No es difícil encontrar en el barrio de la Viña un edificio que guarde relación con el carnaval. Por tantas calles de todo ese Cádiz-Cádiz histórico hay carteles que avisan que "aquí nació..." tal o cual autor, músico o componente. En este de la calle Pericón de Cädiz no hay placa. Pero nació, de una manera o de otra, una comparsa.
Porque la finca del número 16 de la calle Pericón de Cádiz, esquina con calle Paraguay, será un hotel de tres estrellas. Y fue aquí donde ensayaba la comparsa de Tino Tovar que, primero en juveniles, y después en el concurso de adultos, dio un golpe en la modalidad.
Según explica Octavio Linares, miembro de aquella comparsa que fue germen de El Cielo de Cádiz, que en el 98 logró un segundo premio por detrás de Los Piratas de Martínez Ares, fue en este edificio donde se grabó un vídeo de un ensayo con tantos rostros y nombres que durante más de dos décadas han seguido siendo referentes en la fiesta.
Unos adolescentes Jesús Bienvenido, José María González Kichi, Dani Obregón o el cantaor David Palomar formaban parte de aquella comparsa de 1995, El Lavaero, que ensayaba en el edificio y que ha servido para recordar aquellos años. Como le dijo Martínez Ares a Tovar, para pedirle que no dejara el COAC, que se buscara "en el lavaero" para recuperar la ilusión por la creación.
"Era justo ahí. En el lavaero de esa finca de la calle Pericón. Una casa de vecinos típica de Cádiz, dónde vivía Quique, nuestro bombista de por aquel entonces", recuerda Linares en un mensaje en sus redes sociales.
"Una casa, de las que olían a puchero cuando pasabas por la casapuerta. De las que salían cañas de pescar y espigas de bambú de los balcones. En las que se oían niñ@s jugar en el patio y vecinos llamarse a voces".
Ya en aquellos años 90 que hoy añoran Linares y tantos otros, había letras en el concurso sobre aquello a lo que se le vendría a llamar "gentrificación" o "turistificación" tiempo después. Por ejemplo, con el Barrio de los caleteros de Encajebolillos, de Antonio Martín. Si por entonces se alertaba, hoy se evidencia que ha ido el asunto a más.
Una vivienda que primero perdió a sus vecinos y ahora, tras un tiempo cerrada, queda para hotel. "Otro más", dice Linares. "Y siente uno esa tristeza y esa añoranza, viendo cómo cada vez es más difícil saludar a gente conocida por la Viña y darle los buenos días a esos vecinos de toda la vida. Ahora hay que tener mínimo un B1 de inglés, alemán, francés o italiano para decir: Good Morning! Guten Morgen! Bonjour! Buongiorno!...por no cagarte en las wxgkriwñsnviptxqñamcngrf...de todos ellos".
"¡Qué pena de Cádiz joe, con tó las invasiones que hemos parao y ahora nos la cuelan por tos laos!", remacha Linares.
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