percepción de la ciudad tiene mucho que ver con la distorsión de su reflejo en el agua, por eso mis obras simulan charcos. Cuando llueve o hay agua en la superficie donde se reflejan esos fragmentos en la ciudad, al día siguiente pueden estar secos y no verse ya su reflejo", matiza el artista, que intenta plasmar el esarrollo que tienen las ciudades en China. "Ves algo, pero rápidamente desaparece o se vuelve otra cosa. Todo se evapora rápidamente", lamenta.

Cádiz vs. China

Esto le lleva a otra comparativa con Cádiz: "Aquí nada cambia y eso es bueno, aunque a veces me resulte demasiado lento", aprecia riéndose. "Es un estilo de vida completamente diferente al de China, lo que más me impresionó como dije antes era ver a jóvenes disfrutando en la playa, ya que en China nunca ves a gente joven disfrutando porque están trabajando en las oficinas", señala. 

En este sentido, explica su visión sobre el modelo de trabajo chino en España, a través de las historias que ha conocido de varios jefes de bazares en Cádiz. "La mayoría de ellos vienen de zonas rurales de China, donde hace 20 años era muy complicado ganar dinero y por eso decidieron salir de allí", ilustra. No obstante, "la mayoría de ellos se han adaptado muy bien a la sociedad española y algunos hasta han cambiado su nacionalidad –ya que los chinos no pueden tener doble nacionalidad–". Juan asegura que "muchos de ellos tienen un gran arraigo a Cádiz y se sienten chinos gaditanos".

Tanto como él, pues guarda un secreto de belleza, que mucho tiene que ver con una afición muy sureña y, por tanto gaditana. "Sin duda, mi secreto de juventud es la Cruzcampo", asegura a carcajada limpia, mientras se jacta de su apariencia jovial y su buena tez.

Sobre el autor:

Carmen Marchena

Carmen Marchena

Gaditana. Periodista feminista por vocación y compromiso. Empecé en las redacciones de Ideal Granada y Granada Hoy. He pasado por eldiario.es/Andalucía. Parte de El Salto Andalucía desde sus inicios. Tengo dos ídolas: mis abuelas Carmeluchi y Anita. Defensora de los Derechos Humanos y la Memoria. Sin más dilación, papas con choco o barbarie.

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Comentarios (1)

José Hace 2 años
Artículos como estos son los que os hacen diferentes. Gracias Voz del Sur.
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